8 de febrero de 2010

El pudor

“Uno tiene sus pudores y le sonroja escribir sobre según qué cosas. Personalmente, los pudores de los demás suelo combatirlos más fácilmente si no coinciden con los míos. En eso no creo ser muy diferente a nadie que conozca y eso abarca a mucha gente”. Así empieza la novela todavía inédita de un amigo mío que no quiere ser citado por su nombre y al que llamaré Nemo, como el capitán de Julio Verne y el pececillo de los dibujos animados.
Nemo vive prácticamente de espaldas al mundo. Entre millones de habitantes, a él le ha dado por morar en un lugar al que sólo acceden los iniciados (él les llama los invitados, pero confío en que se aprecie la sutil diferencia semántica). Vive de hacer cosas a las que a nadie se le ocurriría dedicarse y saca el suficiente dinero para ir tirando. Creo que se paga los autónomos pero puede que en eso también me engañe. Lo hace sobre tantas otras cosas que no me extrañaría nada que no se preocupara por esos menesteres de tener cubierta la asistencia sanitaria y la pensión, si es que cuando a él le toque cobrarla aún queda algo. Sobre ese particular Nemo tiene serias dudas y cada día que pasa yo también, aunque sigo pagando las cuotas todos los meses. Por si acaso.
Nemo nunca ha sido asalariado por cuenta ajena, pero ha ejercido multitud de oficios. Empezó de perfumista, un oficio que ahora estaría muy bien pagado por ser “de creación y diseño” pero que entonces ejercía ocasionalmente a cambio de un poco de dinero en una empresa del ramo que ya no existe. Luego se enroló como cocinero en un mercante griego con el que dio la vuelta al mundo por tres veces. Que yo sepa, nunca antes había ni siquiera encendido el gas de un infernillo. A su regreso se doctoró en Filosofía Pura sólo por darse el gustazo y eso que nunca fue a recoger el título. Pintó algunos lienzos, pero sobre todo pintó muchos pisos ayudando a un tío mío que trabajaba por las mañanas en la Gallina Blanca y que por las tardes andaba metido en eso de las chapuzas.
Escribió siempre, eso sí. Y ahora me ha hecho llegar por e-mail y desde el cibercafé de pakistaníes que hay muy cerca de donde vive el manuscrito de su nueva obra para que le eche un vistazo. El título provisional es “El pudor es un lujo impagable”. Ya le he contestado que menos mal que es el provisional porque de comercial el título no tiene nada. Bueno, pues lo pongo de subtítulo, me ha contestado esta misma tarde. Lo que aún no sabe es que me he pimplado el libro en un solo día. Claro que tampoco es demasiado largo, apenas ciento veinte folios y con letra gorda. Nemo es miope, no sé si ya lo he dicho, y por eso escribe con font 14. Y es muy bueno.
Entre idiomas y dialectos se hace entender en cinco lenguas. No tiene hijos. Ni esposa. Ni perrito que le ladre, pero eso es porque no quiere. Nemo siempre ha tenido tirón con las señoras y hasta hubo una que le quiso acoger en su casa cuando enviudó, pero a él eso de ocupar espacios que antes fueron de otros no le pone nada, así que sigue viviendo como un ermitaño en ese lugar insospechado que decía al principio y que no sé quién más conoce aparte de sus hermanas, sus pocos amigos y sus amantes ocasionales. No tiene conexión a Internet ni cuenta de correo electrónico. Utiliza la de una hermana suya a la que saboteó la clave de acceso. Dice que para lo poco que la usa no le compensa tener que borrar spam a diario. Lo que no sabe es que ella ya no usa esa cuenta.
El otro día un conocido me dijo que le había visto por la calle pero que cuando se acercó para saludarle no le reconoció. Lo dudo mucho, pero es que él es así. Si no quiere reconocerte hace como que no se acuerda de ti y te llama de usted aunque seas mucho más joven. Nemo tiene costumbres fijas y raras. Lleva barba y el pelo larguísimo recogido bajo una gorra que se cambia a diario. Tiene más gorras que calzoncillos y que dientes porque los ha ido perdiendo por medio mundo. Una muela que le bailaba se la arrancó él mismo y la lanzó junto a los menhires de Karnak, allá en Bretaña, para ponerse en comunión con el cosmos.
Según la comadrona nació demasiado tarde pero él cree lo contrario, que lo hizo demasiado pronto, como cien años antes de lo que tocaba y por eso anda cabreado contra la humanidad pero no con Dios, porque siempre ha procurado llevarse bien con la autoridad incluida la gubernativa o sea, que no digo nada con la celestial. La filosofía le ha llevado a ser creyente y ateo alternativamente. Empezó de ateo hasta que se dio cuenta de que los niños de su clase hacían la primera comunión y les hacían regalos. Ahí terminó su primer periodo de distanciamiento con la fe y siguió profundizando en ella mucho más tiempo que sus compañeros de clase y desde luego, con muchísimo más provecho.

Años más tarde y ya embarcado, volvió a tener una crisis que le impulsó a lanzar por la borda (literalmente) todo lo que tenía leído y hasta subrayado de San Agustín, San Ambrosio y San Alberto, así que sin pensamiento ontológico ni nada que se le pareciera para leer entre horas cruzó el océano Índico hasta que a la altura de Ceilán su barco estuvo a punto de naufragar y recordó que debajo del colchón de su litera conservaba un libro de oraciones que tenía escondido dentro de un París Hollywood. La siguiente y más larga ausencia de fe le sobrevino el día en que un niño enfermo de SIDA se le murió en los brazos. Ahora mismo, vuelve a estar en paz con Dios, no se sabe por cuánto tiempo.
Al hilo de su nuevo libro entresaco otro párrafo que dice “Lo más lógico sería creer, porque es el único camino que lleva a una certeza de la que no hay constancia. Creer ciegamente y hacerlo sin pudor de ningún tipo”. Ahí queda eso. Como escritor, Nemo tiene unos arranques vibrantes que a uno le dejan boquiabierto. En un mismo texto es capaz de hacer novela y ensayo al tiempo, flirtea con el soneto y con la prosa atónica, combina las frases cortas y puntuadas con párrafos sin comas a los que uno llega al final de la lectura sin resuello como si hubiera subido una escalera corriendo, te mece en bucles suaves y te ataca con requiebros. Y luego se extraña de que le cueste encontrar editor.
Es un hombre de principios. Por ejemplo, nunca ha hecho la declaración de renta ni pagado una multa de tráfico aunque lo segundo es más comprensible que lo primero porque no tiene carnet de conducir. Pero tampoco se puede hacer mucho caso de lo que dice, porque ya digo que miente más que habla, no tanto por vicio sino por ganas de maquillar la realidad. Eso se notaba también en sus pinturas, no era figurativo.
Y así termino. Contándoos lo de mi amigo Nemo que ha escrito un libro sobre el pudor. Él que es filósofo.

39 comentarios:

  1. A Nemo puede que mucha gente le llame "colgao" o marginal o se le mire con condescendencia...lo que no cabe duda de que vive,vive intensamente y tú estás contento de llamarte su amigo.
    Quizá algún día venza su pudor y podamos leerle todos.
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Hola Josep:

    Pues a mi me parece que este Nemo, es un hombre libre , aunque seguro que se pasa la vida luchando en batallas internas. ojala podamos leerle, porque merecerá pena.

    Fantástico post

    ResponderEliminar
  3. ¿Tu amigo, Josep? ¡Caramba, si parece que es un personaje de novela! Pídele permiso para escribir su biografía, porque Nemo tiene contenido para varias entregas, fijo.
    Lo bueno de Nemo es que, escentricidades aparte, vive contento consigo mismo y con la vida que ha elegido. Sin duda, un doctor en filosofía podría elegir un cambio.
    Un abrazo, Josep.

    ResponderEliminar
  4. Hola Josep Julián:
    Te acuerdas de la canción de Serrat: "Uno de mi calle me ha dicho que tiene un amigo que dice conocer un tipo que un día fue feliz". ¿Será Nemo?
    También me a recuerda a Sabina y a ese perfil de personas que han nacido fuera de tiempo. No me atrevo a decir que demasiado pronto, ¿quién sabe cómo será esto dentro de 100 años? Personas que las mires por donde las mires se las ve desubicadas. Vamos, unos genios.
    Me apunto a comprar el libro cuando se publique.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Hola Camy:
    Ojalá así sea. Nemo tiene mucho que enseñar y está dispuesto a hacerlo, siempre que se le respete su espacio. En eso no sé si será un nuevo JD Salinger. Me acaba de escribir un correo cabreado porque le he mencionado, así que ya ves cómo es el personaje.
    Muchas gracias. Un beso.

    ResponderEliminar
  6. Hola Fernando:
    Ya lo creo que es un espíritu libre. Como digo, cuesta que caliente cualquier silla excepto la de su mesa de trabajo.
    Lo que está más difícil es que le leamos porque no hay editor que se arriesgue con una obra sobre un tema tan poco de moda. El pudor no vende, aunque tratado por Nemo sea otra cosa. Qué le vamos a hacer.
    Seguro que lee estos comentarios y quién sabe si hasta dejará su huella aquí. Wait and see.
    Muchas gracias por tus palabras.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Hola Germán:
    Ahi le has dado. Si un doctor en filosofía no es capaz de dar un cambio a su vida es que nadie puede. Este Nemo es la leche, no te creas, porque vive la vida con intensidad y aunque solitario no se resiste a los efluvios de un buen guiso. Parece que los huela a distancia porque a la que te quieres dar cuenta está tocando el timbre de la puerta. Te gustaría conocerle, estoy seguro.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Hola Javier:
    Cómo no me voy a acordar de esa canción si es la que Nemo tararea a todas horas el jodido.
    Yo creo que un poco antes de tiempo sí ha nacido, a lo mejor no los 100 años que él dice porque, claro, afinar tanto es difícil, pero desde luego está claro que es de otra época. Fíjate que el otro día me dijo que la humanidad volverá a refundar sus valores y que eso ya lleva un retraso de cincuenta años. O es un ingenuo o tiene información privilegiada o, como dices, es un genio.
    Si algún día te lo cruzas ni se te ocurra decírselo porque el tío tiene un punto vanidoso y ya te veo anulando las citas del día.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Hola Josep
    ¡Menuda firma tu amigo!
    Es de esas personas que te hacen pensar en el montón de tiempo que has perdido en tu vida. Yo le preguntaría también si la envidia es un lujo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  10. Menuda historia la de tu amigo (por cierto que estaba yo mirando con lupa a ver si no era lo típico de "tengo un amigo" y era una autobiografía... pero ya veo que no ;-)

    Aunque fabule un poco, seguro que ha tenido una vida fabulosa, y a su aire, cosa que no muchos pueden decir.

    Un abrazo
    Pablo Rodríguez

    ResponderEliminar
  11. Hola JLMON:
    Pues la verdad es que Nemo es uno de los tipos sobre los que diría que no ha perdido el tiempo sino que lo ha ganado.
    Traslado a Nemo tu pregunta sobre si la envidia es un lujo, a ver qué dice el oráculo. Mi opinión es que no es un lujo sino una putada para quien siente envidia pero que conste que no es una opinión vinculante.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Hola Pablo:
    Ya me gustaría a mí que Nemo fuera mi alter ego pero no, qué va. A su lado, mi vida es demasiado convencional.
    Lo de fabulador puede ser. Yo diría que más que eso es un romántico empedernido aunque si se entera de que le defino así igual me retira el saludo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Bueno Josep..Puede decirse que tu amigo Nemo ha vivido muchas vidas en una y no acaba de seguir ninguna en concreto,pues la corta y empieza otra y otra.Son distintas aventuras o experiencias,que vive a tope..Imagino,que encontrará la definitiva y se decidirá a seguirla hasta el final..!!
    La vida convencional puede resultar monótona y aburrida a veces pero lleva cierto orden y seguridad.La vida de Nemos resulta sumamente atractiva a primera vista,pero me pregunto ¿si tantos cambios no le producen confusión e inseguridad al hacer balance..?

    Te felicito por compartir esta experiencia.
    Mi abrazo siempre,amigo.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  14. Pásales mis saludos a Nemo, aunque es de suponer que le importe un pito. Es desde luego, un ser único entre los únicos, una cuestión de originalidad y reencuentro con lo que uno cree ser "el mismo". Un tipo singular y muy interesante, y para nada me parece "no comercial" el título elegido, todo lo contrario, es aire fresco, sugiere, inquieta y crea expectativas, lo otro, lo comercial, a nadie interesa. Quien sabe si Nemo y yo, tenemos algún punto en común. Supongo que si, en aquello que nos hace huir a ninguna parte. Tienes un tesoro Josep. ..... a toda vela hacia el sur, mar en calma, ligera brisa de levante...

    ResponderEliminar
  15. Hola María Jesús:
    Un gusto verte por aquí de nuevo. Mucho me temo que Nemo nunca se decida a llevar una vida convencional. Cuando lo intentó fue infeliz, el pobre.
    Seguramente no compartiría contigo eso de que vive muchas vidas. No le hagas caso, porque ya sabemos que lo que a uno le va bien a otros nos va mal. Pero sí estaría de acuerdo contigo en que es un espíritu libre, pero de esa libertad que precisa de la vigilancia a distancia de sus hermanas que nos llaman de vez en cuando a los amigos para que le hagamos algunas reflexiones. Cuando accedemos a hacerlo, él nos escucha atentamente y nos despide con educación recordándonos la prisa que llevamos.
    Me hago las mismas preguntas que tú, pero me temo que sus respuestas son radicalmente opuestas, qué le vamos a hacer.
    Muchas gracias por asomarte de nuevo y te mando un afectuoso abrazo.

    ResponderEliminar
  16. A mí tu amigo Nemo me parece, en esencia, un hombre valiente. Valiente por desafiar los convencionalismos, valiente por dar una patada en el trasero al qué dirán, valiente por atreverse a vivir y a actuar en concordancia con sus principios, valiente por escoger un camino sin esperar a que se lo escojan, valiente por todo eso y por todo lo que (ya) no sabemos.

    ResponderEliminar
  17. Hola navegante:
    Acabo de colgar de hablar con él y le he transmitido tus saludos. Que igualmente, me dice. También le he dicho que haría bien en visitarte en tu blog pero me ha dicho que él no tiene Internet y que por algo será. Como ves, ese tipo es un poco raro. Estoy seguro que lo hará a hurtadillas y sin dejar rastro, menudo es Nemo. Conmigo hace lo mismo y luego me critica las entradas. Hago como que no me doy cuenta de que se contradice.
    Creo que os llevaríais bien. Si algún día te pasas por Barcelona y tienes tiempo, te llevo a conocerle. Y más vale que te guste la absenta porque otra cosa no bebe.
    Buena travesía hacia el sur. Si hace mucho viento no olvides bajar un poco la mayor que si no sufre mucho el palo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Hola Josep:

    Coincido con alguno de los comentaristas, a mí también me gusta ese título. Se sale del circuito habitual de best-sellers. Creo que cualquier lector de los empedernidos, eso sí, se interesaría por él.

    Y a partes iguales le envidio (muy insanamente) su forma de vida y su valor para no caer en mundanas tentaciones. Por lo que explicas es todo un outsider, de los de raza. No me extraña que lo compares con Salinger. Por cierto... ¿escritor y mentiroso no son sinónimos?

    Otrosí, me gustan tus cambios de registro cuando escribes. Y... ¿sabes? ya sé porque sois amigos vosotros dos, y no es cuestión de semántica si no de sensibilidad.

    Magnífica entrada amigo.

    ResponderEliminar
  19. Hola Domingo:
    Acabas de ganarte un amigo. Si Nemo te lee (no tengas duda de ello) se va a poner más ufano que un pavo. ¡No le alimentes el ego, que si no estás perdido!.
    Un abrazo. Y muchas gracias por tus palabras, en nombre de los dos.

    ResponderEliminar
  20. Hola Cristalook:
    Vaya, si por llevarme la contraria no sabéis que hacer. Venga a decirle que el nombre del libro no es comercial y vosotros venga a opinar lo contrario.
    Respecto a lo de Salinger, en efecto, escritor y mentiroso son lo mismo. Bueno, en el caso de los que escriben biografías igual un poco menos, pero sí, mentirosos también.
    Lo de outsider le va a encantar. Menudo piropo le has soltado.
    Y respecto a por qué somos amigos, esa parte no la desvelo porque si lo hago, igual me borra de la lista.
    Un beso de su parte y también de la mía, qué leches.

    ResponderEliminar
  21. Hola de nuevo Cristalook:
    PD: ¿Tú crees que éste podría hacerse amigo de Antoñita?
    Ya me dices.

    ResponderEliminar
  22. En esta sociedad aborregada y del disimulo, encontrar personas fieles así mismas, es un lujo, ¡bravo por tu amigo!.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  23. Eeeeh, sólo si a Antoñita le gusta la absenta y pernoctar extra muros... no me lo imagino con two toothbrushes en his life.
    Saying stays! and... Kisses!

    ResponderEliminar
  24. Hola Josep julián Nemo es casi digno de beatificación filosófica por sus ideas, acciones y amistades. Celebro que sea tu amigo y que con él ganemos todos en sabiduria. Gracias por compartirlo!

    ResponderEliminar
  25. Hola J. Carlos:
    En todo paisaje uniforme se agradece que se rompa la monotonía, estoy de acuerdo. Nemo pasaría desapercibido si no se manifestara porque ya sabes que los que son distintos siempre tratan de camuflarse, pero en cuanto abre la boca ya está liada.
    Muchas gracias por asomarte.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  26. Hola Cristalook:
    Me lo temía. Qué le vamos a hacer. Con las ganas que tengo de colocarlo.
    See you.

    ResponderEliminar
  27. Hola Diego:
    Este no es digno de ser beato por ninguna de las tres cosas que mencionas. Los beatos deberíamos ser sus amigos porque ni te cuento la que me ha montado con la entrada y los comentarios. Que si quién me he creído que soy, que quién es Antoñita (y si está de buen ver), que qué hago aireando detalles íntimos.
    En el fondo sé que le encanta que hablemos de él mientras mantenga el anonimato. Por cierto que a la vista completa del nombre con el que escribes, me pregunta si le contratarías para hacer coaching teatral, pero dice que tiene que ser con capucha. Ya le he dicho que así no se hacen las cosas pero como sé que me va a insistir por eso te lo pregunto.
    Ya dirás.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  28. Pues a mí también me ha gustado el título.

    Has descrito a Nemo de fábula y creo que nos ha cautivado a tod@s. Claro que siendo valiente al liberarse de muchas cadenas es normal que nos dé envidia a muchos.

    Si finalmente encuentra editor nos informas, que yo me apunto.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  29. Hola Nadia:
    A Nemo también le veo emocionado con los comentarios que hacéis. Ayer cené con él para darle su opinión sobre su obra y sugerirle algunos pequeños cambios y hasta me pareció que había puesto la mesa con más mimo que otras veces. Es un sentimental.
    Lo de la publicación parece que va para largo. Ya está acostumbrado.
    Saludos al rellano.

    ResponderEliminar
  30. Yo creo que, efectivamente, tu amigo Nemo es todo un personaje, Josep. Quizá a un editor le interesaría más la historia de su vida, que la del pudor sobre la que pretende escribir. Con la descripción tan detallada que has hecho de su existencia vital, no me cabe ninguna duda de que daría para una muy buena novela.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  31. Hola Fernando:
    Este no da para una sola novela. Ya sabes que los de la contracultura son espíritus libres y que se meten en tantos charcos que sólo enumerarlos ya lleva su tiempo.
    A mí no me parece mal que haya escrito sobre el pudor que así, de pronto, parece que no le pega pero yo que he leído la obra tengo que reconocer que sabe de lo que habla.
    En fin, que sepas que también le he recomendado que visite tu blog.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  32. La verdad es que no se de dónde te ha salido llamarle Nemo, porque yo, no he conseguido ponerle ni cara de pez, ni de personaje...
    Me ha encantado conocerle a traves de tus palabras. Así que te agradezco sinceramente que nos lo hayas acercado.Considero que se necesitan más personas (que no personajes) con ese descaro ...vamos a decir que,social.
    un saludo.

    ResponderEliminar
  33. Hola MaS:
    Lo de Nemo viene de la contracción de su nombre y apellido no de pececillo ni nada parecido. Ya doy demasiadas pistas porque si has leído los comentarios te habrás dado cuenta que tiene en alta estima que no se desvele su identidad.
    Nemo es una persona de las que hay pocas, en eso te doy la razón y desde luego que nos iría bien unos cuantos espíritus libres más como él.
    A mí me ha tocado en suerte conocer a uno de ellos y me siento muy honrado, la verdad.
    Muchas gracias por tu comentario. Seguro que a Nemo también le ha gustado.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  34. Que interesante y apasionante la historia de Nemo. Así como él hay muchos otros, gente llena de talento, de conocimientos, de sabiduría, y que aparentemente van por la vida como mendigos, pero que tienen tanto en su interior que serían capaces de escribir muchos libros sobre sus vivencias y reflexiones. Ojalá y que ese falso pudor se quede a un lado y saque algo de provecho a sus escritos, que estoy casi segura que resultarían sumamente ricos en vivencias y contenidos. Ojalá y publique su libro, entre todos podemos hacernos eco para que se promocione. Gracias a ti por ser su amigo y contarnos parte de su historia. Un besito muy grande

    ResponderEliminar
  35. Hola Belkis:
    Muchas gracias por tus palabras. Sé que a Nemo le gustarán sólo en parte, primero porque, a pesar de que va de alternativo se saca una pasta con sus business y eso de mendigo no le cuadra y en segundo lugar porque detesta los elogios. Pero a mí me ha encantado que su perfil te haya parecido apasionante porque esa palabra le describe perfectamente.
    A ver si encuentra editor, porque la cosa no está fácil.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  36. Ha de ser un tipo grande este Nemo. Es interesante conocer a personas que se salen de lo "normal" y "cotidiano". Lo que habitualmente se considera raro, suele tener un trasfondo apasionante.

    No me importaría leer su biografía, y por supuesto su libro!!

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  37. Hola ClaveDeSol:
    En algunas cosas ya me gustaría parecerme a Nemo aunque me temo que soy mucho más "normal" y cotidiano" que él. Sin embargo, los que le conocemos no podemos dejar de sentir un poco de envidia. El vive a su forma pero intensamente, como nos gustaría hacerlo a muchos, aunque también paga su precio, no te creas.
    Le transmitiré tus saludos y le animaré a que redoble sus esfuerzos para que le publiquen.
    Un saludo.

    ResponderEliminar