27 de abril de 2010

¿Todo es relativo?

Un cínico que asistió a uno de mis seminarios inició su presentación diciendo que él pertenecía a ese grupo que considera que un drama más tiempo transcurrido es igual a comedia (drama + tiempo = comedia). Con el paso de los años, sus palabras todavía resuenan en mi cabeza de vez en cuando, para concluir que, en efecto, se trataba de un cínico.
La relativación de las cosas es un mecanismo de defensa que actúa como un banalizador muy efectivo. Recuerdo unas cuantas situaciones duras por las que atravesé en el pasado que, a modo de ecuación de segundo grado y a pesar de los años transcurridos, todavía admiten dos puntos de vista radicalmente distintos. Uno, que me sigue recordando que aquello fue atroz; otro, el relativista, que me sugiere que tampoco fue para tanto porque todo se supera.
Hace casi un año fui invitado por Pilar Jericó junto a muchos otros a participar en un cuestionario que ella proponía como base para preparar su nuevo libro “Héroes cotidianos” Lo que Pilar pedía era que describiéramos sucesos relevantes que nos hubieran afectado muy significativamente, cómo los vivimos y los mecanismos que pusimos en marcha para poder superarlos.
Aquella invitación a la que respondí casi de inmediato, hizo que me planteara no tanto el recuerdo de algunos sucesos trascendentales sino la huella que habían dejado en mí con el paso de los años. Sin embargo, y en contra de lo que acabo de decir, confieso que lo primero que recordé fue la fecha exacta en la que se produjo uno de ellos: el mismo día en que se hundió el Prestige; lo segundo, el kilometraje exacto que marcaba mi moto: 2.222 kms; lo tercero, lo que hice inmediatamente después de que acaeciera otro: comprarme una tarrina de helado de chocolate belga y comérmela ante el televisor viendo una etapa de montaña del Tour de Francia.
Quiere esto decir que, con independencia del rastro que me dejaron, lo que todavía permanecía inmutable en mi memoria eran datos concretos y muy precisos del contexto en que sucedieron esos acontecimientos trascendentales. Todos ellos fueron en su día un drama para mí y siguen siéndolo, a pesar de haberlos superado no sin muchas dificultades y esfuerzos. El hecho de que ya formen parte de un pasado felizmente superado no les quita un átomo de dramatismo, ni uno solo y sin embargo, otra solución de la misma ecuación ¿podría interpretarse como comedia? Podría, pero no lo eran. Quizá porque no soy tan cínico o porque mi capacidad de relativización es menor que la de otros.
Entiendo la banalización como un recurso defensivo más que como un ejercicio de perspectiva histórica, como sugería al inicio. Si uno ha pasado por experiencias duras, la huella que queda es indeleble y a lo más que podemos aspirar es a integrarlas, a aprender algo de ellas y a ver cómo ese impacto ha logrado modificar nuestra trayectoria (sí lo ha hecho) y en qué medida.
En el último año he leído bastantes artículos sobre personas influyentes que se encontraban en el tramo final de sus vidas a pesar de que todavía gozaran de buena salud. Todas ellas relativizaban los acontecimientos que los demás consideraban trascendentales en su currículo, todas apelaban a la búsqueda de lo sencillo como única verdad, pero ninguna había olvidado aquellas cosas que fueron determinantes en su vida, muchas de ellas dramáticas aunque no fueran tan conocidas.
Hace escasos días hemos celebrado el día del libro y he vuelto a ver ejemplares de “Héroes cotidianos” hojeados por posibles compradores y puede que futuros lectores y ha sido todo un experimento de relativismo. ¿Cuántos sabían de su existencia? ¿Cuántos conocían cómo se había gestado el libro? ¿Cuántos eran familiares, amigos o conocidos de los que nos prestamos a “prestar” nuestras historias? Nunca lo sabré. Lo que sí sé es que no todo es relativo, ni mucho menos.

20 comentarios:

  1. Hola Josep:
    Tienes razón. Todo no es relativo, pero nosotros lo relativizamos. Los hechos dramáticos que han sucedido son lo que son, pero nuestra tendencia es a superar el dolor y por lo tanto a "olvidar".
    El otro día vi de pasada un video que parece ser se está haciendo famoso en internet. Es una escena de "La Caída, los últimos días de Hitler". En ella le subtitulan a Hitler en una escena que parece ser muy dramática, con frases verdaderamente tronchantes.
    Los hechos dramático permanecen, pero el tiempo hace que nos riamos de ellos.
    Pienso.
    Un abrazo.

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  2. Es una reflexión muy interesante. Yo diría que más que banalizar lo trágico como mecanismo de defensa, diría que "a todo se acostumbra un@", porque banalizar es un término que no va con tragedia, quizás sí el de costumbre (es una opinión personal, por supuesto).
    Recordamos sucesos simples (por llamarlo de alguna forma) unidos a un hecho trágico, creo que es como una forma que utiliza nuestra mente para evadirnos del dolor, quizás.
    P.d. Me encantan las tarrinas de chocolate belga. Besos

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  3. Hola Pepe
    Ya sabes ese manido dicho de que "el tiempo lo cura todo" Personalmente no me lo creo,con el tiempo, los sucesos o te matan o los matas... Además, yo creo que el cerebro algo tiene que ver en toda esta historia. Trabaja por imagenes que acaban evocando sensaciones, información...los visual buffer. Me parece que tú tienes buffer, subuffer y retrobuffer.
    Un abrazo

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  4. Hola Josep:

    Todo puede ser relativo, siempre que exista "algo" para comparar; es relativa tu pena, si conoces las de otros u otras tuyas; es relativa tu preocupación, si la comparas con otras preocupaciones.
    Si se dan dos circunstancias trágicas en tu vida, una será "relativamente" distinta a la otra.
    "Murió tu perro cuando tenías 9 años y pensaste que ibas a morir del dolor; murió tu madre cuando tenías 35 y el dolor quería matarte". ¿Era mentira el dolor que sentiste por tu perro? No. ¿es un dolor relativo comparándolo con el que dejó la muerte de tu madre? Si.
    Pero con la felicidad ocurre lo mismo, solo que como no duele, no nos acordamos de "relativizarla".
    "Cuando abriste aquella caja y asomó la cabecita de aquel pequeño cachorro, aquel que tanto habías anhelado, suplicado, pedido, etc., etc....tu corazón quería salirse de tu pecho de tanta felicidad. Cuando, por primera vez, tuviste entre tus brazos a tu hijo/a, fuiste consciente de lo que significaba y cuánto lo/a querías...pensaste "es el día más feliz de mi vida".
    ¿Es lo mismo un cachorrito que un hijo? No. ¿Pero pudieron hacerte "relativamente" igual de feliz? Si...relativamente.
    Relativizar no es olvidar, "es introducir en la consideración de un asunto aspectos que atenúan su importancia".
    Por eso, el tiempo es un factor primordial a la hora de relativizar. Cuanto más tiempo pase, más experiencias y más ocasiones para comparar.
    Relativizar la vida no es otra cosa que seguir cumpliendo años sin perder la memoria.

    Un beso, Josep.

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  5. Séneca habla de las derrotas como experiencia, no como banal suceso.
    Aunque hay que reconocer que nuestra de tendendia de supervivencia es la que es...

    Feliz semana!

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  6. Hola Javier:
    Mi artículo mantiene que no todo es relativo. Con independencia del tiempo que haya pasado, lo que fue dramático sigue siéndolo o por lo menos no lo hemos convertido en comedia.
    El valor de lo relativo, desde mi punto de vista, es aplicable cuando comparamos un hecho con otro, como bien apunta María. Otra cosa es que lo que antes fue un drama ahora sea comedia, lo cual sólo puede suceder cuando dimos valor de drama a lo que no lo era.
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

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  7. Hola Ginebra:
    Veo que has dado un salto cualitativo. Tragedia no es drama, aunque sí te concedo que a veces vivimos los dramas como tragedias. En esos casos, en efecto, el tiempo siempre tiende a relativizar y a pensar que, en su momento, exageramos.
    Me alegra que coincidamos en los del chocolate belga. Si puede ser Hagen Dazs mejor.
    Un beso.

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  8. Hola JLMON:
    No sé si tomarme como cumplido eso del "buffer, subuffer y retrobuffer" aunque, en general, sí es cierto que me muevo por imágenes y ya sabes que los que tenemos memoria fotográfica raramente olvidamos aunque fallemos más en lo de recordar nombres, como ya sabes.
    Me quedo pensando en eso del retrobuffer.
    Un abrazo.

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  9. Hola María:
    Como le decía a Javier, coincido contigo en la parte del análisis que establece la importancia de las cosas a base de compararlas. Es cierto.
    Y me ha gistado mucho la frase con la que concluyes "Relativizar la vida no es otra cosa que seguir cumpliendo años sin perder la memoria" ¿La puedo usar como frase del mes que viene?
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un beso.

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  10. Hola Gabi:
    De acuerdo con Séneca, faltaría más.
    Feliz semana también para ti.

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  11. Claro que si, Josep, puedes usarla y ponerla en práctica por muchos años.

    Un beso.

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  12. Todo es relativo hasta que le toca a uno, hasta que sale su número. Si le pasa a los demás lo minimizamos y recurrimos al "si no pasa nada", "tranquilo, que no es para tanto" y sus mil y una variantes. Ahora, como nos toque a nosotros, ¡ay, amigo, como nos toque a nosotros! Tragedia griega.

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  13. No sé proque extraña razón se borró el comentario anterior, pero venía a decir que relativizar es adecuar las cosas (generalmente) a nuestros intereses.

    La frasde de María genial.
    Un abrazo

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  14. ¡ Hola !

    Pues aquí una propuesta distinta, aunque tal vez algo neurótica ... Resulta que lo que sucedió y te afectó en su momento, no sólo no mengua con el tiempo, sino que se amplifía, ya que te das cuenta de que el tiempo se te escapa, y que los ya no están están cada vez más lejos en el tiempo y que las cosas que hubieras podido vivir con ellos son cada vez más, y obviamente siempre serán más y más ...

    Un poco líante, lo admito, pero es un enfoque distinto, aunque algo deprimente lo confieso :(

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  15. errata : no es "amplifía", es "amplifica"

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  16. Hola Domingo:
    La perspectiva y las medidas utilizadas para valorar lo que le pasa a uno, sin duda son distintas cuando les pasa a los demás.
    La autocorrección en la valoración de un hecho acaecido a uno mismo sólo se produce cuando en su momento lo vivimos con una intensidad desmesurada. Sería el caso de lo que vivimos trágicamente y la comparación con hechos posteriores nos aclara que no fue tal. Lo demás, pienso que incluso es bueno que no pierda espacio en nuestra memoria, porque lo que no da el talento lo da la experiencia.
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

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  17. Hola Fernando:
    Lamento las dificultades para dejar tu comentario. A mí me pasa en otros blogs y la verdad es que enfada un poco, pero poco puedo hacer, me parece.
    Entrando al fondo de tu comentario, estoy de acuerdo con él. Relativizamos en función de nuestros intereses, aunque sólo fuera porque el dolor que algunas cosas nos producen quisiéramos expulsarlas de nuestas memoria activa.
    El cerebro está pensado para quedarse con lo positivo tratando de enterrar las cosas que no lo fueron tanto. Es el típico ejemplo del recuerdo que nos queda del servicio militar (los que los hicimos). Lo pasamos bien y mal pero el tiempo hace que nos quedemos con lo bueno, en el caso de que hubiera algo bueno.
    Pero hay que distinguir entre lo no bueno y lo dramático (que no necesariamente trágico). Eso nos dejó huella, nos produjo un shock y como tal dejó secuelas y recuerdos, que por mucho que tratemos de enterrar reaparecen en algún momento. Eso, a mi modo de ver, no puede convertirse en comedia, excepto que uno sea un cínico.
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

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  18. Hola jd roman:
    Un cierto toque deprimente sí es, hay que admitirlo. No sé si estoy completamente de acuerdo contigo pero entiendo tu punto de vista. Creo que te refieres a la nostalgia por los que ya no están física o figuradamente y por la imposibilidad de compartir con ellos cosas que te gustarían.
    Si es así, claro que incluso ese sentimiento puede crecer con el paso de los años, aunque no sé si es una actitud positiva en términos de aceptación de la realidad.
    Pero bueno, no me hagas mucho caso porque a lo mejor ahora soy yo el que me he liado.
    Gracias por tu aportación.
    Un abrazo.

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  19. Lo que se vive con intensidad nunca puede ser relegado a comedia con el paso del tiempo..Nuestra dignidad humana ha de seguir avalando el recuerdo como hecho auténticamente vivido,sufrido y no siempre superado..!

    Mi felicitación y mi abrazo,Josep.
    M.Jesús

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  20. Hola María Jesús:
    Estoy de acuerdo con tu punto de vista, al menos en lo que tiene que ver con aquellas cosas que vivimos y que nos dejaron huella.
    Un abrazo.

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