Con días de retraso acudo a la cita mensual que desde hace casi tres años mantengo con vosotros para compartir los sucesos destacables del mes desde mi particular óptica. Este mes ha sido muy intenso en lo noticiable pero también será más corto en el análisis porque estoy convaleciente de una intervención quirúrgica de cierta relevancia y todavía no es prudente prodigarse en exceso. Ahí van algunas cosas que he anotado en mi libro de bitácora:
• Lo más noticiable en clave nacional ha sido la apabullante victoria electoral del PP que, no por esperada, ha supuesto la constatación de un hartazgo mayúsculo de la clientela socialista que se ha disparado en varias direcciones: la abstención, el voto a IU o a UPyD o al propio PP. Lo curioso es que los estrategas electorales han vuelto a acertar de pleno, no en cuanto al porcentaje de votos sino en eso de que las elecciones no las gana nadie sino que las pierde quien gobierna. Siguiendo este axioma no es de extrañar que el PP haya presentado el programa electoral más hueco y abstracto de toda la historia. Las malas noticias ya vendrán más tarde.
• No conviene olvidar que la contienda electoral afecta a más que a dos partidos por lo que resulta interesante observar qué ha sucedido más allá de los resultados de los dos grandes bloques. Lo primero que hay que decir es que, con una mayoría absoluta tan apabullante como la obtenida, el resto de victorias se convierten en pírricas pero hay que destacar los buenísimos resultados de los partidos nacionalistas catalanes y vascos. Si hablamos de CiU claramente puede verse el rebufo del desencanto socialista pero si vemos los vascos, hay que considerar lo que ha supuesto para el PNV la potente irrupción de Amalur que casi con total seguridad obtendrá grupo parlamentario y con él una plataforma potentísima para hacer oír su voz. Si se confirma que los socialistas catalanes pueden optar por hacer lo mismo asistiremos a unos debates de lo más intensos a la par que estériles más allá del derecho al pataleo. No hay que olvidar tampoco el ascenso de Rosa Diez y su UPyD que con toda probabilidad se convertirá en el próximo futuro en la única fuerza nacional que dé y quite mayorías de gobernanza en este país, papel que hasta ahora correspondía a los partidos nacionalistas. Interesante.
• Berlusconi ha sido barrido de escena. Por fin. Por el bien no sólo de Italia sino del resto de Europa este sátrapa bufón y viejo verde ha sido apeado del gobierno aunque el método curiosamente haya sido poco democrático. Se lo cargó en primera instancia Merkozy y luego Napolitano, el presidente de la República y el hombre más valorado entre los políticos italianos a pesar de su pasado comunista. Italia no dejará nunca de sorprendernos. En su lugar, la aparición de los tecnócratas con Monti a la cabeza. En mi opinión no es una mala solución al menos para Italia que ya en el pasado optó por soluciones similares cuando se encontraba encallada y que siempre ha dado buenos resultados. La paradoja es que los políticos profesionales de ese país son por lo general bastante peores gestores que los académicos sin vocación política.
• En Grecia también han llegado los tecnócratas aunque en este caso por acuerdo de los dos grandes partidos políticos. Papandreu tuvo que lidiar con una herencia envenenada que al final acabó nublándole la razón y proponiendo un referéndum para que el pueblo griego votara las drásticas medidas a las que había que hacer frente. Sonaron todas las alarmas y finalmente no se produjo pero no me negaréis que el gesto tuvo mucho de épica espartana clásica, rollo 300 en el paso de las Termópilas. Bueno, ahí tenemos un buen ejemplo de cuando una buena herramienta es peor que una mala.
• La Casa Real se ha llevado un disgusto morrocotudo con el affaire Urdangarin del que, a pesar de que se tienen sobradas evidencias en su contra, parece que la fiscalía todavía no ha encontrado el momento de emplumar. Lo dicho, un disgusto. Quién iba a decirles que su guapo, atlético y aseado yerno, casado felizmente con la hija lista y miembro él mismo de una familia tan rancia y adinerada sería capaz de emular al Bigotes en sus desmanes financieros, informes huecos, asesorías ficticias y demás zarandajas. Una pena. Pero que quede claro, no forma parte de la Casa Real, como el ictus de Marichalar. Espero que el ejemplo que pongo disipe dudas.
Y por último y como siempre, quisiera dar las gracias a todas aquellas personas que se han pasado por aquí aunque no hayan dejado rastro. A unos y otros, muchas gracias.