3 de junio de 2011

Vínculos

Hay momentos en la vida en que, sin saber muy bien cómo ni por qué, establecemos un vínculo inesperado. Puede ser con una persona o un grupo de personas, un rincón de nuestra ciudad o una nueva ciudad que no conocíamos y de la que nos enamoramos, una película o un actor, un libro o un autor, da igual. Pero ese vínculo no existía en el instante anterior y es posible que sigamos conectados a él durante muchísimo tiempo.

Los vínculos son lazos de seda que se transforman en nudos, generan lealtad y admiración, ocupan un espacio que casi siempre pertenecía a otro o que manteníamos vacío, segregan endorfinas y enamoran espiritualmente. Los vínculos son como aficiones a las que nos entregamos con fruición y sin culpa.

Hablo de esto desde el conocimiento. Y desde el conocimiento reciente. La vida ofrece sorpresas permanentes, algunas de las cuales ni siquiera precisan que le prestemos una especial atención. Suceden como un doble acto de magia, casi misteriosamente, pero una vez están ahí ya forman parte de nosotros. La primera magia es el desencadenante, un suceso no previsto y muchas veces imprevisible, un encuentro, una palabra, una mirada, a veces todo eso al mismo tiempo. La segunda magia es la reacción al desencadenante, lo que es puramente vínculo y es lo que permanece.

De lo que no somos conscientes es que un nuevo vínculo cambia nuestra posición de observador, quizá no mucho pero lo suficiente como para que la perspectiva ya no sea la misma. A estas alturas ya sabemos que estos cambios de eje, incluso los sutiles, nos cambian mucho más de lo que parece. Logran lo que no siempre logran los planes de acción, los propósitos de enmienda y ese es su verdadero poder, que miras la vida de otra forma pero como producto de una reacción química. Qué curioso, con lo racionales que creemos que somos, resulta que lo verdaderamente transformador surge de las emociones y de las endorfinas que producen.

Te invito a que prestes atención a esto. Te propongo que hagas un repaso a tus vínculos más fuertes y que seas capaz de recordar cómo era tu vida justo antes de que se produjera su aparición y cómo eso te cambió. Trata de recordar la persona que eras antes y después y, si no es mucho pedir, anótalo en tu diario, libro de bitácora o servilleta de papel.

Si es el caso, habla sobre ello con la persona que fue coprotagonista de ese cambio y verás cómo os hace mucho bien. Y si eres más osad@ y tienes hijos, háblales de tu propia experiencia porque probablemente eso haga más por vuestra relación futura de lo que puedas imaginar.

Los vínculos son lo mismo que lo que otros llaman destino, hitos que jalonan los cambios de rumbo de nuestras vidas y por eso hay que honrarlos… y compartirlos.

Buen fin de semana.

16 comentarios:

  1. Interesante entrada, Josep.
    A todos nos ha sucedido alguna o varias veces este tipo de sensación, de nudo, de unirte a un desconocido/a mediante una casualidad. De compartir mucho más que se comparte con personas a las que siempre has tenido alrededor y sí, la vida te cambia y cambias tú mismo/a.
    Es la magia de la vida, supongo.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Maravilloso mensaje,Josep!!!. Disfruta con la divina naturaleza.

    ResponderEliminar
  3. Hola Josep:
    Me encanta este post porque estoy plenamente de acuerdo con lo que expresas.
    Si sabes reconocer el valor de esas personas en tu vida, también sabes que hay una parte de tí que en la que siempre estarán presentes, aún en la ausencia.
    E incluso se puede dar que para ésa persona, el paso por tu vida no sea tan relevante como lo es para tí, pero da igual..."ya se dió".
    Con todos "mis vínculos" no puedo hablar, por distintas razones, pero siempre hablo de ellos porque me "llena" hacerlo.
    Un beso, Josep, buen fin de semana.

    ResponderEliminar
  4. Coincido con María Hernández. Es un post soberbio y bastante claro de como mutamos. He hecho el ejercicio y jope¡¡¡ como ha sido el cambio.

    Como dice Ginebra, deber ser cuestión de la magia de la vida
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Totalmente de acuerdo con tu "Teoría del vínculo".
    Me gustaría añadir,sin embargo, que observo a algunas personas a las que les cuesta establecer ese vínculo. Me refiero a esas personas que van por la vida "arañando" a los otros. Temen que "el otro" solo le pueda hacer daño, y son incapaces de conectar con nadie. Me dan pena.
    A mí me resulta muy fácil establecer vínculos. Me enriquece enormemente y me produce grandes satisfacciones. Sin ir más lejos, éste es un buen espacio y una buena muestra de lo que estamos comentando. Sin tener un conocimiento "físico" de la inmensa mayoría de los contertulios, se establece un vínculo, sea de afinidad o de desacuerdo, con muchas personas que, al menos a mí, me produce muchas satisfacciones.
    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  6. Hola Ginebra:
    Sí, pura magia porque esas cosas no son previsibles ni predecibles (ni qué ni cuando)
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Hola Emilio, Irina, Cristina:
    Vaya, veo que tenemos nuevos amigos desde Kiev. Me alegra mucho veros por aquí. Disfrutad de este nuevo vínculo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  8. Hola María:
    Estoy de acuerdo contigo en que los vínculos son como choques de partículas que pueden no afectar en la misma medida a los implicados. Cuando lo hacen se llama amor y aún y así habría que ver si es la misma intensidad, pero bueno para no complicarlo digamos que sí.
    Me ha gustado mucho eso que dices de que no puedes hablar con todos tus vínculos pero sí hablar de ellos. Es una forma de que sigan estando presentes.
    Un beso, María. Siempre me encanta saber de ti.

    ResponderEliminar
  9. Hola Fernando:
    ¡No me saques los colores! Me alegro que hayas hecho el ejercicio porque has comprobado su potencia. Pura magia (blanca, por supuesto) ;-)
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Hola Armando:
    Dicen que Dios los cría y ellos se juntan. Me parece muy interesante eso que apuntas, que mucha gente rehuye la creación de vínculo por miedo a que le hagan daño. Creo que es una protección sobre daño infringido, gente que sufre.
    Cuando empecé a escribir este blog, que coincidió cuando me metí en este mundo enseguida me di cuenta de la potencia que tiene este medio para la creación de vínculo. Es verdad lo que dices, muchos no nos conocemos personalmente pero hemos creado un vínculo que en los casos de más cercanía física o cuando ha habido oportunidad ha permitido dar un paso más. Adolfo Morales, por ejemplo, diseña cada año la cabecera de este blog y quiero pensar que es porque el vínculo es fuerte.
    Muchas gracias por tu comentario, de verdad.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Muy interesante, aunque en mi caso me puede la timidez, siempre creí que dentro de mi torre de control, comandaba un auténtico bohemio, romántico y depresivo, bueno eso último como que no despinta del todo. La comunicación directa se me da fatal, pero comparto la entrada y la reposición que tomas cuándo se abren puertas en la misma dirección con esos otros, sean amigos, familiares, o nuevos desconocidos.

    ResponderEliminar
  12. Hola Adolfo:
    Ya me gustaría a mí que algunos que conozco tuvieran la mitad de tus capacidades para generar vínculos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Josep Julian,
    he probado eso del re-vivir el antes y el despues del nacimiento del vinculo y realmente, es asombroso cómo cuando observamos y aprendemos de lo vivido y lo compartimos, la experiencia adquirida se suma exponencialmente.
    Gracias.
    Un abrazo, M.

    ResponderEliminar
  14. Me dejaste pensando en mi más grande vínculo del último año. Espero que a ella le este yendo bien.

    ResponderEliminar
  15. Hola MaS:
    Este sencillo ejercicio demuestra la potencia que tiene revisitar los momentos importantes de nuestra vida. Pensamos que lo que pasó, pasó pero no es cierto, podemos volver a ello y ver qué pasó. Toda una experiencia.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  16. Hola David C.:
    Bienvenido a mi espacio. Ella estará mejor si visita el vínculo que mantuvisteis, lo mismo que tú.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar