Simplemente basta con darse una vuelta por las calles de las ciudades para ver la cantidad de locales comerciales en alquiler o traspaso, signo evidente de las consecuencias de la crisis económica que afecta al consumo de forma generalizada. Lo que más me ha llamado la atención es que los comercios más o menos “glamourosos” utilizan la fórmula de “nos hemos trasladado” en lugar de “cerramos porque nos va mal”. No sé si habéis reparado en ello.
El otro día aparecía en un periódico la foto de una cafetería en la que el propietario había colgado el cartel de “se necesita clientes”. Me pareció una forma ingeniosa de llamar la atención que conjuga la ansiedad del momento con el buen humor; una nueva versión de “a mal tiempo buena cara”. Reflexiono sobre los razonamientos íntimos del propietario en cuestión. ¿Le seguirán fiando los proveedores?, ¿bajará los precios del café con leche como gancho?, ¿entrarán nuevos clientes o mantendrá los actuales?
En estos meses en que el azote de la crisis ha llegado con toda su intensidad se ha perdido más puestos de trabajo en un trimestre que en todo el año pasado y las charlas en las cafeterías que uno escucha giran invariablemente en torno a la crisis. ¿Cómo le va a usted? ¿Lo está notando en su negocio? Las respuestas van desde el “me va mal” hasta el “nos hemos trasladado”. Incluso los pocos que todavía siguen la inercia del año pasado y funcionan más o menos bien confiesan que este año han renunciado a su semana de esquí o a las vacaciones de semana santa. Papá, ¿es que pasa algo? preguntaba un retoño desinformado a su padre empresario hace pocas semanas. Y él le contestó “no, pero por si acaso”.
Cuando los empresarios "renuncian" a sus días de merecido asueto, las cafeterías “buscan clientes” con anuncios en sus puertas y los comerciantes “se trasladan” no hay que hacerse muchas preguntas: hay crisis. Y por si había dudas Telefónica lanza un spot televisivo en el que se ve a un ejecutivo abrumado que llama por el móvil a su esposa para darle la noticia de que le han despedido y vemos como la señora en cuestión inicia una cruzada de llamadas telefónicas a su red social que se pone en marcha de inmediato por tierra, mar y aire (vía telefónica, por supuesto) para sacar del apuro al ejecutivo abrumado hasta llegar al punto culminante en el que el teléfono suena una última vez para concertar una cita para una entrevista de trabajo.
Y digo yo, ¿la oportunidad del anuncio será porque este tipo de llamadas son hoy mucho más frecuentes y Telefónica prevé un incremento sustancial de su facturación por ello o será porque a través del marketing social pretende informarnos de que hay crisis?
Por si no os habíais dado cuenta, todo el mundo necesita clientes.
El otro día aparecía en un periódico la foto de una cafetería en la que el propietario había colgado el cartel de “se necesita clientes”. Me pareció una forma ingeniosa de llamar la atención que conjuga la ansiedad del momento con el buen humor; una nueva versión de “a mal tiempo buena cara”. Reflexiono sobre los razonamientos íntimos del propietario en cuestión. ¿Le seguirán fiando los proveedores?, ¿bajará los precios del café con leche como gancho?, ¿entrarán nuevos clientes o mantendrá los actuales?
En estos meses en que el azote de la crisis ha llegado con toda su intensidad se ha perdido más puestos de trabajo en un trimestre que en todo el año pasado y las charlas en las cafeterías que uno escucha giran invariablemente en torno a la crisis. ¿Cómo le va a usted? ¿Lo está notando en su negocio? Las respuestas van desde el “me va mal” hasta el “nos hemos trasladado”. Incluso los pocos que todavía siguen la inercia del año pasado y funcionan más o menos bien confiesan que este año han renunciado a su semana de esquí o a las vacaciones de semana santa. Papá, ¿es que pasa algo? preguntaba un retoño desinformado a su padre empresario hace pocas semanas. Y él le contestó “no, pero por si acaso”.
Cuando los empresarios "renuncian" a sus días de merecido asueto, las cafeterías “buscan clientes” con anuncios en sus puertas y los comerciantes “se trasladan” no hay que hacerse muchas preguntas: hay crisis. Y por si había dudas Telefónica lanza un spot televisivo en el que se ve a un ejecutivo abrumado que llama por el móvil a su esposa para darle la noticia de que le han despedido y vemos como la señora en cuestión inicia una cruzada de llamadas telefónicas a su red social que se pone en marcha de inmediato por tierra, mar y aire (vía telefónica, por supuesto) para sacar del apuro al ejecutivo abrumado hasta llegar al punto culminante en el que el teléfono suena una última vez para concertar una cita para una entrevista de trabajo.
Y digo yo, ¿la oportunidad del anuncio será porque este tipo de llamadas son hoy mucho más frecuentes y Telefónica prevé un incremento sustancial de su facturación por ello o será porque a través del marketing social pretende informarnos de que hay crisis?
Por si no os habíais dado cuenta, todo el mundo necesita clientes.
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