1 de julio de 2009

Menos texto y más contexto

Uno de los principios en los que se sustenta la inteligencia emocional es el análisis del contexto en el que producen los hechos sosteniendo que todo lo que percibimos está condicionado por él. Una reedición de aquello que ya conocíamos: “nada es verdad ni mentira, sino que depende del color del cristal con que se mira”.
Eso es tan cierto que podríamos definir el contexto como aquello que fija o modifica una postura, opinión o reacción. Veamos un ejemplo:

Crónica de los hechos (texto)
Ayer a las 9,30 de la mañana de ayer se produjo un luctuoso suceso. El joven J.B.L. de 18 años de edad y que huía de una tienda de comestibles tras perpetrar un robo a mano armada con una pistola que resultó ser de juguete fue arrollado por un automóvil causándole la muerte instantánea. El botín no llegaba a los cien euros.

Reacción: ¿…?

Contexto 1:
El atracador era un toxicómano con síndrome de abstinencia que precisaba el dinero para comprar droga.

Reacción: ¿…?

Contexto 2:
El atracador era un huérfano con dos hermanos pequeños a su cargo a los que tenía que alimentar.

Reacción: ¿…?

Contexto 3:
El atracador era el hijo pequeño de una acaudalada familia que siempre lo había tenido todo muy fácil y que, al parecer, necesitaba sentir nuevas emociones.

Reacción: ¿…?

En efecto, las distintas reacciones dependen del color del cristal… pero precisamente aprender a utilizar adecuadamente el “depende” es lo que nos hace más hábiles a la hora de entender los hechos porque introduce el elemento de las motivaciones.

Los hechos fácticos son enjuiciables, por supuesto, pero considerando el contexto en el que se producen las lecturas son distintas y a eso tenemos que ir acostumbrándonos. Los hechos y sus consecuencias son los narrados y no se pueden cambiar: un tendero fue robado, un automovilista que no tenía la culpa de nada pasó por allí en el momento más inoportuno y el joven murió, pero el grado de empatía con cada uno de los actores puede ser modificado por el contexto en el que los sucesos se produjeron ¿verdad?.
La interpretación más o menos correcta de lo que está sucediendo delante de nuestos ojos tiene múltiples aplicaciones prácticas. Imaginemos entornos de negociación, de ventas, de orientación al cliente, de gestión de situaciones difíciles, etc. en las que debemos entender las motivaciones de los otros para obtener los fines que perseguimos. La clave en todos esos casos está en interpretar adecuadamente las necesidades del otro.
Pues eso, menos texto y más contexto.

55 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo..
    Hemos de ir al fondo de las cosas,conocerlas en su lugar y en su tiempo..y no quedarnos en la superficie.
    Empatizando con cada una de las partes..nos ssrá más fácil realizar juicios y aproximarnos a la realidad.
    Para ello..hemos de indagar y permanecer unidos a la reflexión..!

    Un abrazo,amigo.

    ResponderEliminar
  2. Da el primer paso con fe, no necesitas ver el final de la escalera, sencillamente ¡Da el primer paso!


    Bueno lo escribo.. lo pienso.. me contesto ...los leo ..y asi voy dando pasos a momentos que la vida me va presentando..¿Me cuesta? sí me cuesta... pero yo sigo volando...y si caigo sacudo mis plumas de gorrión con miedos... sigo viviendo escribiendo y pintando con letras mi vida de a diario

    ResponderEliminar
  3. Hola María Jesús:
    Como siempre, muchas gracias por tu refelxión y como encima estamos de acuerdo, pues poco queda por añadir.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Hola Recomenzar:
    No sé si he entendido bien el sentido de tu comentario, pero en cualquier caso gracias por haberte pasado.
    Un saludo a los amigos de la prensa.

    ResponderEliminar
  5. Buenas amigo.

    Me encanta el tema, ¿será por qué soy gallego y propenso al más que extendido uso del "depende" entre nosotros?

    Lo que no podemos negar es que en este país, a parte de la envidia, el otro "pecado" que tenemos es el de perjuzgar. Nos encanta, somos como "marujas en potencia" siempre opinamos de todo y de todos sin más motivo que lo que alcanzamos a ver, ni siquiera a ver, a intuir o creer que vemos. Los juicios de valor que hacemos muchas veces se basan en la primera impresión y eso es un craso error.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  6. Tienes toda la razón, el problema es que esto se puede utilizar tanto para bien como para mal, no todo es blanco o negro, y los tonos de gris no siempre son definitorios.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  7. Mis mas sonoro aplauso a esta entrada.

    Otro ejemplo que se me pasa por la cabeza es la culpa de los delitos a los inmigrantes que se encuentran en mala situacion. Obvio que es una amenaza para muchos...pero ...este capitalismo y esta division de paises mas y menos ricos, genera falta de cultura, hambre y falta de dinero. Y la gente anda por ahi pidiendoles que se comporten como hijos de familia acaudalada. No puede ser ¡ ¡ lo que amenaza a la gente estable, no es mas que una consecuencia del orden mundial. ¿quien es culpable, el pobre perjudicado con la pobreza y falta de educacion, o el sistema?
    Entendamos mas lo que sucede y nos ira a todos mejor.Eso si, no tengo esperanzas en que la mayoria lo comprenda.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  8. Estupendo contenido el del post, Josep Julián. La inteligencia emocional condicionará nuestras acciones, pero el valor de las mismas estribará en la perspectiva que aportemos nosotros. Ahí están las variables (la diversidad de contextos que acertadamente presentas) que determinarán nuestro prejuicio. Al tratar de identificarnos con las expectativas de las personas, adquirimos mayor capacidad de juicio e, incluso, de persuasión. Por eso se dice que no se conoce a otra persona hasta que uno no se calza sus zapatos y se pone a andar con ellos. Y por otro lado, tampoco debemos dejar de pensar que la manera en como nosotros mismos somos percibidos -por aquello de la negociación- nos situará favorable o contrariamente en la perspectiva de la negociación.
    Buenas dosis de sentido común, de empatías y de sinergias... y las cosas rodarán mucho mejor.
    Enhorabuena de nuevo por tus contenidos.
    Un abrazo, Josep Julián.

    ResponderEliminar
  9. Si tuviéramos la capacidad de ponernos siempre en el lugar del otro, esto sería una balsa de aceite; porq todo el mundo tiene siempre una razón, la q sea, para hacer lo q hace. Lo malo es cuando ese comportamiento te afecta, te afecta mucho, y se te calienta la sangre y el cerebro enmudece. Ahí ya perdemos la empatía y hasta el sentido común. Será porq somos humanos?
    He entrado a cotillear desde el blog de mi amiga Arama, y me alegro de haber venido.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  10. Totalmente de acuerdo con la sentencia, "La clave en todos esos casos está en interpretar adecuadamente las necesidades del otro", el problema suele ser, que el otro nos importa lo justo o nada, por eso los juicios de valor son tan fáciles, ingenuos y crueles. Un honor tu visita. Volveré.

    ResponderEliminar
  11. Lo que bien es cierto, es que todos, nos precipitamos juzgando a los demás antes de conocer el fondo de las cosas y del por qué actúan de una forma u otra.

    Aprendamos, siempre, a no sacar conclusiones de nadie, porque cada cual, actúa a su manera de ver las cosas, aunque las leyes siempre son todas iguales para todos.

    Un gran tema, como todos.

    Un beso.

    P.D.- Ya reabrí mi blog, por si quieres pasarte.

    ResponderEliminar
  12. Enhorabuena, un excelente artículo sobre la inteligencia emocional -por lo tanto, directamente relacionado con el título de tu blog... en ocasiones queremos ser los más listos de la clase, y ello supone que nuestra percepción de las cosas es la mejor, y que no daremos nuestro brazo a torcer en ningún caso.

    Y es que este mundo hipercompetitivo parece que obliga a muchas personas a actuar de esta manera, como si pensasen que no saber todo, no tener siempre la razón o aprender algo de los demás les hiciese más débiles, cuando probablemente es al contrario; como bien decía Sócrates, él era el más sabio porque era consciente de que no sabía todo -según él, no sabía nada- y por lo tanto estaba en la búsqueda constante del conocimiento.

    Tenemos mucho que aprender de los demás, y tenemos que empezar por ser empáticos, y ser capaces de ponernos en el lugar de los otros. Y a veces no es fácil...

    Un abrazo

    Pablo Rodríguez

    ResponderEliminar
  13. Josep Julian, has tocado un tema interesantísimo. Como pauntas, el ser humano, generalmente, sólo sabe leer su contexto, y, éste, normalmente, no depende del cristal con que se mire. Más bien, creo que se trata del cristal que nos dan para mirar. Es decir, es como el ilusionismo, nos hacen ver lo que queramos que veamos.

    Sólo cuando se toma perspectiva se consigue mirar bien (aunque es dificil) independientemente si son prismáticos, lupa, gafas, ventana, plástico etc...

    Un post con mucha miga. Un saludo

    ResponderEliminar
  14. Muy interesante esta entrada, me parece que los hechos hay que verlos desde casi todos los ángulos y así podemos luego interpretarlos... puede que en sí el hecho no varíe, pero depende mucho de las circunstancias,si somos capaces de definirlas podremos comprender mejor... es una opinión solamente. Besos.

    ResponderEliminar
  15. Hola José Luis:
    Como buen gallego seguramente usarás más que otros el "depende" pero creo que deberíamos aprender a utilizarlo más a menudo. El contexto es lo que da volumen al texto sea este escrito, oído o visto y desde luego saber integrarlo nos ayudaría a no caer en el prejuicio y movernos por los juicios. Pero es difícil, de eso no cabe duda.
    Muchas gracias por pasarte una vez más y ya sabes que aquí siempre serás bien recibido.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  16. Adrián:
    Completamente de acuerdo contigo cuando dices que esto igual sirve para bien que para mal, pero como estamos tan acostumbrados a usarlo para mal, no estaría de más que aplicando el mismo esfuerzo lo usáramos para bien. ;-)
    Muchas gracias por dejar tu impresión y espero verte de nuevo.
    Saludos calurosos.

    ResponderEliminar
  17. Hola David:
    Tu comentario presenta una nueva e interesante faceta porque relaciona los hechos con las causas. Sobre esto tendremos que hablar en uno o varios post porque también es un generador de prejuicios respecto a la opinión pública e incluso publicada, que no es lo mismo.
    No te desanimes, hombre. Seguro que sí hay quien entiende tu punto de vista.
    Hasta pronto y muchas gracias.

    ResponderEliminar
  18. Hola Germán:
    El análisis del contexto aplicado a la negociación como bien sabes por propia experiencia es fun-da-men-tal (lo pongo así para darle mayor énfasis). Hasta tal punto que a mis clientes les aconsejo que en lugar de formar simplemente en técnicas de negociación, empiecen por formarles en la clave de gestíón emocional. Los más inteligentes lo hacen y a otros les cuesta más verlo pero los resultados son sencillamente espectaculares.
    Algún día tenemos que hablar más sobre esto en otros foros.
    Un abrazo y muchas gracias por tu aportación.

    ResponderEliminar
  19. Lo malo es que a veces, aun conociendo el contexto, no sabemos interpretarlo y tiramos por la calle de en medio. Nos resulta más cómodo.

    ResponderEliminar
  20. Hola Sara:
    Como hemos dicho tantas veces los caminos del señor son inescrutables y poco importa cómo hayas llegado hasta aquí, lo importante es que lo has hecho y nos has dejado tu aportación.
    Como bien dices fallamos tantas veces porque somos humanos, seres maravillosamente imperfectos. Lo que sucede es que somos racionales y emocionales al tiempo, de forma que muchas veces nos olvidamos de que cambiar los comportamientos es un esfuerzo más o menos grande pero ser conscientes de nuestras imperfecciones apenas supone trabajo. Me conformaría con que diéramos este primer paso porque sin consciencia no hay cambio, obviamente.
    Un saludo y hasta pronto.

    ResponderEliminar
  21. Bienvenido Denavegantes:
    Siendo cierto lo que dices, lo que olvidamos es que "el otro" podemos ser nosotros mismos en el caso de que cambien un poco (muy poco) las circunstancias. Pondré un ejemplo: todos estamos viendo las consecuencias de la crisis. Caritas está informando que observan que a sus comedores sociales empiezan a acudir familias que hace un año pertenecían a la clase media, como sucedió en Estados Unidos en la gran depresión. Quién lo iba a decir y sobre todo, quién se lo iba a decir a ellos. Ya digo, lo que nos separa es muy pero que muy poco.
    También para mí ha sido un honor tu visita y como dices, espero verte por aquí de nuevo.
    Un saludo, amigo.

    ResponderEliminar
  22. Hola de nuevo María:
    Completamente de acuerdo, pese a las dificultades que todos conocemos para ello, algunas expuestas en los anteriores comentarios.
    Me alegro de que estés de vuelta.
    Un saludo entrañable.

    ResponderEliminar
  23. Amigo Pablo:
    La empatía, esa gran desconocida. Hablamos mucho de ella pero la aplicamos poco y sobre todo mal. Puedo ser muy empático con alguien, pero si no se lo digo... Puedo ser muy empático, pero no debo olvidar que serlo no supone que necesariamente comparta su punto de vista o que tenga que alinearme con su posición.
    Pero sí, intuimos que lo somos poco, lo cual como decía en un comentario anterior ya es un primer paso. Y como dices, a veces no es fácil porque se confunde las intenciones o vete tú a saber por qué. Hablaremos de eso pronto.
    Un saludo y muchas gracias.

    ResponderEliminar
  24. Hola Fernando:
    Como siempre, has hecho una interesante aportación y por razones de premura me detendré en lo que dices de que el prisma ya no es el tuyo sino el que te dan.
    Sin pretender entrar en argumentos demagógicos, es verdad que la información sobre lo que leemos en la prensa, vemos en la tele o escuchamos por la radio tiene una deformidad interesada pero ¿qué sucede con el resto de "textos" en los que somos los únicos interlocutores y en los que tenemos los suficientes elementos para interpretar el contexto? Esa es para mí la principal cuestión y de ahí la reflexión que os proponía. Como dices, un asunto con mucha miga.
    Muchas gracias por tu comentario que merecería una respuesta mucho más detallada. Espero que tengamos ocasión en el futuro inmediato.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  25. Hola Ginebra:
    Como buena fotógrafa has definido muy bien la cuestión. El objeto es el que es, pero el encuadre, las luces y sombras... ¡el contexto, señores, el contexto!
    Muchas gracias por dejar tu aportación.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  26. Hola Domingo:
    Estoy de acuerdo contigo pero, en mi opinión, lo que propones ya es otra cuestión porque depende de una elección personal, no de obviar el análisis sino de saber o querer interpretarlo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  27. Sin embargo el contexto no se tiene en cuenta a la hora de impartir justicia (como han demostrado sentencias desbaratadas)

    Supongamos que los atracadores de los tres casos sobreviven. Para mí sería más punible:

    1º el que lo hace por probar nuevas emociones (porque en este apartado están los que queman a un vagabundo que duerme en la calle, por ejemplo)

    2º el que lo hace porque es un toxicómano

    3º el que lo hace porque tiene hambre

    La justicia actúa al revés. Para colmo de males, el primer caso es el que tendrá la pena más reducida y el mejor y más caro abogado.

    ResponderEliminar
  28. Hola Bipolar:
    Coincido en tu ordenación y en que probablemente sucedería como dices. Por fortuna, en este caso sólo tratamos de analizar las distintas reacciones que nos produciría la misma noticia a la luz de los distintos contextos.
    Gracias por pasarte por aquí donde serás bienvenido siempre que decidas acompañarnos.
    Un saludo y hasta pronto.

    ResponderEliminar
  29. Muy interesante el post.

    Lo curioso es cómo el periodista, que en primer lugar cuenta lo sucedido de manera objetiva, luego puede, apelando a nuestras emociones, jugar con la visión de lo acontecido en función del contexto que él conoce o quiere representar.

    El contexto es múltiple, variado, y se prolonga en el tiempo. Imaginemos que estamos en el contexto 2, a la mayoría nos parece triste y desgraciado el asunto e incluso alguno puede opinar que no le quedaba otra salida. Ahora bien, si una semana más tarde la persona que sufrió el robo fallece a causa de un infarto provocado posiblemente por la situación vivida siete días antes, en este caso la cosa cambia.

    Nunca tendremos toda la información para procesarla correctamente y tomar la decisión más atinada. Solución, tener el mayor número de datos para analizar el contexto y así que mi cristal sea el mejor a la hora de mirar el asunto.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  30. ¡Touché¡ que diría Dartañán, aunque ya cuente con lo fácil que es estar al sol o a la sombra. Yo como todos los demás humanos, nos aferramos a que la bonanza sea la que nos guíe y la pérdida de la suerte sea algo lejano y distante. Ser positivos por regla general, nos ayuda a vivir mirando más allá del horizonte. Aunque todos, somos objeto de los lances que los dados de la suerte nos disponga.

    ResponderEliminar
  31. Hola Josep Julian.
    Tienes razón, la empatía es la gran desconocida. Supone tiempo y esfuerzo tratar de ponerse en el lugar del otro, a veces nos precipitamos en sacar conclusiones, y hacemos juicios que muy a menudo son equivocados, pero como se ha comentado por ahí arriba, a veces no se dispone de todos los datos, nos llegan a través de una persona o un medio que los ha adaptado o nos lo ha "vendido" de una forma determinada, vivimos en la sociedad de la inmediatez, y no nos paramos a pensar que quizá lo más conveniente sea oír varias versiones para tratar de sacar una conclusión más acertada.
    Muy interesante la entrada.
    Amenazo con volver :)
    Un saludo

    ResponderEliminar
  32. Estupendo post y los comentarios que le acompañan lo hacen aún mejor.

    Si fuéramos testigos directos de todo lo que nos llega, pero no siempre es así.
    Entonces, cuando es otro quien nos narra lo que ha ocurrido: ¿Qué tanto de "culpabilidad" o "interés" tiene el transmisor del mensaje en nuestra percepción de la noticia? ¿Y si el transmisor ya induce a que mi empatía se incline hacia un lado o hacia el otro?.

    Pongamos un ejemplo de hoy mismo; distintos titulares de prensa para el mismo asunto, de primerísima actualidad:

    ELPAIS.COM:
    "El paro baja en 55.250 personas en el mejor mes de junio de los últimos ocho años"

    LIBERTAD DIGITAL:
    "Sin maquillaje el paro no baja en junio y sigue superando los 4 millones"

    LA VANGUARDIA.ES:
    "El paro vuelve a bajar en junio, registrando 55.250 desempleados menos"

    PÚBLICO.ES:
    "El paro baja en 55.250 personas en junio y encadena su segundo descenso consecutivo"

    PERIODISTA DIGITAL:
    "El paro desciende por segundo mes consecutivo"

    Cuando intentemos mirar lo que ocurre desde otra ventana, distinta a la nuestra, antes de posicionarnos, deberíamos averiguar quién es el dueño de la casa porque no siempre los cristales están limpios "de culpa".

    Un saludo

    ResponderEliminar
  33. Qué tal Mundo Complejo:
    Dices bien. El contexto puede cambiar, pero entonces lo que sucede es que aparece una nueva realidad, precisamente a la luz del nuevo escenario. A mi modo de ver no hay contradicción, sólo cambio de circunstancias.
    Mi visión siempre es subjetiva, porque partiendo de una realidad objetiva le añado mi escala de valores. Si en el caso 2 me cuentan esa historia mi visión puede variar si lo que prevalece en mí es la pena de tener que mantener a dos hermanos o si me dejo llevar por mi sentido práctico y digo "¿pero este no se habia enterado de que existen los servicios sociales?" o si a esto le añado "claro que no me extraña, con la saturación que llevan no dan abasto".
    Todo depende pues del color del cristal con que se mira y escogido este, tienes toda la razón del mundo, cuantos más datos mejor análisis.
    Me alegra mucho verte por aquí y espero que repitas.
    Un saludo afectuoso.

    ResponderEliminar
  34. Hola de nuevo Denavegantes:
    Creo que jugaba con ventaja. Hace unos días tuvimos un debate muy parecido al que propones acerca del positivismo, así que sin saber si lo seguiste me reafirmo: hay que ser siempre positivo pero sin que eso suponga ser o parecer iluso.
    Y desde luego, ser siempre pero siempre conscientes que igual que hoy estamos a sol mañana nos puede tocar sombra porque todo es circunstancial.
    Me ha alegrado verte tan atento a la jugada ;-)
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  35. Bienvenida Arama:
    La sociedad de la inmediatez es la que nos ha tocado vivir y precisamente esa es una de las razones de la existencia de esta página: que no se nos olvide que lo esencial nunca es lo fácil y que como humanos somos libres pero necesitados de un poco de autodisciplina.
    Cuando nos sabemos juzgados con la misma ligereza con que a veces juzgamos a los demás no nos hace ninguna gracia. Ya sabes, consejos vendo y para mí no tengo.
    Si tú amenazas con volver yo amenazo con volver a darte la bienvenida porque ésta es tu casa.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  36. Es muy importante la necesidad de adquirir conocimientos técnicos y culturales para prepararnos (y reciclarnos) para la vida profesional, pero a veces olvidamos la importancia de educarnos para la vida emocional. Aprender a vivir es aprender a observar, analizar, recabar y utilizar el saber que vamos acumulando con el paso del tiempo para saber distinguir, describir y atender los sentimientos. Y eso significa contextualizarlos, jerarquizarlos, interpretarlos y asumirlos. Porque cualquiera de nuestras reflexiones o actos en un momento determinado pueden verse "contaminados" por nuestro estado de ánimo e interferir negativamente en la resolución de un conflicto o en una decisión que tenemos que tomar.
    Interesante reflexión. un abrazo

    ResponderEliminar
  37. Hola María:
    Tienes razón. Una vez más los comentarios están mejorando mucho la entrada inicial y el tuyo también ha contribuido a eso.
    El ejemplo que nos pones es elocuente: un mismo dato objetivo, en este caso la disminución del número de parados en el mes de junio tiene tratamientos distintos. Y todavía en el caso que nos presentas, excepto en uno parece que todos están de acuerdo en que el paro ha bajado, que ya es mucho.
    Pero también hoy mismo se ha publicado una noticia relacionada con la aprobación por parte del parlamento catalán (con amplia mayoría) de la Ley de Educación. Si alguien se quiere tomar la molestia de revisar las primeras páginas de El País, El Mundo, La Razón, El Periódico de Cataluña y ABC ya verá lo que es disparidad de verdad.
    Bien, convengamos en lo que dices de la ventana del vecino. Nunca está de más preguntarse quién es el dueño de la casa y a qué socio-guetto pertenece.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  38. Josep,te invito a empatizar con un poema emocional..con una vida,que no es precisamente la mia..Pero puede en cualquier momento estar cerca de cualquiera de nosotros..
    Espero que te guste..
    Un abrazo,amigo.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  39. Querida Belkis:
    Como bien dices, la educación emocional ha estado minusvalorada mucho tiempo y a mi modo de ver es tan importante como la técnica. Da igual a qué nos dediquemos, sin ese bagage vamos muy cortos de recursos.
    En mi experiencia profesional he constatado (y yo mismo he sido uno de esos) que los directivos han dado siempre prevalencia a las decisiones racionales y cuando no, han aplicado un paternalismo que ahora nos parece trasnochado pero que sigue existiendo. Es un poco lo del "espíritu navideño" del cuento de Charles Dickens, no sé si me explico.
    Formarse emocionalmente es una tarea que bien puede hacer uno mismo como autodidacta, pero para eso también es necesario hacerse preguntas, buscar respuestas y no tratar de protegerse sistemáticamente en lo de "yo no hice las normas". Seguro que estamos de acuerdo en eso.
    Muchas gracias por tu visita y hasta pronto.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  40. Actualmente existe un boom general para implementar la inteligencia emocional, y se ha descubierto que puede convertirse en una herramienta positiva para incentivar cambios orientados en mejorar a las personas. Y leyendo tus ejemplos puedo ver que tiene varias corrientes de interpretación aunque me sigue pareciendo teoría conductual pura y dura...¿no?

    ResponderEliminar
  41. Interesante planteamiento. En el fondo, estamos nadando en ese espeso océano que es mirar antes lo que te rodea que a tí mismo, como un mecanismo infalible para acercarnos a lo que seremos el siguiente segundo. Es como un juego de espejos que sólo se reflejan entre sí; sólo sabrás de dónde viene la luz cuando dejes de fijarte en e retorno de tu imagen.

    Puede mover esa situación en múltiples escenarios; tan sólo hay que analizar la facilidad con la analizamos lo deconocido para ver lo poco que jugamos a desenredar ese conflicto con el entorno. Sólo hay que echar un vistazo al racismo para entender la importancia del "depende" que mencionas. El ombligo es muy peligroso.

    Felicidades por el Blog !

    ResponderEliminar
  42. Todo depende del contexto, tanto el externo como el interno (marco menatl propio). Cambiando el contexto cambia el significado, como bien muestras en tus ejemplos.
    Por eso es tan importante comprender y actualizar los "diferentes contextos".

    ResponderEliminar
  43. Hola Senior Manager:
    Me alegra mucho verte por aquí. Es cierto que la inteligencia emocional está viviendo un momento de esplendor aunque, como sabes, no es una ciencia precisamente nueva. Creo que en época de dificultades se vive una vuelta al humanismo como ha sucedido en otros momentos. Aún recuerdo cuando a mediados de los noventa (cuando los tiempos tampoco estaban precisamente para la lírica) los perfiles de búsqueda de directivos incidían en los enfoques humanistas, así que por esa parte nada nuevo.
    Como indicas, es una herramienta muy versatil y por ello útil desde el propósito general (que es el que más se trata en este blog) hasta aplicaciones concretas en el manejo de habilidades directivas específicas, algunas muy duras como la negociación.
    En relación a la última parte de tu comentario, la IE se preocupa mucho del análisis de contexto y de la gestión emocional y en efecto, con ello pretende modificar conductas, pero en eso no se diferencia de otras líneas de pensamiento aunque en este caso incidiendo mucho en el plano relacional hasta el punto de que hay quien lo llama habilidades de generación de confianza.
    Lo dicho, un placer verte por aquí y espero que nos sigas iluminando con tus comentarios.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  44. Hola Psycomoro:
    Interesante enfoque el que nos propones: la enorme facilidad que tenemos al juzgar (quizá sería mejor decir prejuzgar)en situaciones que ya de por sí son complejas.
    Por eso es tan importante el "depende". En mis años de profesión y cuanta más experiencia tengo más utilizo este término porque todo es relativo.
    Aún y así, tampoco me gustaría que concluyéramos que es tan complicado que más vale dejarlo como está por tratarse de un esfuerzo baldío. Los humanos somos imperfectos pero no tontos, creo que ya me entiendes. Y sí, el ombliguismo (gran tema que tendremos que tratar en algún momento)es sumamente pernicioso.
    Muchas gracias por asomarte a esta ventana y dejar tu punto de vista que espero que no sea el último.
    Hasta pronto. Un saludo.

    ResponderEliminar
  45. Hola Mertxe:
    Para mí es un honor que te hayas dejado caer por aquí dejando tu comentario. Como además es de refuerzo, qué más se puede pedir.
    Muchas garcias y hasta pronto. Siempre será un placer volver a verte por aquí.

    ResponderEliminar
  46. Empatía y Objetividad. Me quedo con ese par de conceptos.
    Empatía: "ponernos en el lugar del otro"...no, no es tan sencillo. No nos podemos poner en el lugar de nadie si no conocemos su historia, su realidad compleja, su todo. Para llegar a un nivel de empatía efectivo debemos ante todo conocer y creo que en la actualidad usamos el término y creemos que lo aplicamos de forma superficial. Suena bien eso de "tener capacidad empática". Pero ¿de qué sirve esa capacidad si no tenemos el tiempo o la capacidad para llegar al conocimiento de la persona que tenemos delante y con la que pretendemos mostrarnos empáticos? No sé, tengo mis dudas al respecto...
    Objetividad: Creo que no existe. No es. Así, sin más. Por supuesto hablo de objetividad en situaciones como la propuesta en el post.
    Cualquier hecho o acontecimiento está en constante cambio, se construye y deconstruye de forma infinita. Podemos apreciar algo en una situación determinada que en el segundo siguiente ha cambiado y cambia ese cristal con el que miramos.

    No sé, sigo con mis dudas ante esos dos conceptos...y sobre muchos más!!!!

    Saludos!
    Interesante blog..

    ResponderEliminar
  47. Gracias Josep..!

    Tu comentario expresa tu preparación humana y emocional..
    ..Y tu visita..tu inmensidad de espíritu..!

    Un placer haberte encontrado.
    M.Jesús.

    ResponderEliminar
  48. Hola Abril:
    Sé bienvenida. Todas las personas que dejan sus comentarios son dignas de mi mayor consideración y más cuando plantean como tú cuestiones esenciales que no sé si es el momento y lugar para responder, así que lo haré sintéticamente y espero que me perdones si no colmo tu expectativa. Empezaré por el final.
    La objetividad: tienes razón, no hay nada objetivo porque aunque algo lo fuera se teñiría de subjetividad en cuanto lo observamos. Te propongo la siguiente frase que está colgada en un restaurante al que voy alguna vez: "¿nos gusta porque es bonito o es bonito porque nos gusta?"
    La empatía: no es tan complicada. Supone tres cosas: entender lo que le pasa a otros (a otros, no a nosotros), decírselo (que casi es lo más importante y a menudo lo que se nos olvida)y darle opciones de salida que seguramente él o ella no ve (esta es la parte que más se agradece porque es la que tiene valor) para finalizar con lo más importante: no es necesario (subrayado imaginario porque esto no me deja hacerlo) estar de acuerdo con su punto de vista. Eso es fundamental y la ventaja está en que no es necesario decírselo. Y para hacer todo eso no es necesario cumplir todos los requisitos que propones.
    Tus dudas son las de todos, y poco a poco las vamos despejando. En esto consiste la naturaleza humana.
    Muchas gracias por tu aportación, por haberte añadido como seguidora y por estar seguro de que nos volveremos a visitar.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  49. ¡Toma ya!
    Aumentan los comentarios, aumentan los seguidores, aumenta el nivel de opinión...
    Cuánto me alegro de que este se esté convirtiendo en un blog de referencia. Para mí ya lo era.
    Introdujiste un comentario en el mío, y decías algo así como "de lo que se da se recibe".
    ¡Pues eso, señores! Y que "La inteligencia de las emociones" siga creciendo.
    Un abrazo, Josep Julián.

    ResponderEliminar
  50. Con perspectivas distintas no vemos lo mismo.

    Suena sencillo, pero se nos olvida en la practica!

    ;)

    Caramba, a veces tardo en leer la entrada porque buena parte de los comentarios son bien interesantes!!

    Buen fin de semana!

    ResponderEliminar
  51. Caramba Germán, que me van a salir los colores.

    ResponderEliminar
  52. Hola Gabiprog:
    Estoy de acuerdo. Cada vez los comentarios son de más calidad, así que no me extraña que se te olvide la entrada.
    Un saludo también para ti y buen fin de semana.

    ResponderEliminar
  53. Hola Josep, aquí estoy siguiendo los caminos que señalaste. Nada más leer el texto he recordado el "efecto Kuleschov". Es un efecto cinematográfico: se rodó un primer plano de un actor, y tras este plano se puso en el primer caso un plato de sopa, en el segundo una niña muerta y en el tercero una bella mujer. Se montaron dichas escenas y se preguntó a los que las miraron la sensación que creían que transmitía el actor (el mismo plano del actor en todas); pues dijeron: hambre pena y deseo. El contexto se desarrolla inconscientemente y pone de relieve lo fácil que es ser manipulado.
    Me parece similar, ante unos datos todos tendemos a imaginar lo mismo. El ejercicio consiste en saber tener a raya la imaginación que suele caer con demasiada facilidad en los tópicos y poner más énfasis en la escucha. No creer que lo sabemos todo, lo cual en la mayoría de los casos es la excusa perfecta para dejar de hacer el trabajo que corresponde.
    Un abrazo.
    P.D. Y no me dedico al cine! Pero soy una espectadora compulsiva.

    ResponderEliminar
  54. Aquí estoy de nuevo; recordé también lo que llama Freud en LIS la elaboración secundaria. Se trata de ese sentido al que se dota el sueño en el momento en que se cuenta. En fin, que me sugirió muchas cosas este post.
    En otro momento, trataré de localizar el post de Titanic.
    Hasta otro post.

    ResponderEliminar
  55. Hola Antígona:
    Antes de que vayas buscando como una loca el siguiente post te comento que se llama "alta tansión" lo que ocurre es que no te puedo direccionar directamente porque el editor de comentarios tiene sus limitaciones. Me parece que está en los del mes de septiembre.
    Respecto a tus comentarios, señalarte que efectivamente los humanos somos fácilmente manipulables en cuanto al análisis de falsos contextos. Es famosa la frase de "lanzarse a todo lo que brilla". Por eso es sumamente importante analizar el escenario en el que se producen los acontecimientos, de forma que podamos evaluarlo adecuadamente para poder emitir un juicio, es decir, para que nos despierte una emoción u otra. Ya sabes, menos texto y más contexto.
    Muchas gracias por tu interés. Aquí seguimos.

    ResponderEliminar