29 de octubre de 2009

La vida en obras

Como el día, aunque otoñal, había amanecido esplendoroso, Matías decidió ir andando al trabajo. Para algo tiene que servir eso del horario flexible, se dijo, así que no tomó el autobús como hacía a diario sino que por una vez en la vida decidió saborear el aroma y los ruidos de la primera hora de la mañana cuando se diría que la ciudad saca el pan del horno.
Le invadía una sensación de plenitud, máxime cuando el día antes su jefe le había comunicado que le había propuesto para un puesto muy apetecible en las oficinas centrales. Después de todo, se decía, tarde o temprano el esfuerzo y la honradez siempre son recompensadas.
Al rato sonó su móvil y al ir a atender la llamada vio que en la pantalla iluminada aparecía el mensaje de “número desconocido”. El dichoso telemarketing se dijo, y dejó que el teléfono sonara y sonara. Unos minutos más tarde percibió un nuevo pitido. “Tiene un mensaje guardado en su buzón de voz” pero iba tan decidido a disfrutar de su paseo que no hizo caso, ya lo revisaría más tarde.
Mientras caminaba empezó a rememorar sus años de dedicación entusiasta a su trabajo. No había sido fácil, desde luego, nadie le había regalado nada. Conoció a su mujer dentro de la empresa y tras un largo noviazgo se casaron. Habían decidido que en cuanto se quedara embarazada, ella dejaría el empleo y así lo hicieron. Ahora tenían tres niños y el proyecto de hacer unas reformas en el piso. Si lo del ascenso se materializaba podrían meterse un poco más en líos y aprovechar para cambiar los muebles de la cocina. La casa en obras, pensó, qué pereza.
Aquella mañana su esposa le había despedido con un beso más prolongado que de costumbre y se había cerciorado de que su traje estuviera bien planchado y sin restos de pelos o de caspa. Con los años, esos dos problemas se habían vuelto crónicos por más que Matías había probado todos los remedios disponibles. Ahora más que nunca debes procurar ofrecer una buena imagen, le dijo mirándole con gesto aprobatorio.
Por fin enfiló la avenida en la que estaba ubicada su empresa. Aún estaba a bastantes manzanas de distancia, pero aminoró todavía más el paso. Aquel día quería disfrutarlo en cada uno de sus minutos. En esas estaba cuando volvió a sonar el móvil. Era otro recordatorio de su buzón de voz y entonces decidió pulsar la tecla para escuchar el mensaje guardado.

Cuando lo oyó, el corazón le dio un vuelco. No era nada relacionado con telemarketing sino la voz de un headhunter. Hacía tanto tiempo que no se meneaba una hoja en eso de las ofertas de trabajo que ya había olvidado que los headhunters siempre llamaban utilizando el recurso de “número desconocido”. Se sintió desconcertado. El mensaje no daba ninguna indicación de quiénes eran ni para qué puesto le llamaban. Sólo decía que volverían a contactar con él un poco más tarde.
Se detuvo para sentarse en un banco y recapacitar. Ahora que parecía que las cosas le iban mejor que nunca y que por fin podía acceder a un puesto de responsabilidad en su empresa se interfería el destino en forma de anónima oferta de trabajo, menudo dilema.

Permaneció allí sentado durante un buen rato esperando a que el dichoso móvil volviera a sonar pero conforme pasaba el tiempo se fue impacientando. Miró su reloj. Acababa de rebasar el margen que le ofrecía el horario flexible de entrada y todavía estaba lejos de la oficina. La angustia le recomía por dentro y lo único que se le ocurrió fue llamar a su secretaria para decirle que le había surgido un inconveniente y que llegaría un poco más tarde, cosa rara en él.
Se quedó mirando como un imbécil el móvil que sostenía en su mano.
Se sobresaltó.
- Sí, diga.
- Matías ¿es que no oyes el despertador? Vete levantado que vas a llegar tarde.
- Ya he llamado a mi secretaria avisando.
- Pero qué dices. Estabas soñando.
- Sí, sí, claro. Ahora me levanto.
Se duchó, se vistió, desayunó apresuradamente y salió a la calle con el tiempo justo para coger el autobús y no llegar tarde a la cola del paro. Las obras en casa tendrían que esperar, ahora lo que tenía en obras era la vida, nada menos.

43 comentarios:

  1. Dicen que en los sueños se suelta el inconciente y salen nuestros deseos ocultos. Parece que siempre deseamos la satisfacción, la comodidad y este tipo de suertes a pesar de que los discursos de management resalten la motivación de logro...

    Pero lo cierto es que la realidad parece solo tejerse en la mayor parte de los casos con proactividad bien planificada... aunque sea más fácil autoexculparnos aludiendo a la suerte que otros han tenido.

    Me gusta la imagen que nos propones hoy. Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Siempre pienso, en ese drama, mas teniendo una familia.
    Matías necesitará apoyo de profesionales, para superar la cola del paro.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  3. Vaya, yo que ya me estaba creyendo lo de Matías, la vida es sueño, y los sueños, sueños son...

    El bueno de Matías ha visualizado lo que podría ser su futuro, ahora tendrá que pensar cómo llegar hasta él.

    Un saludo
    Pablo Rodríguez

    ResponderEliminar
  4. Guuuuuuuuauuuuuuu que bueno, me lo he creido con todas las letras!

    Ahora necesito reposar la historia, aunque me alegro que Matias tuviera ese sueño especialmente por darse el paseo, el tomar una alternativa a su rutinaria vida.

    Entiendo que los sueños pueden ser la anticipación de lo que pueda ocurrir (la interpretación de los sueños que ya cumple 110 años) y Matias se está preparando para cuando llegue el momento de angustia en la llamada sepa resolverlo de manera más natural.

    Eso si tengo un punto agridulce con su mujer... como si no le dejara ser él mismo por su exceso de control(percepciones mias).

    Te felicito por ser tan auténtico, eres un escritor en potencia.

    Un abrazo y nos seguimos viendo por nuestros blogs.

    ResponderEliminar
  5. Hola Josep Julian:

    Fantástico cuento que podía haber tenido muchos finales. Quizás sea una percepción mía, pero creo que todos los comentaristas hubiesen deseado que Matias hubiese alcanzado su sueño.

    Saludos

    ResponderEliminar
  6. El sueño es efímero. Sus efectos, al despertar, duran unos segundos porque la realidad te da de plano en las narices cuando te despiertas. Es cierto que te permiten vivir experiencias extraordinarias, pero parece que la mente tiene la facultad de discriminar rápidamente lo que es de lo que no es (al menos, en el caso del despertar).
    Por eso sólo compadezco a Matías durante un par de minutos, el tiempo que pueda concederse revivir la experiencia del sueño. Pero Matías, que es un tío racional, se levantará y se duchará y continuará su jornada cotidiana como todos los días. Aunque quizá el sueño le sirva de incentivo para pensar en abordar algún proyecto, no lo sé. Todo depende del "Matías despierto".
    Una gran historia, Josep.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. me gustaron tus letras corren y vuelan formando palabras bellas
    me voy y vuelvo saludos desde mi alma

    ResponderEliminar
  8. Hola Alberto:
    Lo que yo me pregunto es cuántos Matías se habrán levantado hoy de la cama habiendo tenido sueños similares y tropezándose con la cruda realidad.
    ¿No podría ser este perfectamente el sueño de alguien que ayer se quedó sin trabajo y su subconsciente todavía no lo ha procesado?
    Muchas gracias por tu comentario y un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Hola África:
    Mi Matías es una metáfora, claro. Pensé en un final feliz pero me pareció irreal, estadísticamente hablando claro. Sin duda necesitará apoyo pero no sólo de profesionales sino de muchos otros. Cosas de tener la vida en obras.
    Muchas gracias y un saludo.

    ResponderEliminar
  10. Hola Pablo:
    Como bien dices, la visualización de lo que queremos ser es el primer paso para conseguir los sueños que nos proponemos.
    Lo malo de los sueños es que, en ocasiones, son tan tangibles, tan reales, que al despertar parece mentira que sólo haya sido un sueño ¿verdad? Claro que hablo de sueños y no de pesadillas que, en ese caso, es una bendición despertarse.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Hola Diego:
    Sí, coincido contigo en lo de que a lo mejor hay que dejar reposar un poco la historia. De todas formas, estaremos de acuerdo en que es más fácil ser el Matías del sueño que el que despierta sobresaltado aunque a muchos les/nos haya tocado vivir las dos caras de la moneda.
    Lo de la referencia a su mujer no deja de ser una proyeccíón de la mía (lo digo ahora que no me oye, jeje).
    Muchas gracias por el elogio y sí, en eso estamos. Quien sabe si algún día además de leerme aquí puedas hacerlo en otro formato.
    Oye, por casualidad ¿no tendrás algún amigo editor?
    Un abrazo y hasta pronto.

    ResponderEliminar
  12. Hola Fernando:
    Estoy seguro de que todos hubiéramos querido que Matías hubiera alcanzado su sueño. Yo mismo, cuando escribí el cuento, era consciente de que tenía las dos alternativas pero el otro día me llamaron "buenista" y me reboté.
    Además, este final y por desgracia, es màs realista en nuestros días, como el inverso lo hubiera sido hace unos pocos años, muy pocos.
    Para que no decaiga la esperanza he escogido la imagen que lo ilustra. El futuro siempre tiene que ser mejor que lo que dejamos atrás y más en estos tiempos ¿no crees?

    ResponderEliminar
  13. Hola Germán:
    Sí, señor. Su futuro dependerá del Matías despierto, de eso no me cabe duda. Y además, te digo una cosa: más vale que sea así por su bien.
    Cuando pensé en esta historia tuve muchos ejemplos en los que basarme, algunos muy pero que muy cercanos. Lo malo es el despertar del primer día, luego la vida es lo suficientemente prosáica.
    Muchas gracias por tu comentario y un abrazo, amigo.

    ResponderEliminar
  14. Hola Josep
    Quizá me lanzo con excesiva temeridad a una interpretación psicológia del personaje con el único equipaje que la intuición, bien o mal, me presta.
    La descripción que realizas de sus vaivenes mentales me inducen a pensar que es bastante monocorde en su vida y excesivamente conformista, aunque honrado y buena persona. Su sueño sostiene el ideal religioso que nos inculcaron de pequeños : la justicia premia a los buenos y castiga a los malos. Sin embargo la realidad es tozuda y esto se cumple en contadas ocasiones. La ley de causa y efecto es kármica, así que siempre hay grandes desfases temporales entre las causas y sus consecuencias, a veces incluso hasta de toda una vida, o mas, para los que creen en la reencarnación.
    La vida no es fácil, pero poseemos la capacidad de modificarla, sin que exista una variación real y aparente. Vivimos y convivimos con nuestras emociones y estas dependen de nuestras actitudes "todo es segun el cristal con que se mire". Asi que como dice la cancíon de nuestro admirado Serrat, "Hoy puede ser un gran dia, planteatelo asi, aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de ti".... CASI NA!!
    No podemos suspirar y ser conformistas ante situaciones que requieren un poco o un mucho mas de "espíritu" por nuestra parte.
    Aun existiendo muchos finales yo me quedo con el de Matias. No hay nada que cien años dure,ni cuerpo que lo aguante, pero si hay que aguantar mejor hacerlo sonriendo y en rosa, como decía Edit Piaf, cuya vida no fue precisamente de ese color.
    Hoy muchos besos, por lo de la actitud y por la imagen que nos has ofrecido

    ResponderEliminar
  15. Hola Recomenzar:
    Puede que las palabras no estén mal, pero la historia es dura.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  16. Un brindis por todos esos ciudadanos/as que se acuestan sin expectativas, y se levantan con la angustia de saberse olvidados. Va por Vds., no crean en todo lo que vean, es solo cuestión de un poco de suerte. No pierdan la esperanza, nadie entiende todavía qué produce el giro de nuestro planeta, es una mera especulación, un calculo, nadie pudo reproducirlo aún ni en el laboratorio, por lo que cada día puede guardar una sorpresa, vivamosla con esa argucia y disfrute de ese magnifico sol.Y cuándo sea Vd. quién ocupe mi puesto, no se olvide de brindar por mi.

    ResponderEliminar
  17. Hola Mayte:
    Me pillas contestando comentarios, así que aprovecho y respondo al tuyo "a vuelta de correo" como si fuera un chat jeje.
    Hay muchas cosas en tus comentarios y a mi modo de ver, merecn distinta valoración.
    No estoy en condiciones de saber por lo que leo si Matías es un ser conformista o no. Cuando pensé en él lo imaginé como alguien que quería disfrutar de su "momento de gloria". Probablemente no sea un tipo brillante, pero sí que tiene sus sueños, los que él quiere tener, y eso ya los hace legítimos.
    Por otra parte, cabe deducir que su actual estado de militante del PP (puñetero paro) es muy reciente, con lo cual es posible que todavía su subconsciente no lo haya asimilado y tenga mucho más viva la idea del proyecto de reforma de su casa que de tener que entrar en la rueda del INEM.
    A eso cabría añadir que la circunstancia de Matías no es asimilable a la de un funcionario, prejubilado o clérigo que tienen sus propios sueños pero no la amenaza de poderse quedar en el paro.
    Como soy optimista, creo que saldrá de esta pero, como todos los que se encuentran ahora en su misma situación, lo hará siendo una persona diferente.
    Y hasta puedo entender eso de que no hay mal que cien años dure aunque tengo más resistencia a eso de la reencarnación. No vaya a ser que al pobre Matías le fuera a tocar la china de nuevo.
    Como siempre, muchas gracias por tu aportación sincera y por recrear la psique del personaje que es tan válida como la que yo imagino.
    Un beso también para ti y me alegro mucho de tenerte por aquí.

    ResponderEliminar
  18. Hola Josep, dicen que nuestros sueños son el borrador de la vida que quisiéramos tener; Si con una vida más o menos estable nos pueden parecer apetecibles, para una persona en situación de desempleo, esos sueños pueden ser un mazazo o un acicate, según como sea la persona.
    De todos modos, que levante la mano quien haya finalizado las obras en su vida; me parece que veo pocos brazos.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  19. Yo me quedo con ese "buen sabor" que queda tras haber tenido un positivo y buen sueño. Durante quien sabe cuántos segundos, minutos u horas has estado soñando, "viviendo y sintiendo" tal y como te gustaría vivir, sentir o hacer.
    La realidad es otra, cierto, más gris, más convulsa, menos certera pero el hecho de habernos podido "condicionar" durante un rato hacia otro estado "positivo" debería ayudarnos a mantener ese "deseo", al menos, durante el recuerdo nos ayuda a "revivir, lo soñado".

    Creo que Matías va a tener suerte, ésto quedará sólo en una "obra menor", en una "reforma obligada"...ya tiene todo lo que tenía en el sueño, excepto el trabajo...¿Habrá situaciones más complicadas, no? "Soltero, sin hijos, ni casa, ni trabajo, ni nada..sueña, "tengo mujer, hijos, casa en reformas, no tengo trabajo, pero lo tendré...me despierto y Oh...¿pero donde están los niños y la Churri?".

    Hay obras....y obras.

    Un abrazo, Josep...de una "afiliada al cemento".

    ResponderEliminar
  20. Josep.. Creo que entre la realidad y el sueño has tocado un tema muy real en nuestra sociedad..
    Y como siempre me gusta escuchar y valorar opiniones ajenas,esta vez apoyo plenamente a María Hernández. Creo que es bueno tener sueños positivos,que nos predisponen a vivir con esperanza.. Matías tendrá trabajo y será feliz,porque ya tiene todo lo demás,que es muy importante.. La vida aprieta pero no ahoga. Todo llegará como en su sueño..!!

    Mi felicitación por tu magnífico planteamiento, solidario con todos los parados.
    Y por supuesto mi abrazo siempre,amigo.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  21. Hola navegante:
    No esperaba que salieras por este palo con la historia de Matías, pero venga, sea.
    De lo que dices, hay una cosa que se me ha quedado pegada a la neurona, lo del brindis.
    Y es que tienes razón en eso de que a veces somos toreros lidiando reses bravas y otras simples espectadores suplicando que no nos toque coger los trastos, porque ya se sabe que los toros se ven mejor desde la barrera.
    Va por ti. Y buen viento.

    ResponderEliminar
  22. Hola J. Carlos:
    Cuando escribía esta historia me hice la misma reflexión que tú y dudé que solución darle por eso de que las historias pueden soportar distintos finales y si no que se lo digan a Ridley Scott con Blade Runer.
    Mucho más modestamente, me abstuve de que Matías nos contara como se sintió al despertar de su sueño y me limité a dejarle tomando el autobús, así que no nos queda otra que preguntárselo a él. Si le ves antes que yo, cuéntamelo, por favor.
    Yo tampoco veo muchas manos alzadas en eso de no tener la vida en obras. Sin ir más lejos, aún no he podido tapar la última ni la penúltima zanja.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  23. Hola María:
    Me ha gustado mucho la primera parte de tu comentario. Saborear los sueños como un caramelo de menta y procurar mantener los restos en la boca durante el mayor tiempo posible me encanta. De pequeño hasta tenía una habilidad que luego perdí. Cuando soñaba una cosa que me gustaba podía mantener el recuerdo y a la siguiente noche volvía a continuar con mi sueño.
    La segunda parte de tu comentario también me ha gustado. En realidad al despertar a Matías sólo le falta una pata de felicidad que siempre es mejor que si te faltan más o todas. Sí, seamos optimistas porque no le deseo ningún mal a mis personajes.
    Y respecto a lo del cemento ya sabes, de momento otro saco de cemento. Y que no decaiga.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  24. Hola María Jesús:
    Ya ves que yo también coincido con vosotras, no sé si porque es lo lógico o porque le he cogido cariño a Matías. Por si acaso, si sabes algo para él no olvides decírmelo porque la vida no ahogará pero a veces aprieta mucho.
    Un abrazo también para ti.

    ResponderEliminar
  25. Vaya, Josep...parece que andas contestando en estos momentos, pues...acepto el saco de cemento, siempre es mejor construir que destruir y si mantienes el interés por crear es que aún sigues creyendo en los sueños.

    Yo lo hago, ¿y tú?...no sé por qué, pero me da en la nariz que también.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  26. Hola de nuevo María:
    Bueno, hago lo que puedo. Lo cual no quiere decir que se cumplan, pero estar en el camino ya me parece suficiente porque conozco a bastantes soñadores que se han ido quedando en la cuneta, unos porque se han vuelto únicamente pragmáticos y otros porque se han quedado sin sueños.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  27. Como cambian los sueños....perdón,
    como cambia la vida.....perdón,
    como nos modifican....


    Abrazos.....

    ResponderEliminar
  28. Hola Erik:
    Verás, un imagen que utilizo mucho para explicar por qué caminos nos lleva la vida es el del billar con sus carambolas. Pienso que, en realidad somos como bolas que chocan unas con otras modificando la "dirección prevista" y que eso no sucede una vez sino constantemente.
    Un placer volver a verte por aquí. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  29. Hola a todos/as:

    Cuando en mi blog lei un trocito de la entrada, confieso que pensé que el post iba a tratar de las emociones (normalmente negativas) que nos generan las obras en la ciudad... Lo he empezado a leer y reconozco que me ha atrapado desde el principio. Yo también soy de los que pensaba que Matías estaba disfrutando de un momento de gloria, que, por qué no, no debería ser tan anormal en la vida si la sociedad estuviese construida de otro modo... El final me sorprende, y esto es lo bueno, saber sorprender porque se trata de una triste historia de un hombre que sueña con lo que le gustaría tener y no tiene: el derecho a un puesto de trabajo... No debería ser tanto sueño, ¿no? Digo debería...

    El final estilo realista ayuda a reflexionar sobre l oque estamos viviendo ahora. Un final a lo "Qué bello es vivir" quizá hubiera sido más bonito pero probablemente no nos habría estimulado tanto...

    Me gusta cómo escribes relatos, Josep Julian, felicidades por esta entrada.

    José Luis

    ResponderEliminar
  30. ¡Uf! Dichoso trabajo. No nos lo podemos sacar de la cabeza. Bueno, mientras no se convierta en una obsesión o en una pesadilla.
    A medida que avanzaba la historia ya pensaba yo que este buen hombre iba a acabar en el "paro". Con los tiempos que corren...
    Un saludo y buen fin de semana.

    ResponderEliminar
  31. Hola José Luis:
    Pues estoy de acuerdo contigo, emociones y obras públicas casan mal, desde luego.
    Me alegra que la historia te haya gustado. Utilizo el cuento como herramienta de cuando en cuando en el blog y ahora ya tocaba.
    Además, en este caso permitía varios finales y me pareció que el que mejor le quedaba era el realista, estoy de acuerdo.
    Muchas gracias de nuevo por tus comentarios y hasta pronto.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  32. Hola Javier:
    Tu imaginación te ha librado de llevarte un sobresalto al llegar a la última línea pero es que, en los tiempos que corren y como dice José Luis, un final al estilo "Qué bello es vivir" o "La vida es bella" no hubiera sido creíble, por desgracia.
    Esperemos que al menos la estancia de Matías en el paro sea corta, lo cual será bueno para todos.
    Te deseo que también pases un buen fin de semana que yo pasaré en Bilbao ;-)
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  33. Hola Josep,

    Ni por asomo podía preveer el final tan interesante que has dibujado. El cuento que has escrito esconde una cruda realidad: Entregas tus mejores años, y tu tiempo, a la empresa y, ésta, no entiende de sentimientos ni emociones: Toma la decisión y "a la puta rue". Pero, la decisión, no la toma la persona jurídica sino una persona física... Deberíamos recordarle el viejo dicho de "A cada cerdo le llega su San Martín".

    Dicho esto, el subconsciente muestra y demuestra un potencial insospechado y no utilizado.

    Como sabes, yo también estoy en búsqueda activa, y es una excelente oportunidad para reflexionar y enriquecerte interiormente fruto de esta situación:

    a. Pasa rápido el duelo
    b. Tienes un curro: Encontrar curro
    c. Sueña qué te gustaría hacer
    d. Analízate: ¿Puedes?
    e. Si la respuesta es no: Formáte
    f. Si la respueta es sí: Traza plan de acción
    g. Contacta con gente
    Así hasta la z.
    z. Vuélcate hacia tu familia.

    Aprovecho tu giro lingüístico de tu cuento para, de golpe, llevar la z a la a: El primer punto es el de volcarte y apoyarte en la familia

    Si sueñas positivamente tu interior está preparado y preparándose para el nueveo cambio.

    Si sueñas negativamente: tu interior sigue anclado en el momento y en el hecho: ¿Por qué me ha tocado a mí?

    Te facilito el enlace al post de "El coste de oportunidad eres tú" por si alguien quiere ampliar...http://habilidadesdirectivas20.wordpress.com/tambores-internos/%c2%a1el-coste-de-oportunidad-eres-tu/

    Saludos,
    Agustí Brañas

    ResponderEliminar
  34. Hola Josep..., hoy he hecho balance del mes y ha sido catastrofico en realcion al año pasado, la produccion ha caido un 55.7 %..., poco a poco voy a menos, pero lo peor es que miro a mi alrededor y lo veo igual, en la ferreterria de mi calle no entra casi nadie, el almacen que me servia la madera ha cerrado, mi mejor cliente se ha dado de bajo del seguro de la nave, de la alarma, del fax, del telefono fijo..., un achique de agua continuo, un sacar la cabeza para respirar doloroso y angustiante..., pero ¿que pasa con los que ya han perdido elo puesto de trabajo...?, como dice alguno de los comentaristas es duro y dramatico, ya de por si pero lo peor es la ausencia de perspectiva, la dificultad de volver a ocupar tu puesto cuando ves que la empresa tambien se resquebraja..., creo que ese es otro de los grandes problemas. Una persona puede volver a trabajar pero una nave desmantelada es imposible de reflotar, un tejido industrial desguazado se convierte en un cadaver que ya no resucita..., tiempos duros Josep, tiempos... como le decia a jaime, en los que los jefes tendrán que cobrar lo mismo que el oficial de primera..., hasta que esto se reconponga.
    Saludos a todos.

    ResponderEliminar
  35. Hola Josep, en su sueño parece que le gustaría sentarse en un banco y esperar a que le llamen... Creo que Matías no tenía ninguna gana de ir a la cola del paro porque ya se sabe que vas a pasar por un absurdo trámite burocrático, absolutamente inútil, y no me extraña que le costara salir de la cama... te lo dice una que hizo sus prácticas de la carrera en el INEM.
    Un abrazo Josep.

    ResponderEliminar
  36. Hola Agustí:

    Me parece que todos los que hemos pasado por esto de militar en el PP (puñetero paro) o lo hemos de visto de cerca entendemos bien eso que dices que lo primero es buscar la protección y el refugio emocional de la familia.
    El faseado que propones me parece el adecuado y ojalá que no haya que llegar a la Z para encontrar trabajo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  37. Hola Pedro:
    Me hago cargo que cuando la situación a tu alrededor pinta como la que describes se te encoge el corazón y el ombligo.
    Conozco empresarios que en estos momentos no es que estén cobrando como un oficial, sino que no cobran nada. Y no lo digo como una heroicidad, que puede serlo, sino como una pena.
    Confiemos en que cada día que pasa nos acerque más a la salida de esta pesadilla.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  38. Hola Antígona:
    Desde luego si motiva poco apuntarse al INEM, lo que pasa después en forma de los más variados despropósitos, test absurdos y demás es como para no levantarse más.
    No sé en Madrid pero en Barcelona los trámites con el INEM se pueden hacer a través de SMS. Guay ¿verdad? Total, si el final es el mismo, al menos te ahorras el billete de autobús.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  39. El subconsciente trabaja y moldea anhelos, despierto, el protagonista deberá luchar, escalar muros o hundirse en el pozo.

    Que pases un estupendo domingo!

    ResponderEliminar
  40. En algún momento has comentado que para conseguir algo se necesita primero una previa visualización. En eso estoy de acuerdo; primero has de hacerte un planning mental para poder llevarlo a cabo.

    Pero lo que ocurre con los sueños es muy peligroso. La línea que separa la acción de soñar con la de fantasear es muy fina. Quién no apuesta por lo que sueña, se quedará eternamente en esa visualización irreal mientras su propia realidad le irá hundiendo cada vez más.

    ResponderEliminar
  41. No hay que desistir de los sueños. Sólo hay que buscar las señales que nos llevan a ellos. Los sueños pueden hacerse realidad, pero hay que ser específicos, es decir debemos definir las metas, y éstas deben ser mesurables, alcanzables, con fecha cierta. Dar los pasos necesarios es fundamental, después contabilizar el progreso. El corazón es importante a la hora de fecundar los sueños,
    Abrazos Josep

    ResponderEliminar
  42. Hola ClaveDeSol:
    Es verdad que creo que para conseguir algo antes es necesario imaginarlo, desearlo, recrearlo en nuestra imaginación. No es que no lo hagan así no consiguen las cosas que se proponen pero se han dejado una parte importante del proceso. Es algo parecido a la diferencia que existe entre un inventor (que debe soñar en el proceso) con un descubridor (que no puede dejarse llevar por sus sueños durante el proceso).
    La otra parte de tu comentario indica la diferencia entre soñar despierto y dormido. Uno sólo fantasea cuando está despierto, el resto es sueño y como tal, poco control se puede ejercer sobre él. Personalmente, cuando se trata de soñar, prefiero perseguir mis fantasías.
    Un saludo y muchas gracias por tus comentarios.

    ResponderEliminar
  43. Hola Belkis:
    Has descrito muy bien las condiciones bajo las cuales hay que definir los objetivos. Si esos se convierten en sueños que uno desea alcanzar, entonces lo fundamental es seguir tu consejo y no separar demasiado el cerebro del corazón para que uno alimente al otro hasta alcanzarlo.
    Muchas gracias por tu comentario. Se te echaba de menos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar