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Me vais a permitir que por una vez rompa la dinámica de este blog y que os hable de algo que, en otras circunstancias, hubiera abordado en mi Libro de Bitácora mensual. Me refiero a la sesión parlamentaria de ayer en la que nuestro Presidente de Gobierno desbrozó con lacerante humillación personal porque va radicalmente en contra de su ideario, nueve medidas a cuál más sangrante para tratar de contener el déficit público y quién sabe si además, aprovechó la ocasión para hacerse el harakiri político más clamoroso de la historia de nuestra democracia.
Hablemos con claridad, porque así es como se entiende la gente. Tenemos el país intervenido cautelarmente por el Directorio Comunitario que, curiosamente, es un ente virtual que no existe oficialmente pero, por lo que se ve, es enormemente poderoso ya que nos ha privado de una parte sustancial de nuestra soberanía a cambio de prometer ayudarnos económicamente si es necesario, que lo será. La reunión de ese directorio el último fin de semana y su juicio inapelable sobre lo que hay que hacer ha bastado para enterrar 30 años de pensamiento socialdemócrata en nuestro país. La llamada posterior de Obama para “animar a tomar una serie de medidas” desde mi punto de vista tiene mucha menos trascendencia en las medidas anunciadas porque ellos también llevan lo suyo.
La primera lección (esta magistral) a extraer es que quienes nos gobiernan no son los políticos sino los mercados. No es nada nuevo, pero el común de los mortales no se había enterado por culpa de tantas armas de distracción masiva con la que se les bombardea a diario y que en nada contribuyen a educarles en las claves del mundo que habitamos. Ahora el mensaje llega con toda claridad. El problema es que son esos mismos mercados de capitales los que hundieron la economía mundial en aquel ya lejano 2008 con las subprimes y posteriores caídas de entidades financieras de rancio abolengo y las que no cayeron fue gracias a la inyección de miles de millones de dólares con que las proveyeron los gobiernos, ahora deficitarios mientras Goldman Sachs ha vuelto a tener resultados escandalosos e incluso superiores a los de antes de la crisis.
Dicho de otra forma, la economía enferma de los fondos de pensiones e inversión en los que algunos (bastantes) tenemos depositados nuestros exiguos ahorros exige rentabilidad y eso equivale a sangre. Por alguna extraña paradoja del destino, la única forma de que mi fondo de pensiones (y el de todos los que lo tengan) que vengo construyendo pacientemente recupere parte del 40% del valor perdido en estos dos años, pasa porque mi país acabe de un plumazo con una política social que hará que los pensionistas vean congeladas sus pensiones, que el cheque bebé desaparezca, que las subvenciones por la ley de dependencia ya no tenga aplicación retroactiva, que los ayuntamientos ya bastante quebrados ahora vean recortados de nuevo sus presupuestos (también los sociales), etc. Y dejo la rebaja de sueldo de los funcionarios para un poco más adelante porque, a mi juicio, merecen tratamiento a parte.
La segunda lección, más dolorosa si cabe, es que el discurso político en el que se ha sustentado este gobierno desde el inicio de la crisis y que ha pasado por la negación de la mayor (no viene crisis, sólo una ligera desaceleración), el escaso eco (por no decir nulo) a las propuestas y sugerencias de los demás grupos parlamentarios para tomar medidas impopulares y a todas luces necesarias cuando la realidad era evidente, etc., se ha derrumbado como un castillo de naipes. Nuestro presidente dice que eso es debido a los sucesos de hace cinco días en referencia a los ataques a nuestro país por parte de los tiburones financieros… y por algo más, digo yo.Sobre todo, por haberse olvidado de que estamos en la peor crisis económica que todos hemos conocido en vida y que desde hace dos años ya no somos los nuevos ricos de Europa porque tenemos una fuerte indigestión de ladrillo. No olvidemos que en este país no tenemos una sola crisis, tenemos dos. Por si teníamos alguna duda ayer se disipó: el Directorio y Obama se ocuparon de acercarnos un espejo y al mirarnos en él comprobamos que la imagen que se proyectaba era el de un país pobre. Somos pobres, señores, no ricos, a ver si nos enteramos.
La tercera lección es que todo esto se puede explicar añadiendo la coletilla “y hubiera podido ser peor”. Y eso es lo malo, porque nunca se sabe lo que eso significa. Más impuestos, desde luego, pero qué más ¿que de momento no se eliminan los subsidios a las peonadas andaluzas? ¿que nuestros hijos podrán seguir contando con una ayuda para el pago de su alquiler que con su sueldo no alcanzan a poder pagar? ¿que el plan E para la subvención de la compra de automóviles se cortará en seco? ¿que los desempleados de larga duración tendrán o no prórroga de los 420 € mensuales? ¿que ya no habrá un ordenador por alumno?...¿Qué significa exactamente que podría ser peor? Por favor, que alguien nos lo cuente, porque hasta ayer mi umbral de referencia de lo que “podría ser peor” era Grecia y ahora vemos que los ajustes a los que se han tenido que someterse los griegos me recuerdan muchísimo a las medidas que el presidente anunció ayer.
Ayer, en el Congreso, dos cosas quedaron meridianamente claras: que no vale este gobierno porque no tiene credibilidad y que no hay alternativa porque lo que hay que hacer es lo mismo quien lo haga. Es decir, el gobierno ha aplicado buena parte de las medidas que le proponía la oposición (y eso es lo mejor del caso) no porque les haya convencido (no hace ni una semana de la última reunión Zapatero-Rajoy) sino porque en Europa le han dicho al señor presidente que “susto o muerte”. Ante esto y con una clase política absolutamente denostada (sigue siendo la tercera preocupación de los españoles, tampoco lo olvidemos) sólo cabe una salida, bueno dos. La primera, la más lógica, sería la composición de un gobierno de unidad nacional con la única misión de sacarnos de ésta a costa de hacer todos los sacrificios que sea necesario reeditando si es preciso otro Pacto de la Moncloa y otra, la obvia, sería convocar cuanto antes elecciones anticipadas y que sea lo que Dios quiera. Pase lo que pase, apuesto mi último centavo a que no se acaba la legislatura.
Y bueno, en este panorama en el que “todo podría ser peor” apunto algunos espacios más de “distracción masiva gubernamental”. Me encantará ver las ganas que le quedan a la ministra Bibi de hacer propuestas del estilo “miembros y miembras”, observar o no la capacidad de autoinmolación de nuestro innecesario vicepresidente tercero, ver si llegaremos a la nueva versión de la ley antitabaco para saber si al final se podrá fumar o no en las bodas y otras lindezas con las que los gobiernos de todos los colores salpican el monótono discurrir de nuestras vidas mientras no dan en el clavo de cómo generar empleo que es lo único positivo que esperamos que nos anuncien.
Todo esto mientras estamos en una situación del 20% de parados que, al parecer, es compatible con el hecho de que algunas empresas que se han aplicado en estos últimos años a hacer uno o dos ERE’s que han supuesto una profunda limpieza de sentinas estén ahora aplicadísimas en contratar empresas de selección para que les renueven las existencias con sangre nueva, mucho más barata y altísimamente motivada. Ay, el mercado y la madre que lo parió.
Como prometí, ahora voy a referirme a los atribulados y zaheridos funcionarios víctimas del recorte de sus ingresos en un 5% pero que, no olvidemos, todavía tienen vigente una cláusula de revisión salarial retroactiva para el año 2012. Ojito con quejarse demasiado, que ese es un precio muy bajo a cambio de un puesto de trabajo vitalicio. Y además, igual para compensarles, les dan unos cuantos días más de asuntos propios para que no monten una huelga que a estas horas parece segura.
Así las cosas, esta mañana cuando he ido a tomar café al bar de Jesús, mi camarero filósofo preferido, algo había cambiado porque costaba encontrar disponible alguno de los muchos periódicos de información general que ponen a disposición de los clientes. Los deportivos, sin embargo, tenían escasísima demanda y eso que estamos a las puertas de un fin de semana decisivo en la liga. Jesús me ha dicho: “lo siento pero parece que, de repente, la parroquia está interesada por algo que no sea fútbol, así que tendrá que conformarse con el Marca”.
Este post tendrá una vida corta, ya lo aviso. Mañana mismo publicaré otro más en línea con el contenido habitual. Respecto a este, es la primera y espero que última vez que os voy a pedir que dejéis comentario aunque no voy a contestarlos. Espero que me entendáis.
Josep
ResponderEliminarHasta en esto somos gemelos, eso sí tú con profundidad y estilo y yo con barriobajerismo circunstancial, pero en el fondo, tenemos el mismo mosqueo.
un abrazo
Es que el mosqueo es generalizado, más allá de las medidas. pero al menos, la mayoría de la gente se ha enterado de cómo se juega en este munco.
ResponderEliminarUn abrazo
Pocas veces me siento capacitada parta añadir algo a tus entradas. Hoy estoy plenamente de acuerdo contigo en un ¿5,60%?-Lo lamento pero no puedo evitar el sentir incomodidad cuando se ataca desde una parte y otra a los miembros y miembras ( en mala hora lo dijo y no rectificó), será mi vena feminista, pero en ese punto: nada del cien por cien.
ResponderEliminarMedidas impuestas, no deseadas y él con el rostro contraído y supongo que el estómago también. ¿Qué tiempos y políticos nos vendrán? Me temo que las izquierdas estamos de capa caída. ¡Peor no lo podían haber hecho en los últimos tiempos!.
Nos gobiernan aquéllos que hacen subir y bajar los mercados a su antojo.
Siempre podremos ir a peor...
'¡Cuidaremos el plan de jubilación y el fondo de pensiones...!
Un beso y felicidades( por la entrada,claro)
P.D...quería decir que estoy de acuerdo contigo en un 95,60% o más...
ResponderEliminar¡Uf!
ResponderEliminarEl trabajo que me acabais de ahorrar Jose Luis y tu.
Un abrazo.
Querido Josep,
ResponderEliminarTú que me conoces bien, sabes que esta crítica me sabe a poco... :-)
Zapatero lleva prácticamente dos legislaturas a las espaldas, creo que ya no puede argumentar de ninguna manera que todo lo que nos pasa viene de fuera, que han sido agentes externos los que primero trajeron los problemas y ahora exigen las soluciones. No, no es así. Entre otras cosas, estamos pagando muy caro el tiempo perdido en gobernar exclusivamente desde la ideología, asumiendo como de broma lo de 'esto te lo cuento en dos tardes', 'estamos en la Champions League de la economía', y otras tantas sandeces a las que nos tiene acostumbrados este gobierno de incompetentes.
Si queremos salir de ésta 'vivos' tenemos que ponernos de acuerdo en apartar la ideología y exigir que nos gobierne gente competente de una vez por todas, y que los llamados 'agentes sociales' fiscalicen en función de los resultados y no del color político. Ay, qué diferente habría sido el panorama sindical con la derecha en el poder... qué descaro.
No creo en absoluto en el tan manido pacto entre las fuerzas políticas actuales. Hay que escoger personas fuertes en las que podamos confiar, hay que volver a la talentocracia. No me cansaré de pedir listas abiertas, desde ya.
Muchas gracias por la oportunidad de comentar y un abrazo,
Jaime
Pepe: Ya había leído a José Luis, y ahora lo completo con ésto. ¡Magnífico! No tengo criterio para opinar pero suena muy sólido y me encaja con otras ideas previas que hace tiempo conocí a través del Club Bilderberg y las películas de Zeitgeist...
ResponderEliminarEs lapidario: somos marionetas y nos están moviendo los hilos como quieren. Es asqueroso, pero ¿a dónde vamos?
Tras la presidencia española en CE habrá crisis ministerial... Antes no.
ResponderEliminarYa veremos.
:/