Uno de los diálogos de la serie Mad Men me enganchó. El director de la agencia de publicidad se dirige a sus directores creativos y les dice: hay dos formas de sacar provecho a una oveja: comer sus costillas o esquilarla todos los veranos. En clave anglosajona viene a ser lo mismo que ya conocíamos por la fábula de la gallina de oro, que no conviene matarla.
La frase encierra dos visiones del mundo. Una, cortoplacista e invasiva que propone el aquí y ahora como paradigma válido y otra, sostenible y de rentabilidad continuada de por vida (de la oveja, se entiende) que se traduce en renunciar a probar su carne hasta mucho más adelante o tal vez nunca.
Estas visiones del mundo tienen múltiples aplicaciones a la cosmovisión y por tanto, a todas las actividades que realizamos a diario y en las que nos implicamos táctica o estratégicamente aún sin saberlo. En todas ellas, lo primero que hay que decidir es la táctica, que consiste en definir el
propósito que perseguimos y a continuación la estrategia, que es una palabra con significado diverso pero que puede resumirse en
cómo hacer para alcanzar las metas que nos hemos propuesto y si eso falla, en cómo improvisar sobre la marcha. En muchos casos y por desgracia, la estrategia se reduce a esto último.
La táctica implica sopesar qué es lo que nos conviene. Si tenemos hambre, matamos a la oveja aún a costa de renunciar a sacarle un beneficio continuado. Si la oveja no es nuestra, el dilema no existe pero en caso contrario, conviene saber lo que hay que hacer porque esa decisión implica consecuencias a medio plazo. Por lo común, la evaluación de alternativas es algo en lo que fallamos y que se enseña para poder negociar aunque, por lo visto, cuesta mucho aprender.
El término estrategia ha sido adueñado por las elites hasta el punto en que los plebeyos han asumido su incapacidad para tomar decisiones estratégicas. Diríamos, que muchos se han borrado de aplicar esa capacidad para la que se manifiestan en desventaja objetiva, pero no es cierto. A diario tomamos cientos de
decisiones estratégicas sólo que no somos conscientes de que lo son.
Nos levantamos por la mañana y observamos el cielo cubierto. Una decisión estratégica es coger o no el paraguas porque lo táctico es que, si llueve, no nos mojemos. Claro que si llueve y vamos sin paraguas siempre podremos protegernos la cabeza con una bolsa de plástico o guarecernos bajo una cornisa. Pero es una decisión estratégica, no hay duda y así todos los días de nuestra vida.
Escoger a qué colegio enviamos a nuestros hijos es una decisión táctica porque tiene muchísimas implicaciones, pero decidir parar o acelerar ante un semáforo en ámbar es una decisión estratégica que tomamos en función de un objetivo previo: llegar a tiempo a un lugar o evitar ser multados. Lo mismo sucede con cosas mucho más elevadas que se reflejan en la economía de un país pero la mecánica es la misma.
Si gobierno un país y mato a la oveja y reparto su carne en forma de subvenciones a troche y moche produzco satisfacción cortoplacista y aumento mi expectativa de votos pero genero déficit público y al final tengo que tomar medidas impopulares; si la dejo pastar todo el año puedo hacer algún bien pero sólo cuando he vendido la lana. Una decisión táctica, sin duda.
Otra cosa es que tenga que corregir el déficit público (táctica) pero entonces he de decidir qué partidas recorto para lograrlo (estrategia) y es entonces cuando me acuerdo de que en lugar de haber matado la oveja debía haberla dejado pastar hasta que me diera lana. Un lío, pero como ya estoy en él no me queda otro remedio que decidir y valorar las consecuencias de lo que haga.
Me pregunto si convendría mandar una copia del capítulo de la serie a la Moncloa.
Con algunos asesores de partidos las ovejas estarían siempre perdidas!!!
ResponderEliminar:-O
;-)
También se puede aprovechar la leche de la oveja, con la que se obtienen riquísimos quesos. Es decir, a lo mejor se mata la oveja porque sólo se ve la piel, cuando existen más rentabilidades. Y eso es así porque el cortoplacista está, normalmente, agobiado por un problema urgente, lo que le impide ver a largo plazo con serenidad.
ResponderEliminarUn saludo.
O pan para hoy y hambre para mañana. Pero por lo que se ve en casi todos los lados se prefiere matar la oveja, comer la carne hacer quesos como dice Josito y "trincar la lana" y el que venga detrás que arrée.
ResponderEliminarUna abrazo
Hola Josep:
ResponderEliminarPues si algo se ha notado mucho con este gobierno es la improvisación. ¿Táctica? ¿Estrategia?, hombre "no me jodas" (que dirían algunos que conozco), si tienes "intuición" no te hecen falta estas tonterías.
Bueno, sin cachondeo que esto es muy serio,
dudo que se pueda hacer peor, si bien en política nunca se toca fondo.
Un abrazo.
Probablemente el sabio y el prudente, analicen sus decisiones tácticas y estratégicas. El político solo busca la reelección. Triste, pero cierto. Las ovejas le traen sin cuidado. Él solo piensa en los borregos, que es como considera a los votantes.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Josep:
ResponderEliminarTu oveja me ha recordado una canción infantil:
"Tengo, tengo, tengo, tú no tienes nada,
tengo tres ovejas en una cabaña,
una me da leche, otra me da lana
y otra mantequilla para toda la semana".
Esto si que es estrategia y táctica, ¿eh?.
Digo yo que, tal vez, la solución hubiera sido tener varias "ovejas" para poder TENER. Aquí, me parece a mi, que algunos se dedicaron a las "cabañas" y se olvidaron de las ovejas y ahora nos toca comer "ladrillos" porque la "lana", que había esquilada, no da para más.
Eso sí, los de las "cabañas" siguen comiendo carne, leche, mantequilla y tienen buenos abrigos de lana. ¡Que el colesterol se les multiplique y la lana les de comezón!.
Un beso, Josep.
Hola, Pepe: Gracias por la metáfora que -como siempre- utilizaré en algún taller... junto con el detalle que añade Josito.
ResponderEliminarMe pongo a pensar en los Dptos. de RRHH y da mucho juego: cuando las ovejas tienen las ubres llenas y en vez de hacer quesos se las esquila, cuando hay que esquilarlas y se afilan los cuchillos...
Contestando a la pregunta final, pues de verdad que no sería mala idea, tal como están las cosas, pero creo que ya es demasiado tarde para ello.
ResponderEliminarObservando los verbos que has utilizado para describir el proceso: decidir, definir, sopesar, evaluar y escoger. Todos ellos requieren de la voluntad de pensar y de profundizar, dos actividades intelectuales que parece que son ajenas al dia a dia de muchos, políticos incluidos.
Un saludo,
Hola Gabi:
ResponderEliminarPerdidas o en el corral de otro, de eso no cabe duda.
Un abrazo.
Hola Josito:
ResponderEliminarJaja, como la vita es sajona y estos no son muy dados al queso de oveja por eso lo habrán obviado.
Está claro que conviene recordar la fábula de los tres hijos que el padre manda a ver mundo. El primero va todo el tiempo mirando al suelo, el segundo al cielo y sólo el tercero se entera de lo que ve porque mira hacia el horizonte.
Y aquí de vista al horizonte poca, la verdad.
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Hola Fernando:
ResponderEliminarCon todo el esfuerzo que se hace por concienciar de la necesidad de preservar el planeta y la poca capacidad previsora que demostramos. En efecto, aquí aplica eso de que el último apague la luz, ande yo caliente y ríase la gente y así un sinfin de refranes ad hoc, que para eso somos muy buenos. Por cierto, añado otro: consejos vendo pero para mí no tengo.
Pues eso.
Un abrazo.
Hola Javier:
ResponderEliminarEs que no se puede confiar siempre en la suerte y ni mucho menos en la "buena suerte".
En estos días observo mucho despertar a la "nueva realidad". Hoy mismo vengo de un ayuntamiento de capital de provincia que sólo ha concedido una sola licencia de obras en todo el año. ¡¡Una sola!!, luego la cosa no viene de ayer por la tarde aunque muchos negaran la evidencia.
La parte buena es que este despertar cuando viene la estampida al menos nos da la oportunidad de hace algo. Veremos.
Un abrazo.
Hola Armando:
ResponderEliminarEsto de la táctica y estrategia es algo que ecxplicó a la mil maravillas hace un montón de siglos Sun Tzu en su "Arte de la guerra". Por cierto, un libro muy regalado entre empresas por navidades pero muy poco leído.
Me ha gustado lo de los borregos, que aunque era obvio no había caído en ello.
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Hola María:
ResponderEliminarAy, la sabiduría popular otra vez en nuestro auxilio. La cancioncita de las ovejas habla acertadamente sobre conceptos sostenibles y que sólo se puede gastar de lo que sobra. Aquí parece que hemos hecho como los hermanos Marx en elm Oeste que van echando la madera de los vagones en la caldera al grito de "más madera".
Luego está eso de la rebaja de los sueldos de los altos cargos en un 15% poniendo cara de cariacontecidos como si se tratara de párvulos a los que ha regañado la señorita, en este caso una tal Merkel.
En fin, cuánto cuesta escarmentar en cabeza ajena, amiga mía.
Un beso.
Hola Alberto:
ResponderEliminarSí señor, esto es como quien llega tarde al trabajo y para compensar se marcha pronto. El mundo al revés.
Nuestros amigos los directores de RR.HH. (entre los que además de ex-cofrades tengo amigos y hasta algún que otro cliente) me parece que van a tener que aprender alguna cosa que hasta ahora no venía en el guión del puesto. Y como colectivo, me parece que tienen uno o dos problemas que no saben cómo afrontar.
Un abrazo.
Hola Astrid:
ResponderEliminarUn placer volver a verte por aquí. Puede que sea demasiado tarde pero digo yo que a falta de recibir anchoas del cantábrico que les llevaba Revilla, siempre agradecerán el detalle. Menos da una piedra.
Por otra parte eso de pensar debe dar muchos dolores de cabeza porque lo que es de pensar y además pensar bien andamos muy pero que muy faltos. Y prácticamente no hago excepciones.
Un abrazo.
Las cosas tienen que ir francamente mal cuando el amigo Josep, tan alejado en su blog de las veleidades de la política, últimamente ha fijado su lupa en ésta. Sintomático, ¿no? Con que hubiera un Josep como "fontanero" de La Moncloa yo ya me daría por satisfecho. Pero no, hemos de soportar, económicamente también, a 600 asesores o manos muertas cuyos salarios son tan opacos como su gestión.
ResponderEliminarHola Josep
ResponderEliminarEsto me recuerda al cuento de los dos reinos que ya contaba hace unos meses... Desgraciadamente, este gobierno tiene mucha estrategia, demasiada aunque la misma desde el primer día: MANTENERSE AHÍ ARRIBA y, claro, las tácticas no funcionan.
Un abrazo
Hola Domingo:
ResponderEliminarLas cosas no es que vayan mal ahora sino que ya hace tiempo. Lo que pasa es que parece que nos hemos aplicado a esconder la cabeza como los avestruces y pensar que mientras no nos tocara a nosotros estábamos salvados. Eso es lo que hace que me haya tomado la licencia de dedicar un par de artículos al asunto pero que no tema nadie, mis comentarios políticos volverán al Libro de Bitácora que es su sitio natural.
La responsabilidad de un gobierno es decir la verdad por dolorosa que ésta sea y el nuestro, amigo, o ha sido inconsciente o ha mentido que no sé qué es peor.
Gracias por la loa pero no creo que me quieran en la Moncloa de fontanero porque igual les dejaba sin agua caliente.
Un abrazo.
Hola JLMON:
ResponderEliminarEn efecto, recuerda tu historia de los dos reinos que era mucho más ilustrativa que la mía pero es que me ha podido la comezón.
Un abrazo.
Hola Josep Julian..., táctica, estrategia, visión de futuro, cortoplacismo, decisiones..., siempre me ha gustado planificar un minimo, es la unica forma de que algo salga medianamente bien, porque realmente nunca sale tal cual lo hemos planeado, pero aún así, seguimos funcionando.
ResponderEliminarEn mi caso, Josep, en mi pequeño mundo laboral no tomo decisiones trasccendentales, no arriesgo enormes capitales ni obtengo enormes beneficios..., todo es muy simple y a veces envuelto en manias personales que no responden a ninguna etica ni "buen hacer"..., pero está claro que también se da la estrategia y la tactica, pero enfocadas a una supervivencia, enfocadas a intentar mantener a flote mi tallercito, enfocadas a racionalizar mi relcación con los clientes, enfocadas a intentar hacerles ver que nos necesitamos los unos a los otros, que realmente todos formamos parte de la misma empresa..., aunque a veces eso les cuesta mucho de asimilar.
Un abrazo Josep.
Josep,buena metáfora,que como siempre nos hace pensar..A las ovejas sólo las entienden los pastores,ellos saben sacarles rendimiento.Los demás las venden o las matan..!
ResponderEliminar..Y ahora creo que, pretenden hacer cursos acelerados de magia para sacar "palomas y conejos del sombrero"Cuando no hay tiempo,ni recursos,ni ideas se va a la desesperada..!
Sólo nos queda desear que, ojalá apareciera aquel pastorcillo sabio, con su "tirador.." frente al gigante de la crisis..!!
Mi gratitud y mi abrazo grande,Josep.
M.Jesús
Hola Pedro:
ResponderEliminarComo bien dices, la táctica y la estrategia están en todas las dimensiones de la vida, incluso la cotidiana, como yo mismo defendía en mi entrada.
Tu taller, por pequeño que sea, es un mundo, tu cosmos en el que se reproduce todas las leyes del universo. La cuestión es que conforme ese mundo crece a veces se nos olvida aplicar lo que hacemos en el pequeño que no es otra cosa que aplicar el sentido común.
Las sociedades se comportan por suma de intereses y entonces se pierde la perspectiva, eso es todo.
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Hola María Jesús:
ResponderEliminarMuy cierto, el pastor es el único que sabe qué partido sacarle a una oveja. Pero cuando ese pastor deja de verse como tal y se empieza a llamar a sí mismo "gestor de ganado" hay que ponerse a temblar porque si bien las magnitudes cambian, no cambian las cosas que se rigen por sentido común y es así como la dura realidad se tiene que imponer corrigiendo los errores.
Un abrazo enorme.
Metáfora muy bien explicada Josep Julián, no se puede ser más claro y acertado poniendo ejemplos, esto es algo que ya los primeros pobladores sabían.....
ResponderEliminarSolo una pequeña pega.... los animalillos que salen en la foto..... ¡Son cabras!
Saludos