28 de junio de 2010

La inversión de los paradigmas



Los choques de realidad suelen tener dos efectos. El primero nos hace ver lo distintas que son las cosas de cómo nos las imaginábamos; el segundo nos abre una oportunidad de redefinir nuevas estrategias. Pero ambos efectos no son neutrales, sino que nos deja herida o nos genera duda.

La primera reacción suele dolorosa, porque no hace otra cosa que cuestionar nuestras creencias respecto de algo. Cuando la realidad nos hace ver algo, también hay algo que se cuestiona en nuestro interior. Si la cosa es profunda, a eso le llamamos desengaño y suele dejarnos algo aturdidos y con un poso que nos hace pensar que “fuimos demasiado crédulos”. Esos desengaños producen duelo, y no es para menos: porque algo que creímos que era de una forma se revela de otra. Imaginemos, por ejemplo, las secuelas de un desengaño amoroso. ¿Quién duda de que en ese proceso se produce una ruptura de paradigma?

La segunda reacción, la de la apertura hacia nuevas oportunidades, nace como consecuencia del duelo o incluso dentro de él. Bien, si las cosas no eran así, tal vez puedan ser de otra forma. Sin embargo, las oportunidades no se generan en el vacío sino que precisan la concurrencia de dos cosas igualmente importantes: las expectativas y ¡otra colección de creencias! Por eso suele llevarnos mucho tiempo reemprender la aventura, porque antes es necesario pertrecharnos de nuevo y ya sabemos lo que cuesta construir un nuevo paradigma. Para algunos tanto, que se quedan ahí eternamente parados lamentándose por ese paraíso perdido o preguntándose el por qué.

Si entendemos los paradigmas como un conjunto de guías generales por las que discurre nuestra existencia de forma segura y que han sido pacientemente construidas prácticamente desde el momento en que empezamos a relacionarnos con el exterior, es decir, que a empezamos a recibir con el biberón, no es de extrañar que el esfuerzo no suela aplicarse a constatar su certeza con la realidad sino a tratar por todos los medios de que la realidad se amolde a nuestras creencias, algo sumamente estéril además de trabajoso.

Pero a eso parece que nos empeñemos arduamente porque, en caso contrario, lo que se pone en duda es nuestra cajita de creencias, aquello que, convenientemente reforzado, también es conocido como nuestra zona de confort, allí donde nos sentimos seguros defendiéndonos de las “agresiones externas”.

Por eso es tan necesario desaprender. Porque si no desaprendemos no hay ningún margen para la renovación de nuestras creencias por muy equivocadas que sean. Cuando hablo sobre esto parece que lo que propongo es reemplazarlas por otras, y es cierto. Pero no necesariamente significa ir a buscar nuevos paradigmas a ignotos rincones del conocimiento, sino empezar por hacer una inversión de los que nos han acompañado desde tiempos inmemoriales. Por ejemplo, ¿podríamos tratar de cambiar “errar es humano” por “acertar es humano”?, ¿qué tal considerar que tal vez pensar mal no es la forma por defecto de acertar?, ¿podría darse el caso de que en lugar de ser desconfiados por naturaleza probáramos a confiar y no sólo en aquellos a quienes gustamos o se muestran abiertos a nosotros?

Sólo si empezamos a hacernos esos tipos de preguntas podremos afrontar los choques de realidad que, en fondo, sólo vienen a confirmar una certeza: que las cosas casi nunca son como parecen o queremos creer, aunque claro, eso en sí mismo ya es todo un paradigma. Mecachis, lo que me queda por delante todavía.

16 comentarios:

  1. Pues me temo que has caido en el país de los paradigmas... ¿O esto también lo es?


    ;)

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  2. Hola Josep:

    Yo creo que además de desaprender, a veces, se hace necesario volver a aprender o cuando menos a revisitar nuestra cajita de las creencias porque seguramente éstas, fueron cambiando con el tiempo.

    Luego preguntarnos siempre y buscar posibilidades, alternativas o paradigmas que uno a veces se lía.
    Un abrazo

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  3. Hola Josep:
    Te vas a pensar que sólo leo a Punset, pero, puñetera casualidad, ayer leí el capítulo "por qué no queremos cambiar de opinión", de su último libro, y nos da algunas respuestas a las cuestiones que planteas.
    Me temo que estamos hablando de algo más que un cambio cultural.
    Un abrazo.

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  4. Hola Joseph lo que si que es importante efectivamente cómo utilizamos las palabras, porque ellas conforman nuestra mente que influye en nuestra forma de actuar.
    Y al hilo se lo que dices si cuando me encuento mal digo que estoy fatal me estoy condicionando. Suelo decir menos bien...
    La razón fundamental de esta visita era interesarme por tu mano:)
    Un saludo. He disfutado de este post.

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  5. Hola Gabi:
    Los paradigmas son conjuntos de creencias y este país debe ser uno de los que rebosan paradigmas porque sólo viendo la riqueza de nuestro refranero ya te haces una idea. Si a eso le sumamos las creencias populares del estilo que hay que esperar dos horas a bañarse pera hacer la digestión, ni te cuento. Sí, definitivamente tenemos mucho que desaprender, ya lo creo.
    Un abrazo.

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  6. Hola Fernando:
    Aclaro que defiendo que hay que desaprender precisamente para dejar un poco de hueco en nuestra cajita de creencias y así poder volver a aprender.
    Es sorprendente ver la consistencia de nuestras creencias asi que si uno se revisita y las encuentra cambiadas, no hay duda, o se ha desaprendido/aprendido o estamos a las puertas de la demencia senil, jeje.
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

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  7. Hola Javier:
    Vaya ¿ahora Punset se dedica a pisarme las entradas? Pues voy a tener que denunciarle por plagio, jeje.
    Ahora en serio, desaprender es una actividad sanísima sólo comparable al afán que tienen algunos por vaciar su fondo de armario o su trastero de cosas inútiles. Otros, en cambio, se resisten todo lo que pueden para evitar que le tiren a la basura sus manualidades hechas con scubidubi.
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

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  8. Hola Katy:
    Me parece que, por diversos motivos, es la perimera vez que contesto directamente uno de tus comentarios. Aprovecho para decirte que es un placer contar con tu presencia y que estás invitada a participar tanto como quieras porque tus opiniones siempre son bienvenidas.
    Gracias por interesarte por mi brazo. Si Dios quiere el próximo día 7 me quitarán la escayola y espero volver a la normalidad, a la bendita rutina. De momento, poco descanso le doy pero confío en que eso no haya afectado a la recuperación.
    Yendo al fondo de lo que dices, has dado en el clavo. Las palabras nunca son inocentes y la manera en cómo nos hablamos condiciona mucho nuestra forma de ver las cosas. Decir que no estás mal cuando no estás del todo bien es una forma de construir paradigmas y toda una declaración de intenciones, así que me gusta el ejemplo que has usado.
    Muchas gracias y hasta pronto.
    Un saludo.

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  9. Profundas reflexiones, menos mal que no todo es Twitter y aún queda tiempo para pensar más detenidamente ;-)

    Es cierto, muchas veces nos obcecamos en lo que creemos y en lo que conocemos, y no salimos de nuestra zona de confort ni a tiros, hasta que al final nos vemos obligados a hacerlo.

    ¿No sería mejor plantearse salir de vez en cuando, conocer otras opiniones, otros puntos de vista (aquella genial frase tuya: "no estoy de acuerdo contigo, pero me gusta como piensas"), otros paradigmas?

    Un abrazo, y ¡ánimo!, ya te queda poco para volver a la "normalidad".

    Pablo Rodríguez

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  10. Decía Thomas Kuhn que los paradigmas son el conjunto de prácticas e ideas que definen a una disciplina y son compartidos por una comunidad científica. El día que llegó a esta conclusión la jodió! (con perdón) abriendo la puerta a todo!
    En fin, mis paradigmas creo que son las ideas y valores que mi comunidad del alma defiende. Un paquete en constante evolución porque es la prueba de que aprendo para aprender.
    Cuidate

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  11. Hola Pablo:
    Pues sí, todo en la vida no es Twitter dicho sea sin desmerecimiento alguno. La cuestión de la zona de confort es así de dura. No está hecha para curiosos sino más bien para aquellos que viven en el tedio de las autoprofecías cumplidas. Un lugar cálido y exento de riesgos aparentes diseñado para que no invite a salir a explorar. En cierto modo, lo que se aprende del mito de la caverna pero sin demasiados policías que impidan la salida.
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

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  12. Hola JLMON:
    Valorando en mucho a Kuhn más bien me quedo con tu definición: los paradigmas son ideas y valores que la comunidad del alma defiende. Pero ojo, que eso tiene muchas lecturas si no va acompañado de lo que dices luego... en continua evolución. Ahí sí, estoy contigo.
    Un abrazo.

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  13. La inversión o revisión del propio paradigma me parece sana e intelectualmente conveniente. Pero una cosa en saber desprender lo aprendido para poder incorporar nuevos elementos, corregir errores, evolucionar y crecer como personas y otra cosa es caer en el relativismo absoluto. Si todo debe y merece ser cuestionado, dónde pones el límite de la verdad? En el terreno emocional lo veo claro, si es ahí dónde apuntas, porque allí no hay verdades ni mentiras más allá de la propia subjetividad. Pero a nivel de valores, quiero pensar que mis paradigmas son estables, que no inmutables.

    Un saludo,

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  14. Qué importante es como dices, JOSEP, desaprender para abrirnos a nuevas posibilidades, aprendiendo nuevas cosas.

    Cambiar viejos paradigmas que se han convertido en pensamientos automáticos, es dificil pero no imposible.

    El primer paso es creo yo, tomar conciencia de COMO pensamos. Luego podemos tratar de plantearnos preguntas para abrir nuestra mente a nuevas alternativas.

    Besos

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  15. Hola Astrid:
    Te tranquilizo, no estoy para nada alineado con el relativismo absoluto sino con la necesidad de revisar algunos paradigmas con los que, de todas formas, en el fondo sabemos que no nos sentimos cómodos. Por esos es por donde conviene empezar a desaprender, tarea compleja pero necesaria y a partir de ahí obervar que nuestra posic
    ión relativa respecto al mundo cambia lo suficiente como para tener pistas sobre cuáles son los siguientes paradigmas a revisar.
    Un saludo.

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  16. Hola Myriam:
    Como psicóloga sabes a lo que me refiero con eso de desaprender, como dices, creencias de activación automática. Ponermos en modo manual, aunque sea para revisarlos, cuesta, ya lo creo, pero el esfuerzo merece la pena.
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

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