2 de julio de 2010

Cuando los pájaros mamen


Las cosas “no son” en un único sentido analítico o aséptico, sino que sólo son en la medida y en la forma en que cada uno de nosotros las interpretamos. Basta hacer un pequeño experimento para comprobarlo. Si reunimos a un grupo de personas y les preguntamos de qué color es un objeto obtendremos tantas respuestas como a personas preguntemos. “Fucsia” dirá uno, “coral” dirá otro, “fresa” un tercero. Y todas tendrán razón porque cada cual lo asociará a su propia experiencia.

Las cosas sólo son, por tanto, la proyección de nuestra experiencia. El ser humano no es una víctima inocente de sus experiencias en su vida sino su propio artífice, de la misma forma que no somos, en modo alguno, la última pasada de la urdimbre del telar sino, por el contrario, una larga pieza de tela que sigue creciendo mientras vivimos y actuamos. Lo último, comparado con el todo, es un mero accidente, pero eso no impide que seamos responsables de la pieza entera.

Sin embargo, hay que entender que somos instrumentos musicales permanentemente desafinados. Lo somos porque nuestras experiencias nos van separando o acercando a nuestras convicciones creándonos grandes o pequeñas contradicciones. Si viéramos en perspectiva nuestra propia tela (vida) nos daríamos cuenta de que el dibujo se distorsiona continuamente, igual que sucede con las buenas alfombras hechas a mano en las que esas imperfecciones nunca son valoradas como taras. He aquí un dato interesante.

Nos vamos transformando constantemente y la verdad es que no sabemos quiénes podemos llegar a ser a pesar de que no escasean visiones reduccionistas acerca de nuestras verdaderas potencialidades. La religión y la creencia en el destino, por ejemplo, son de lo más limitativo, por no citarnos a nosotros mismos, que no somos mancos. Visiones deterministas en las que "mejorar" es lo máximo a lo que podemos aspirar. Pero es que no se trata tanto de mejorar como de transformarse.

Transformarse implica avanzar hacia el futuro que deseas, no en alejarte del presente que no te satisface, que es en lo que consiste la mejora. Si avanzas hacia el futuro que deseas es que estás tratando de cumplir una aspiración, mientras que si te alejas de lo que no te gusta, nada hace suponer que a dónde llegues vayas a sentirte más cómodo, y en todo caso, nada impide que pudieras llegar a cualquier parte que no desearas porque no sabes a dónde querías ir.

El límite lo marca nuestro compromiso, aunque decirlo es mucho más sencillo que ponerse en marcha, así que todos contentos. Cuando falleció François Miterrand, un hombre netamente contradictorio durante toda su vida y que -guiños de la historia- ganó las elecciones presidenciales francesas con el lema “la fuerza tranquila”, el director de Le Monde le dedicó un panegírico que siempre me ha parecido sumamente ilustrativo. En él le describía como un hombre que fue capaz de aguantar estoicamente las tormentas en el puente de mando de la nave y llevando el timón, de soportar todos los contratiempos, etc. Ahora bien, concluía, era incapaz de aguantar una pequeña china en su zapato.

Así que todos tenemos limitaciones que están muy por debajo de nuestras capacidades, y aún así, conforman mejor que nada la realidad de cada cual. Diríamos que las cosas se expresan mejor por los detalles, si puede ser gráficos mucho mejor. Y la china en el zapato de Miterrand me parece muy gráfica.

No existen realidades absolutas en el sentido de que no sean interpretables. Cuando sólo era un jovenzuelo mi jefe me mandó a preguntar a un empleado cuándo tendría listo un trabajo que le había encargado. El tipo, que se apellidaba Carrique, me miró con condescendencia y me dijo, dile a tu jefe que no tenga tanta prisa, que la están peinando. Ya, repuse, pero es que espera una respuesta concreta. Entonces dile que estará cuando los pájaros mamen.

Cuando regresé y le di esa respuesta a mi jefe se quedó perplejo. Cogió el teléfono y llamó a Carrique quien le contestó que la cosa iba para largo por culpa de no recuerdo qué contratiempo y que lo que me había contestado “sólo era una forma de hablar” (léase una expresión de relación temporal inconcreta).

Y aun así, los pájaros no maman y de momento, no piensan hacerlo. Una de las pocas realidades inmutables.

24 comentarios:

  1. Las cosas son como son y nosotros las interpretamos a nuestra manera, estoy de acuerdo. Difiero, no obstante en esa reflexión sobre que si te alejas de lo que no te gusta nada hace suponer que donde llegues estarás más cómodo. Me baso simplemente en la experiencia: si se ha huído de algo que no gusta o dañino, supongo que se evitará en el futuro que se repita ese daño o esa frustración, ¿no? suele llamarse: "andarse con pies de plomo":) bueno, es una opinión personal.

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  2. "Transformarse implica avanzar hacia el futuro que deseas, no en alejarte del presente que no te satisface, que es en lo que consiste la mejora"

    Me ha gustado mucho esta frase (bueno, en realidad todo el artículo) y me permito tomártela prestada ;-)
    Transformarse para crecer (en positivo) vs. trasformarse para huir (en negativo). Para meditarlo con calma ...

    Un abrazo,

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  3. Hola Josep:
    Estoy totalmente de acuerdo con eso del dibujo distorsionado. Pasa que Fernando suele recoger frases que hemos dicho y que luego comparte con nosotros a través Thinking Souls. Cuando releo las frases que he dicho, a veces me quedo asombrado y no sólo porque les encuntre otro sentido fuera de su contexto, sino porque me da la sensación de que yo no he podido escribir eso. Realidades iguales, contextos diferentes, conclusiones imprevisibles.
    La distancia nos hace ver las cosas de forma tan diferente que a veces me preocupa.
    Un abrazo.

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  4. ... en cualquier caso, avanzar hacia un futuro que deseas y alejarse de lo que no te gusta no son acciones contrapuestas. Es más, que yo recuerde, llevo haciendo las dos cosas unos cincuenta y tantos años. Lo frustrante, aunque a veces divertido, es darte cuenta al llegar, que no deseabas ese futuro tanto como creías... o, descubrir con el paso del tiempo lo que perdiste al alejarte de aquello que no te gustaba.

    Carrique!, un apellido perfecto para un Sargento instructor. Me lo imagino diciendo con voz profunda y estruendosa: "¡cuando los pájaros mamen, muchacho!"...

    un saludo Josep Julián.

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  5. Creo que la realidad es nuestro espejo.
    Y en cuanto a frases para la ocasión, por aquí solemos decir "cuando las vacas vuelen"...
    Un fuerte abrazo Josep, y gracias por compartir el camino. Mirta

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  6. También se puede decir "Cuando las ranas críen pelo", Josep. En fin, que todo es relativo en esta vida, ¿verdad?. Ya lo dijo Ramón de Campoamor: "En este mundo cruel, nada es verdad o es mentira, todo es según del color del cristal con que se mira".

    Un abrazo y mejórate ;-)

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  7. Lo he leído con interés.nada extraño ni nuevo. Me ha gustado mucho el sentirme telar, tapiz y sentir en mi interior muchos nudos.
    Considero que cada cambio que nos ofrece la vida, cada sobresalto que vivimos , cada giro que damos, nos hace vivir, vivi más intensamente.No puedo soportar la rutina constante y el que todo vaya bien...
    Es cierto que cada uno ve la vida con un color diferente o con el mismo pero lo define distinto. Lo que me maravilla también es cómo me "veo" yo, como nos vemos y como me ven, como nos ven y nos describen los que nos rodean o miran. Distinto en la mayoría de los casos ¿no es así?
    Un beso

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  8. Cierto y también recuerdo la frase de Campoamor, antes citada en tro comentario.

    A ese empleado tan irreverente, tan grosero y poco comprometido, supongo que lo echaron del trabajo. Al menos yo jamás hubiera toleraso una respuesta así, y además con la desfachatez de usar o un tercero como canal. Me imagino tu malestar.

    Como bien dices, nosotros somos los artífices de nuestra realidad.

    Un abrazo

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  9. Hola Ginebra:
    La diferencia entre trasnformarse y mejorar es mucho más profundo que buscar cambios de escenario. En un caso, diriges tu vida y en el otro te limitas mucho más. Del fuego todos huimos pero alejarse de dolor no necesariamente significa que a donde llegues sea a done querías ir.
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un beso.

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  10. Hola Astrid:
    Esta frase en concreto no es mía, pero creo que puedes usarla como yo lo he hecho. Me alegra que te haya gustado el artículo y siempre es un placer verte por aquí.
    Un abrazo.

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  11. Hola Javier:
    No creo que haya que preocuparse demasiado porque al echar la vista atrás viéramos las cosas de una forma distinta a otra. Cuando pase un tiempo seguramente también nos sorprenderemos de algunas de las cosas que mantenemos hoy. Vamos cambiando continuamente porque evolucionamos, señal de que estamos vivos.
    Lo mismo les sucede a los autores que a menudo hacen revisiones de sus obras. Es inevitable.
    Un abrazo.

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  12. Hola Fali:
    Sin ánimo de contradecirte, sí creo que son cosas distintas en el propósito. No es lo mismo quiero ir hacia ahí que no quiero estar más tiempo aquí. Pero que la semántica no nos equivoque. El lenguaje es todo menos inocente, amigo mío.
    Carrique sí que es un buen apellido cuartelario, aunque este más bien era un empleado de banca y además muy buena gente.
    Un abrazo.

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  13. Hola Luz del Alma:
    Eso del espejo es la mejor demostración de que lo que vemos es nuestra propia realidad, no la realidad, si es que tal cosa existe. No me gustaría descubrir en el espejo según qué cosas porque soy muy obervador y bastante crítico.
    A mí también me gusta que compartamos camino en este trecho.
    Un abrazo.

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  14. Hola Fernando:
    Cuando era pequeño ya debía ser un niño un poco raro porque pronto empecé a preguntarme si los demás veían los mismos colores que yo. Cuando una vez se lo pregunté a mi maestra me dio un coscorrón cariñoso y me mandó a jugar al patio. Nunca supe si fue un castigo o una muestra de complicidad.
    Un abrazo también para ti, amigo.

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  15. Hola Camy:
    Tu comentario me ha parecido muy rico y estoy compoletamente de acuerdo con lo que dices. Somos tapices llenos de nudos y cada uno de ellos es un evento que nos definió o nos define.
    Muchas gracias por tu cercanía.
    Un beso.

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  16. Hola Myriam:
    Carrique no era un mal tipo. Yo sólo era un niño y todo servía de aprendizaje. No lo echaron, claro, pero fíjate que después de los años me sigo acordando tanto de su frase como de su apellido.
    De todas formas, gracias por tu solidaridad.
    Un abrazo.

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  17. Como hoy estamos de frases hechas añado yo otra: "No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va". Esto viene a decir que no toda metamorfosis es buena por el mero hecho de serlo. Damos por hecho que cambiamos a mejor, de capullo a mariposa, pero hay quien sigue en estado de larva y no se ve que aquello eclosione. Transformarse lleva un componente de voluntarismo importante y eso, volvemos a lo de siempre, implica un esfuerzo, palabra proscrita en estos tiempos por nuestro sistema educativo y en muchas casas, que es donde empieza a configurarse de veras el individuo. Buenos cestos haríamos con otros mimbres.

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  18. No sabia yo que en el papel de "profesional" seas o hayas sido, tan simple como un portavoz literal y no un interprete, perdona amigo pero no estuviste fino ese día. Yo habría sido capaz de haber trasladado el mensaje sin incorporar ningún giro, algo que hiciera entender la sentencia del "amigo Carrique". La vida lanza al azar cada mañana sus dados de la suerte: a unos los mantiene en su status, a otros le concede una oportunidad, y a otros les nubla la vista con incertidumbres inesperadas. ¿Cómo interpretará cada uno ese matiz "rosa"?, pues como la vida misma. En la vida como en la muerte, hay que tener siempre un poco de suerte, otro de comprensión y mucho de humildad. Calma chicha y mucha chica sobre la orilla. Por cierto que sepas que Carrique sabe donde vives.

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  19. Hola Domingo:
    La frase que mencionas encierra sintéticamente mi argumentación. La metamorfosis es un proceso previsto genéticamente, mientras que las transformaciones humanas son un proceso consciente y dirigido, al menos en lo que está en nuestra mano hacer. Implica esfuerzo, qué duda cabe, y es cierto que nuestra sociedad no tiene eso como valor primado, lo que tal vez explique en parte esa cadecadencia que tenemos ante nuestros ojos pero que nos empeñamos en no ver.
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

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  20. Hola navegante:
    Sirva como eximente que a la sazón yo tenía 16 años y meritaba como botones de una entidad bancaria. Mi capacidad de interpretación seguramente era más alta que mi voluntad de literalidad pero como nos decían tantas veces que no teníamos que pensar y transmitir los mensajes como los recibíamos pues a eso me apliqué.
    Confío en que esa explicación atenue en parte tu juicio. Lo de los dados de la suerte, lo dejo para otro día.
    Aqui también hay calma chicha, que precede otra mayor para el mes que viene.
    Buen viento y si no, buena sombra.

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  21. Cierto es que el límite lo marca nuestro compromiso, pero a veces estando muy comprometidos, hay pequeños y grandes detalles, que son interpretados de distinta manera en función del sujeto, y en función de esa interpretación, que lleva a una acción, tendremos resultados en uno u otro sentido. Somos artífices de nuestra experiencia y por ello también somos responsables de las consecuencias de nuestras acciones. A veces damos “palos de ciegos” esperando a que los “pájaros mamen” aún sabiendo que no lo harán…
    Un cariñoso saludo Josep

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  22. Hola Belkis:
    Nuestro compromiso no puede trascender dirigir nuestra nave a un puerto determinado. Los accidentes del camino son lances, de los que somos responsables o no, aunque siempre impliquen un precio, pero que no deben hacernos cambiar de dirección.
    Es imposible contentar a todos, a veces ni a nosotros mismos, pero estoy convencido de que a pesar de que los pájaros nunca mamen o que las ranas no crien pelo, hay otras muchas cosas que sí son posibles aunque tal vez no sean probables, por las que merece la pena ponerse en camino. Y creo que sabes de lo que hablo.
    Un abrazo y una vez más, muchas gracias por tu visita.

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  23. Hace unos años lei un artículo de Remei Margarit sobre este tema que me impresionó por lo acertado y por lo que coincidía con mi propia visión sobre el asunto. Tanto me gustó, que lo transcribí en el blog. Y siempre que alguien habla de cambios y transformaciones lo recuerdo.

    Venía a decir que respuestas vitales hay muchas, diría que tantas como individuos. Y que las transformaciones se presentan en ráfagas y de forma cíclica y nos hacen oscilar de un lado para otro.
    Los trabajos, los amigos, los amores... todo se encuentra sujeto a las ráfagas. En algunas cosas o con alguna gente permanecemos más tiempo... pero al final el ritmo cíclico de la vida se las acaba llevando y pasan... Y es que lo único permanente, duradero es el cambio, la transformación...
    Pero en todo ese trasiego de aprendizajes y de afectos, de todas esas ráfagas, algo queda en el patrimonio emocional de cada uno. Una luz de atardecer, una sonrisa, una pasión imperecedera pero fugaz, tal vez una bronca solemne, una pena llevada estoicamente en el baul de los recuerdos... Pérdidas y ganancias que la vida lleva consigo por el sólo hecho de vivir.
    A nadie le gusta vivir entre las ráfagas de lo que sea, por cada vez que pasa una, se lleva parte de nosotros y la sensación es de pérdida de algo importante. Aunque ocurre también que las ráfagas traen otras cosas, cosas nuevas o afectos de otra índole, tal vez efímeros pero son y están ahí.
    Ráfagas de viento, de relaciones, de afectos. Amigos y amores que van y vienen en tiempos distintos. Y en ese ir y venir se construye, inconscientemente, la estructura que nos sostiene.
    Creo que muchos lo llaman resiliencia, y cuanto más nos hemos transformado más recursos hemos desarrollado y tenemos para enfrentarnos a lo nuevo que se nos presente. La vida es siempre una pregunta a la que contestamos como podemos. No, no existen realidades absolutas.
    Me gusta tu entrada.

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  24. Hola Cristalook:
    Tu comentario es un post en sí mismo. Suscribo prácticamente todo lo que dices, así que poco añadiré. Sólo decirte que la transformación a la que me refería tiene mucho más de dirigida, de proceso consciente al menos en la determinación de transformarse, pero eso no invalida cuanto dices.
    Un beso.

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