14 de diciembre de 2010

Intemperie

Convengamos que tenemos asociadas una serie de imágenes que actúan como poderosos resortes que nos permiten asegurarnos de que todo está en orden, que las cosas se producen en un entorno seguro.

Luis Eduardo Aute ha editado un nuevo disco sobre el que todavía no sé nada excepto que se llama Intemperie. La relación entre esas imágenes y el nombre del disco de Aute arranca del hecho de que pocas cosas nos produce más insatisfacción que permanecer a la intemperie (también podría decirse quedarse con el culo al aire).

Desde el plano emocional la imagen de mostrarse desnudo es una forma de decir que no tenemos nada que ocultar, que nos presentamos sin trampa ni cartón. En realidad, también es una forma de mostrarnos indefensos por voluntad propia y por ende, de pedir que no nos agredan. ¿Quién quiere atacar a un indefenso?

Esto también está relacionado con nuestro empeño por ser permanentemente inocentes. La inocencia tiene muchas ventajas; la principal, que no seamos culpables. Pero también nos permite presentarnos como víctimas y esa ya es harina de otro costal. El victimismo apoya la idea de que cuanto nos sucede es producto de la acción de otros, que no tenemos nada que ver, que pasábamos por allí. La culpa siempre es de otro.

En estos días hemos sabido que Marta Domínguez, la mejor atleta española de todos los tiempos ha sido imputada por un presunto delito de dopaje. Que se sepa no se ha defendido alegando inocencia. En tanto que no inocente, todo el mundo se le ha echado encima. Pero ¿por qué se dopó? Para protegerse de la intemperie que produce la decadencia de una larga y exitosa carrera deportiva. ¿Es la única culpable? Por supuesto que no. También lo son el entrenador que se lo sugirió, los médicos que le proporcionaron los cócteles, la federación que nada vio. Todos ellos también trataron de protegerse de su propia intemperie.

Las sucesivas intemperies que se van produciendo en nuestras vidas producen un efecto devastador. La intemperie de los pequeños defectos físicos, la de la pérdida de la juventud o la vitalidad sexual de los hombres se tapa con intervenciones quirúrgicas o pastillas azules. Nunca antes como ahora. La intemperie sentimental produce asimismo efectos corrosivos después de haber perdido la capa brillante de nuestra superficie afectiva. La intemperie de la falta de trabajo o dinero afectan a la misma capacidad de actuar. Hay muchas intemperies que ni siquiera hemos experimentado en carne propia pero que nos aterran con tan solo imaginarlas.

Ante esto, nuestra capacidad de reacción nos hace poner en alerta. La aceptación de las sucesivas pérdidas que se producen en nuestras vidas siempre acaban por llegar pero no antes de haber tratado de combatirlas y muchas veces tampoco se combaten sin haber tratado de ignorarlas. Lo que asusta es el hecho de ceder terreno paulatina pero inexorablemente y en esa pérdida considerar que somos cada vez menos. Todavía nos queda mucho que aprender sobre nosotros mismos.

Esta crisis atroz nos ha dejado a la intemperie en la misma medida que nos ha despertado de un sueño. La realidad es que ya nunca seremos los de antes y que deberemos aprender a vivir con la parte que quede de nosotros. En realidad, no es que hayamos perdido tanto como creemos sino que nos habíamos puesto muchas capas de pintura encima que ahora, al perderlas, nos han devuelto a un estado más auténtico. Como decía al principio, quizá es el momento de volver a mostrarnos desnudos que ya sabemos que es una forma de decir que no tenemos nada que ocultar, que nos presentamos sin trampa ni cartón y tal vez con la única compañía de nuestros auténticos valores. No somos inocentes, sólo responsables. Y lo somos gracias a un tipo de intemperie que no esperábamos.

20 comentarios:

  1. Disfrutaremos de nuevo con Aute.Pocas veces descepciona.Josep Julián comenzaba a leerte y no relacionaba intemperie con culo al aíre. Intemperie se me representaba a pasar la noche o noches sin techo; dejar los brebajes de la ratafía a la intemperie...con el culo al aíre siempre lo asociaba, a la metedura de pata en una reunión, en el descubrimiento de alguna falsedad, etc., por tanto mostrase desnudos no es en este caso un victimismo para que no nos agredan, no es algo que hemos querido mostrar, nos han descubierto, al igual que a Marta Domínguez que ha sido descubierta y lo serán muchos más, porque no quieren abandonar la poltrona, cueste lo que cueste, y al estar arriba y con poder se creen indestructibles...
    Todo el mundo ( de la federación,atletas,etc) posiblemente lo sabían, más no aceptan la realidad.
    a algunos la intemperie les fortalece, a otros les hunde para siempre.
    Perdona la extención.Un beso

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Excelente. No hay nada mejor que mostrarse autenticamente como uno es y asumir la propia responsabilidad antes los dichos y hechos. Yo lo hago y por eso duermo tranquila. Sacarse las capas de pintura, tiene sus ventajas.

    COmo sabes he estado en Burgos en el Encuentro Bloguero del fin de lectura del Quijote, el mejor evento del mes del que di cuenta en mi blog- Me pondré con calma al dia con tus escritos. Sabes que no me gusta leerte a las apuradas. De momento estoy visitando a todos los amigos, que han sido prolíferos y que, en mi ausencia, no pude leer.

    ResponderEliminar
  4. ahh y desde ya, un abrazo, querido amigo.

    ResponderEliminar
  5. Hola Josep:
    Interesante reflexión. Tal vez esto de la "intemperie" tenga mucho, muchísimo que ver con la cultura que hemos creado. Sí, esa por la cual siempre somos altos, guapos y con éxito. Será porque lo tengo asumido, pero creo pasear desnudo bastante a menudo. Quizá no del todo, pero con bastantes "verguenzas" al aire. Y la verdad es que una vez que empiezas le vas quitando el miedo.
    Palabra de honor.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Hola Josep:

    Buen y reflexivo artículo el que nos dejas hoy. Al igual que otros comentaristas yo creo necesario quitarse "capas de pintura", porque ya se sabe que nada es eterno por mucho que nos empeñemos en tunear nuestras miserias. hay que ir asumiendo, como se debe asumir la vejez, la flata de salud y tantas cosas. Si lo tenemos claro, todo es más fácil, e incluso natural y no existiría el concepto "intemperie".

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Cuanto hay de verdad en este post que te ha salido lúcido como brillante.
    Cuanto mas capas de pintura nos hayamos echado encima más costará desprenderse de ellas.
    Solamente por observar el devenir de los tiempos con otros ojos, teníamos que haber intuido que después de cada esplendor llega la decadencia. Cuando se relajan las costumbres, cuando todo ha sido derrochar, despreocupación y vivir por encima de las posibilidades, lógicamente tendría sus consecuencias.
    Quien ha tenido en su vida otras aspiraciones además de, como las que citas, de aprender sobre si mismo, ceder por generosidad y solidaridad le costará menos trabajo quedarse desnudo.
    Efectivamente no somos inocentes, y si responsables.
    Un abrazo y ojalá no sea demasiado tarde y algo se pueda enderezar.

    ResponderEliminar
  8. Hola Camy:
    Nada que perdonar. Me gusta leerte así que por eso no te preocupes. La intemperie, con o sin el culo al aire, es un estado que denota precariedad pero aquí lo que hay que preguntarse es si lo que nos protegía de ella era tan bueno como suponíamos o no tanto. Si la precariedad supone aumento de autenticidad bienvenida sea, si no, ya es otro asunto.
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Hola Myriam:
    Es un placer saberte de vuelta de tu periplo bloguero que estoy seguro te habrá sentado de maravilla. También agradezco que te tomes tu tiempo de lectura reposada de este y otros blogs y por último me alegro de que practiques habitualmente el saludable ejercicio de lijar tu chapa de pintura porque ya sabes de lo que hablo.
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Hola Javier:
    Bienvenido al lifting emocional. Como dices y te creo, al principio da un poco de apuro pero luego se le coge el gusto a esto de ir en pelotas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Hola Fernando:
    Ya intuía que tú eras otro de los practicantes. Asumirse es un ejercio intenso que reclama irse sacando costras de lo que sea muy a menudo y sobre todo, estar atento a que no se vuelvan a reproducir. Es difícil porque vivimos en un mundo que las fomenta pero no imposible. Ya digo que vivimos en la sociedad del envase y para hacer eso hay que ir un poco a contracorriente pero no tanto como parece a simple vista.
    Muchas gracias y un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Hola Katy:
    Muchas gracias por tu comentario. Es cierto que preferimos ser inocentes antes que responsables, pero ser responsable es un ejercicio muy difícil que supone hacer unas cuantas cosas antes. Que a nadie se le ocurra ponerse a ello sin más. Empecemos por identificar lo que llevamos encima y no es nuestro, por descubrir qué parte de nosotros habla de lo que somos y sobre todo, por dejar de desear de otros lo que no tenemos ni falta que nos hace.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Hola Josep, para mi la peor intemperie de esta sociedad es la de los valores y la cultura, y la falta de reacción ante situaciones que atacan principios y derechos básicos como ciudadanos.
    Nuestro único valor es el dinero, tanto tenemos, tanto valemos. Culturalmente este país ha quedado convertido en un paramo, parece que las únicas inquietudes son el fútbol y Belén esteban.
    Igual me he salido un poco del tema, pero creo que una sociedad que actua así, no puede estar más a la intemperie.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  14. Hola J. Carlos:
    Creo que no te has apartado en absoluto del tema, todo lo contrario. Toda intemperie se vive como la consecuencia de una pérdida, que es lo que más tememos. Sin embargo, hay pérdidas que sólo hay que lamentar que no se hayan producido antes.
    El fenómeno de Belén Esteban (y creo que emplear esa palabra aquí tiene todo su significado) apunta a lo que dices. Hay un páramo de valores y cultura porque se han visto ahogados por sucesivas capas de minio, pintura y barnices varios que los han ocultado. Pero hay muchas más cosas debajo de esas capas a las que no queremos enfrentarnos y la más importante nosotros mismos. Pero en fin, el tema da para pensar un poco.
    Muchas gracias por tu aportación y un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. Grandísima entrada Josep.
    Y maravilloso comentario que le has escrito a Katy, del que me apunto para mi plan de accion personal: identificar lo que llevamos encima y no es nuestro, por descubrir qué parte de nosotros habla de lo que somos y sobre todo, por dejar de desear de otros lo que no tenemos ni falta que nos hace.
    Mis MáS sinceras gracias.
    un abrazo, M.

    ResponderEliminar
  16. Yo suelo dormir como un tronco: ZzZzzzzZZ, suelo en mis adentros convenir que soy o intento ser lo más leal que me posibilita las situaciones, sin ser banalmente un espacio diáfano en el que cualquiera puede leer. Suelo usar un latiguillo moral, para respirar hondo y apreciar lo que tengo, sin perder de vista la realidad, y este es aquel que te recuerda “mirar hacía atrás y recordar de dónde vienes”, así en esa proyección puedes ver con más claridad, lo que es la suerte, lo que posees, la comodidad con la que vives y que nada de eso es un regalo, sino fruto de un día a día, y el convenio con tu trabajo y tu ingenio. En cualquier caso, no creerse que pisas más allá del escalón que ves delante tuyo, puede ser un buen modelo de gestión, de este modo también obviarás lo que de cretinismo tiene nuestra naturaleza de creerse que todo lo que tiene, le viene dado Por mor del dedo divino. Acaso esto no estaba más que inflado?.

    ResponderEliminar
  17. Hola MaS:
    Si ya es un placer para mí cada vez que te asomas, imagínate cuando me dedicas esos piropos. Ahora en serio, me alegro de que te haya ayudado a reflexionar tanto el artículo como alguno de los comentarios. Siempre he dicho que lo mejor de un blog es el debate posterior a los artículos y en ese sentido me considero un privilegiado.
    Últimamente le estoy dando muchas vueltas a las distintas facetas que nos presenta la emocionalidad. El año pasado hablaba más sobre habilidades emocionales y este lo hago más sobre aspectos de plataforma para descubrir que es un tema inagotable.
    El año que viene voy a tratar de orientar más las entradas hacia los actos lingüísticos que es otro inmenso océano en el que bucear y para entonces espero que nos sigas acompañando.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Hola Adolfo:
    No sólo estaba más que inflado sino que llegamos a creernos que éramos lo que nunca habíamos soñado ser y a precio de ganga. ¿Quién se acuerda de lo que costaba un café antes de la llegada del euro? ¿Cuándo habíamos tenido antes una moneda que nos permitía irnos de vacaciones a Estados Unidos y pedir dos de cada? Ahora bien, todos nos acordamos de lo que ganábamos en términos de pesetas y los que nos permite comprar con su equivalente en euros. Ahí ha estado la base del engaño y del sopapo que nos estamos llevando ahora cuando todo vuelve a la cruda realidad. Ese tipo de intemperie, que de todas formas no era el único al que me refería en el artículo, desde mi punto de vista es positivo en tanto que nos despierta de un sueño en el que vivían seres mitológicos que no éramos nosotros. Por eso tu gimnasia me parece conveniente, sana y profiláctica... aunque infrecuente.
    Un abrazo y buen viento navegante.

    ResponderEliminar
  19. Josep,desde niños las "carencias nos han probado,unas veces para mal y otras para bien,porque de todo se aprende y si hemos aprendido a fortalecernos y a tener consistencia interior,nada es en vano...!
    Ahora en la "crisis", observaremos "carencias propias y ajenas",que nos mostrarán de nuevo las "piezas..."que nos faltan del puzzle interior.¡¡TODOS VAMOS A APRENDER MUCHO...!!

    Josep,te felicito por tu agudeza y claridad en el comentario que me has dejado.Es la idea principal del poema,ser uno mismo, pase lo que pase, en todo momento...!
    Mi abrazo grande por tu inmensidad.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  20. Hola Majecarmu:
    Recibo como un regalo tu comentario. En efecto, como dices sucede que tenemos las piezas del puzzle completamente desencajadas o perdidas debajo de cosas absolutamente ínútiles que no sólo no nos adornan sino que hasta nos pueden afear. En este sentido, tenemos mucho trabajo.
    Muchas gracias como siempre y un abrazo.

    ResponderEliminar