Un maestro le preguntó a uno de sus alumnos:
- A ver, cuál es la capital de Italia
- Riga, respondió el alumno sin estar muy seguro de haber acertado.
Por detrás, uno de sus compañeros de clase le sopló la respuesta correcta tratando de que el maestro no le descubriera.
- Perdón, estaba errado. La respuesta correcta es Rota.
- Puede que antes hayas errado, pero ahora lo que estás es herrado.
Esta historia que parece de chiste, pero que no lo es, se reprodujo el otro día en un entorno distinto. Me contaron que en una reunión de una asociación de padres y madres de alumnos de una escuela uno de los asistentes sacó a colación un tema controvertido cuyas supuestas consecuencias trató de justificar utilizando una pizarra de la clase en la que se celebraba la reunión. Otro de los asistentes, que al parecer conocía los hechos a fondo, se iba poniendo cada vez más furioso al escuchar las inexactitudes en las que el otro estaba incurriendo.
Al fin, se levantó indignado arrebatándole al otro la tiza que sostenía en su mano y señaló con amplios círculos las partes de la exposición con la que no estaba de acuerdo y para darle más énfasis añadió la palabra HERROR.
Todo el mundo se quedó helado hasta que otro de los asistentes afirmó con sorna: vale, acabo de despejar mis dudas. Ya sé quién está equivocado y quién es un burro.
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Hace 1 año
Hola Josep, me ha parecido muy divertida su historieta, decirle que he leído su mensajito en mi blog, y comentar que para mi, el buen hacer, siempre es un don, pues no se puede realizar ese buen hacer, sin la maravilla de la conciencia en lo que estamos haciendo, ergo se convierte en un don, en algo así como "haz de tu vida ordinaria algo extraordinario". Para realizar ese acto de amor, hay que tener el don de la tramutación. Creo que todos lo tenemos, pero pocos son los que estan dispuestos a re-descubrirlo. La mayoría prefiere la periferia, menos problemas, se cumple con lo pactado y listo. Y el verdadero Arte al que yo me refiero es justamente el de Crear constantemente a partir de uno mismo y para uno mismo. Luego, siempre reverbera en el acto externo. Y se benefician todos aquellos que se encuentran en contacto con ese persona, (director, profesor, médico, ejecutivo, artista, recepcionista, mujer "de fer feinas" (bonita frase)barrendero, etc. etc). El buen ejecutivo, el buen dirigente/lider es aquel que primero se encuentra todas las mañanas con él mismo en el espejo de su cuarto de baño y se saluda con respeto y amor. El resto, la mayoría, están por encontrarse aún.Por eso me gusta tanto mi trabajo, porque sé que llevo Conciencia a un sector que en estos momentos lo esta pidiendo a gritos: el de los profesionales estresados por los duros momentos que la economía esta viviendo.
ResponderEliminarPD. Me encantaria que se hiciera seguidor de mi blog, y donde pone "mas inf" añada su url. Me encanta crear sinergia.
Un saludo desde Calabuig (Alt Empordà)
Nirupa Farreny i Bordallo
Hola Nirupa:
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado mi entrada y agradezco tus comentarios sobre mi anterior comentario en tu blog.
Pensaba que ya lo había hecho ayer, pero ahora mismo me doy de alta como seguidor de tu blog.
Un saludo y mucha sinergia.
Gracias por crear red, y por cierto es genial la frase del mes, es muy zen; el mayor escándalo es vivir despreocupándose de los hechos no le parece? Tiene doble ironía y sin embargo !funciona!. A mis alumnos siempre les digo que hay que hacer las cosas por el simple placer de hacerlas, el resultado es lo de menos, en realidad pertenece al mundo de Matrix. Los abuelos tienen mucha razón cuando afirman aquello de que "no te creas nada, todo es mentira". Exactamente igual que lo que dice el Tao de la Física de Lao-Tse.
ResponderEliminarHasta otra, un caluroso saludo
Nirupa Farreny i Bordallo
Cuando iba a 2º de EGB, hace unos 33 años, tuve una profesora, Mª Carmen, que tenía unas orejas de burro hechas con cartulina y que siempre usaba para "chantajearnos" a la hora de aplicarnos en la escuela. Que yo recuerde nunca se las puso a nadie, pero ahí estaban...desafiantes, esperando que alguien demostrara ser lo suficientemente burro como para llevarlas.
ResponderEliminarMis padres, en cambio, vieron más burros de carne y hueso en su infancia que lápices y cuadernos. Eran otros tiempos, otras circunstancias, pero que dejaron a muchos "burros" de dos patas sin que le importara mucho a quien debía de importarle.
Desde hace muchos años es distinto, la escuela no solo llega a todo el mundo, sino que es obligatorio escolarizar a los niños, en nuestro país.
Entonces, para mí, hoy conviven dos clases de burros: los que no pudieron acceder a la educación, sin culpa alguna y los que, teniéndola a mano, no han querido adoptarla.
Mi madre, durante sus muchos años como limpiadora en el mismo colegio donde estudié, algunas veces dejaba escrito en la pizarra: "Por fabor, suvan las sillas antes de salir". Imagínense mi cara cuando al llegar a clase veía las faltas de ortografía que había cometido. Pero luego estaba esa madre que nos alentaba a seguir, que buscaba por donde fuera lo que nos hiciera falta para nuestras clases, la que nos hablaba de la importancia de las letras, la que nos "enseñaba" otras cosas que la escuela no daba y la que aún dice "si me muero y me hacen la autopsia, solo encontrarán ganas de aprender".
Si mi madre, hoy, usara una pizarra para poner "error" posiblemente no le pondría H, pero solo por un motivo, ella dice que las haches no le hablan, así que no las pone. Pero solo es "burra" de letras, pero no de entendimiento.
Hoy un burro es aquél que teniendo los medios a su alcance, los obvia. Lo son nuestros jóvenes que escriben a modo de "telegrama" en sus teléfonos móviles, "comiéndose" las letras y usando otras y que, encima, luego no saben como se escribe de verdad. Un burro, hoy, es quien envía un email corporativo y olvida usar las mayúsculas en los nombres propios, como si el utilizar dicha herramienta le eximiera de la ortografía, etc., etc.
Si mi profesora Mª Carmen aún conservara esas orejas de cartulina, se me ocurren muchos candidatos para lucirlas...desgraciadamente.
María:
ResponderEliminarMe ha encontado tu comentario, de verdad. Y me quedo con esa frase de tu madre "lo único que encontrarán son ganas de aprender" que, si me autorizas, utilizaré en un próximo post.
Un saludo afectuoso.
Por supuesto que te "autorizo"...es más, me voy a permitir contarte (y contarles) el nacimiento de esta frase.
ResponderEliminarAl poco de venirme de Málaga a Tenerife, un buen amigo mío, médico, vino de vacaciones y fue invitado por mis padres a comer en casa.
A mi madre le cuesta poco hablar (yo también lo he heredado) y mientras comíamos, charlando entre todos, mi madre le dijo:
" Ay mi niño...ojalá hubiera podido estudiar, porque no me hubiera importado trabajar con la fregona teniendo un título para, al menos, saber expresarme y hablarle bien a la gente. Esa es mi pena, que sé las cuatro letras que sé, con mucho esfuerzo y mucho trabajo. Ahora te digo una cosa, si alguna vez me muero y me tienen que hacer la "ertopsia", lo único que van a encontrar son ganitas de aprender".
Así es ella, capaz de meterle cuatro patadas al diccionario en un instante, pero con todas las "entendederas" abiertas.
Un saludo, Josep