Si alguien conoce alguna academia en la que enseñen a desaprender que me lo diga porque me apunto. Ya no quiero aprender nada más, o mejor dicho, sospecho que tengo tanta parte de mi cerebro ocupado con cosas que no sirven para nada que necesito hacer sitio. Ya está dicho.
Lo que yo busco es alguien que me enseñe a borrar dos páginas de conocimientos inútiles por cada nueva línea de lo que aprenda. Por menos no me pongo, ya lo tengo decidido. Tengo tal acopio de discursos vacíos, imágenes huecas, conozco tanto la vida y milagros de personajes que no merecen la pena ser conocidos que me estalla la cabeza, así que necesito terapia de inmediato, como el aire que respiro.
Todo comenzó ayer, cuando súbitamente me desperté bañado en sudor frío. Soñé que un amigo de la infancia venía a verme. Traía bajo el brazo un legajo de papeles de los que quería deshacerse. Igual tienes un rincón por ahí donde poder guardarlos, me decía. En casa me han amenazado con quemarlos porque cada vez que abren la puerta de un armario les cae encima uno de estos legajos y se conoce que ya están hartos. ¿Y cómo es que tienes tantos papeles? le preguntaba. Eso quisiera saber yo, son notas que he ido tomando de aquí y allá, ya sabes que soy un pozo sin fondo en eso de saber de todo un poco. He colocado unas cuantas carpetas a los amiguetes, pero todavía tengo el maletero del coche lleno y he pensado que tú…
Después de un buen rato revisando aquel fardo de papel me di cuenta de que mi amigo era un desgraciado. Traía transcripciones detalladas de teoremas matemáticos, la lista completa de los reyes godos con su correspondiente árbol genealógico, los recibos de la compra desde la primera vez que fue al supermercado, las alineaciones de todos los partidos de liga desde la temporada 62-63, las notas que había preparado para las reuniones de la comunidad de propietarios de su escalera de la cual le había tocado ser presidente cinco veces, los presupuestos de la ortodoncia de sus tres hijos y hasta las fotocopias de sus declaraciones de renta desde que éstas se hacían en papel autocalco. Me asusté.
En cuanto me desperté me puse a pensar en todas las cosas inútiles que conservaba guardadas en mi memoria y como tenía tiempo por delante fui haciendo una lista enorme. Parecía que a cada línea que escribía se abrían nuevas posibilidades exploratorias y a las dos horas ya había completado un cuaderno, así que me decidí a escribiros pidiendo ayuda. ¿Alguien conoce algún lugar de confianza donde se dediquen a enseñar a desaprender?
Mientras escribo esto se me sigue ocurriendo cosas inútiles de las que quiero deshacerme de inmediato. Esto no tiene fin y lo que es peor, mi mujer ya lleva unos meses advirtiéndome de que me repito. A ver si va a ser porque ya no me cabe nada más en la cabeza. Estoy angustiado.
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Hace 1 año
Que razón tienes, tenemos que hacer un lavado, para que se vaya, todo lo que no nos sirve y permanezca lo fundamental y tener espacio para aprender cosas nuevas.
ResponderEliminarMira, Josep:
ResponderEliminaryo no soy psicólogo y mis conocimientos no llegan al nivel para ejercer un coaching profesional. Pero como esta mañana me siento profano en la materia, voy a darte un consejo de los clasificados como "metodología popular".
Esto no lo puedes hacer con los amigos, porque esos sí te darán la carta de ajuste y ahí te quedas. Esto lo puedes hacer utilizando a tu mujer, que como seguro que es una señora muy ecuánime, equilibrada, paciente, inteligente y, sobre todo, te quiere, pues harás lo siguiente: todas las noches, al ir a apagar la luz en la habitación dirás: "Cariño, hoy voy a contarte la estrategia de Ataúlfo VII (??) en sus conquistas y su identificación en el marco conjunto de la metodología actual del liderazgo". Resultado: duermes en el sillón. A la noche siguiente le hablarás de las abcisas y ordenadas en su aplicación a la matriz del Boston Consulting Group (le hablas de perros, de vacas, de niños...). Resultado: la mesita de noche la tienes ya junto al sillón -se te empieza a ubicar en un entorno distinto-. Así, hasta que compruebes que ya estás a punto de ser destinado definitivamente a pasar las noches en el balcón.
Te aseguro de que antes de que tu mujer te tire definitivamente de casa, estarás curado. Te lo digo yo.
Un abrazo, Josep.
Magnífico Post Josep Julian:
ResponderEliminarYo no voy a ninguna escuela, pero ya estoy enviando cosas a la papelera de reciclaje. El problema es que no se por qué carajo, sigo llenando el disco duro, pensando que hay cosas que me servirán en el futuro. Así que si conoces la escuela dímelo porque me apunto y seguro nos hacen un bune precio. Por otro lado, fantástico el comentario y método de Germán, pero por lo que veo solo vale para casados.
Un abrazo
Jeje, me gusta el método de Germán.
ResponderEliminarPues sí, mira que se guardan cosas en la cabeza, verdad? Parece increíble la capacidad del disco duro que tenemos ahí arriba...
Y no te digo yo la de cosas que guardamos físicamente, lo de tu amigo es casi real como la vida misma, yo creo que en el trastero tengo los apuntes de la carrera e incluso algunos de COU (por supuesto no los he vuelto a mirar), un ordenador viejo (quizás valga para un futuro museo de ordenadores ;-) y no sé cuántas cosas más, y aun dentro de casa, no te digo, ayer mismo estuvimos revisando ropa de esa que ni te pones nunca, ni retiras (por si acaso algún día la usas), y por fin decidimos hacer limpieza y retirarla... hasta la siguiente vez.
Un saludo
Pablo Rodríguez
Hola Josep J.:
ResponderEliminarTal como has "aprendido" que tienes que "desaprender", muchos otros también lo pensamos. Ahí tenemos al Sr. Punset, también quiere desaprender. Pero aunque pueda parecernos un descubrimiento nuevo no lo es; hubieron otros, mucho antes que nosotros, que ya sabían que era necesario "desaprender".
Te contaré un cuento zen:
"Según una vieja leyenda, un famoso guerrero, visitó la casa de un maestro Zen. Al llegar se presentó y le contó todos los títulos y aprendizajes que había obtenido en sus largos y sacrificados años de estudios.
Después de tan detallada presentación, le dice que ha venido ha visitarlo porque quiere aprender los secretos del conocimiento Zen.
El maestro lo invitó a sentarse y le ofreció una taza de té.
Aparentemente distraído, sin dar muestras de mayor preocupación, el maestro vertió té en la taza del guerrero, y continúó vertiendo té aunque la taza ya estaba llena.
Alertado, el guerrero adviertió al maestro que la taza ya estaba llena, y que el té se estaba saliendo por el borde y cayendo a la mesa.
El maestro le respondió con total tranquilidad: "Exactamente señor. Usted ya viene con la taza llena, ¿cómo podría aprender algo?
Ante la sorpresa del guerrero el maestro sentenció: "A menos que su taza esté vacía, no podrá aprender nada".
A mi me encanta el té y me paso el tiempo llenando y vaciando mi taza, pero siempre tengo más. ¿Te apetece una tacita?
Un abrazo, Josep J.
P.D.: Germán conoce el método del "vaciado rápido", aunque se me antoja un poco incómodo, al menos, durante las primeras noches, jeje.
Umm Josep.. yo sólo puedo decir lo que visualizo cuando creo que algún recuerdo obsoleto vuelve de vez en cuando. Una goma de borrar!. Si la mente tiene la capacidad de recordar, clasificar y hacernos la puñeta de vez en cuando con infromación inútil, también la tiene para idear una goma de borrar y borrar lo que no nos interese. Al menos lo intento ( y la mayoría de las veces funciona, créeme). Un poco de imaginación, voluntad y voilà y a llenar la mente de cosas interesantes, ea!
ResponderEliminarHola Josep, desaprender es difícil; hasta ver como lo solucionamos, sería conveniente el ser selectivo con lo que vayamos aprendiendo, guardar sólo lo que necesitemos, lo que nos mejore como persona.
ResponderEliminarComo ejercicio inicial, podemos pasar de leer y escuchar todo lo relativo a la actualidad política de este país, dejaríamos mucho espacio libre para el futuro.
Saludos
Hola Josep Julián:
ResponderEliminarMientras solucionamos el problema, me conformo con pensar que lo inútil que tengo en la cabeza no lo es tanto y que supone una experiencia que me ayuda día a día en la toma de decisiones cada vez mejores (quiero pensar).
Lo que sí he hecho ha sido vaciar estanterías físicas, que ya es mucho. Incluso creo que me he pasado.
Saludos.
Hola Josep.
ResponderEliminarCreo que deberiamos ser como el ordenador...guardar en discos lo importante y lo demás formatear...así quedaríamos limpios de todo lo inutil.
Así y todo estoy de acuerdo con el señor que puso el comentario antes que yo...de las cosas inutiles también sacamos algo util, por lo menos no caer en el mismo error de oir y aprender tonterías que no nos sirven para nada.
También hay gente que tiene mucha capacidad para olvidar lo que no les interesa...quizás lo bueno sería aprender hacer eso...olvidar lo inutil.
Saludos
Desaprender, que tarea tan complicada. Y ya no sólo los datos, parece que hay muchas otras cosas aprendidas que necesitamos desaprender para seguir evolucionando, o al menos intentarlo...
ResponderEliminarA mí me encanta el cuento zen de María.
Y me han entrado ganas de prepararme un té.
Saludos vecino!
Hola África:
ResponderEliminarA ver si entre todos encontramos la dichosa academia porque la verdad es que nos va haciendo falta.
Un saludo.
Hola Germán:
ResponderEliminarParece que tu comentario ha calado hondo entre la comunidad, así que no es plan de echarlo en saco roto, aunque a mí me parece que es un poco demasiado conductista y vaya a ser que me pase de frenada y que mi mujer, que es todo eso que dices (un beso, chati) me eche de casa por pesado.
Lo de desaprender no lo digo en broma. Hace unos meses asistí a una conferencia de un profesor de escuela de negocios que decía que después de muchos años enseñando a sus alumnos ahora les pedía por favor que desaprendieran lo más que pudieran. No le faltaba razón, porque lo que quería decir es que nos empeñamos en seguir aplicando modelos caducos aún a sabiendas de que ya no sirven (si es que sirvieron alguna vez, que igual sí).
Ahora, en épocas de crisis y turbulencias, es cuando conviene hacer limpieza mental porque nadie sabe cómo saldremos de esta (algunos no saben ni cuando) pero lo que es seguro es que nos encontraremos en el dilema de repetir los errores o probar cosas nuevas y ya sabes que quien evita la tentación evita el peligro o sea que a desaprender corriendo.
Un abrazo.. y gracias por el consejo.
Hola Fernando:
ResponderEliminarBienvenido seas al club. En cuanto dé con un centro especializado te llamo y nos apuntamos, a ver si nos hacen precio de grupo. No sé lo que dirá Germán, pero si su método sólo sirve para casados no sé que haces todavía en la soltería. A él se ve que le fue bien y yo ya te lo contaré cuando lo ponga en práctica.
Un abrazo.
Hola Pablo:
ResponderEliminarPues a mí los apuntes de carrera los tiró mi madre después de no sé cuánto tiempo recordándome que me los llevara. Y lo de la ropa, ni te cuento. Me da vergüenza decirlo pero guardo camisas que tienen más de quince años, pero les tengo cariño, qué le voy a hacer.
Ahora, lo que yo propongo es más radical y no exento de peligros porque si me paso de frenada igual no me acuerdo ni de cómo me llamo ;-).
Qué ¿te apuntas?
Un saludo.
Hola Maria:
ResponderEliminarNo había leído el articulo de Punset, pero si lo dice él, todavía con más motivo hay que ponerse a ello.
Oye, lo del cuento zen ¡¡me ha en-can-ta-do!! porque eso es lo mismo que yo postulo y lo de la tacita de té no lo descarto. Estoy pendiente de cerrar un asunto en Tenerife, así que a lo mejor...
Y sí, estoy de acuedo contigo. Germán plantea un método que me parece un poco radical y con muchísimos daños colaterales, que tampoco es plan.
Un abrazo.
Hola M.:
ResponderEliminarEso es lo que necesito, una goma de borrar bien grande. ¿Sabes dónde la venden?
Muchas gracias y hasta pronto.
Hola:
ResponderEliminarpor favor, que nadie tome en serio mi metodología estímulo-respuesta... que seguro terminará mal.
Hablando ahora en serio, creo que tienes razón pero hay un aspecto que creo que es de aplicación en tu contenido: los aditivos. Diversas metodologías (aunque sólo diversas) no son más que un restyling de una esencia de base. Grafismos, grafemas, abreviaturas, anglicanismos varios que se emplean muchas veces para decir lo mismo con una leve modificación en el continente. Quitamos un poco de aquí, añadimos un poco de allá, le aplicamos una denominación que impacte y... ¡zas!: nueva metodología.
En definitiva, creo que hay que tener muy claro qué es lo que hay que desaprender. Ciertamente, existen demasiadas cosas inservibles.
Un abrazo, Josep.
P.D.: mis notas de humor jamás tendrían como objeto relativizar ningún contenido, faltaría más (y menos cuando hablamos de esta página). Por favor, que nadie se lleve a engaño.
Hola J. Carlos:
ResponderEliminarPues entre lo que dices de la política (incluyendo a los cachondos del BCE, FMI, OCDE, BM y demás caterva) y un par de cosas más, a lo mejor hago algo de espacio. Seguiré tu consejo porque ya estoy viendo que eso de desaprender está complicado.
Un abrazo.
Hola Javier:
ResponderEliminarNo, si cada uno vacía lo que puede, estanterías incluidas. Fíjate que ya hace años una psicóloga que conozco me decia, con el primer hijo quemé un tercio de los libros de psicología que tenía, con el segundo otro tercio y viendo que todavía quedaban algunos, decidí tener un tercero y por fin los quemé todos.
Lo que yo propongo es algo similar a lo que dice Koldo Saratxaga (a quien sé que sigues), lo que no podemos hacer son las cosas de ahora con los mapas mentales de antes. De cajón, vamos. Lo que pasa es que, como dices, está difícil la cosa y es por eso que estoy buscando una academia o la goma de borrar que usa M. ¿Sabes de alguna?
Un saludo y muchas gracias por tu comentario.
Hola Maluferre:
ResponderEliminarEn eso precisamente es en lo que ando, borrar lo inutil. Lo que temo es que junto a eso también se borre algo de la experiencia, lo cual ya sería un tema grave porque entonces, quizá volvería a cometer los mismos errores. Un lío, vamos.
Muchas gracias y un saludo.
Hola vecina:
ResponderEliminarEl cuento zen de María es una maravilla y te recomiendo que te dejes caer por su casa de cuando en cuando. Ay, si fuera tan fácil eso que ando buscando, pero ya veo que no ¿verdad?
Gracias por asomarte al rellano. Un saludo.
Buen tema,Josep..!!
ResponderEliminarDesaprender es borrar,desocupar,limpiar y crear espacios vacíos..
Pues bien,tomemos cada noche "la goma de borrar"(como dice M.que conocí gracias a ti..)y con decisión y voluntad.. borremos espacios oscuros,dañinos e innecesarios..!
Y comencemos de nuevo..con cuidado y alerta.. viendo lo que guardamos.
Un ejercicio extraordinario.. que seguro conoces,amigo.
Mi abrazo y felicitación
M.Jesús
Hola Germán:
ResponderEliminarTe contesto casi en tiempo real. Seguro que todo el mundo ha visto el punto simpático de tu aportación, no te preocupes.
Tienes razón en lo que dices, en el sentido de que igual está todo inventado y lo que hacemos continuamente es reempaquetarlo y ponerle un lazo. No sé si estarán muy de acuerdo los gurus que tú y yo leemos, pero...
Mencionas que hay que saber lo que tenemos que borrar y que eso es difícil, pero fíjate, te daré una pista. Podríamos empezar por aquello que no es experiencial o mejor, fruto de nuestra propia experiencia. Me refiero a los paradigmas que nos han ido metiendo en la cabeza desde que éramos pequeños (niño eso no se hace, eso no se toca), siguiendo por la mayor parte de los "eso es así porque lo digo yo", acompañados por los montones de cosas que hacían mal con nosotros y lo sabíamos y que ahora hacemos mal nosotros y ya se nos ha olvidado que estaban mal. Podíamos empezar por eso y a ver dónde nos lleva.
Gracias por tu reentrada que ya sabes que siempre son muy bien recibidas.
Un saludo, amigo.
Sí, sí... yo también quiero desaprender algo cada día; limpiar un trocito de mi mente para que la conciencia repose traquila en ella, así podré cumplir aquello que me he propuesto de inventar algo nuevo cada día.
ResponderEliminarGracias por tu visita; estamos en la misma onda ;-)
Hola Josep, He leido tu post, pero ando sin tiempo para los comentarios por lo que espero no repetir algo que te hayan dicho los otros.
ResponderEliminarCreo que la palabra no es desaprender, es transformación. Nuestro cerebro no acumula nada, todo lo toma del exterior, asociando con mayor o menor facilidad. Las palabras tampoco están en el interior, aunque parezca increíble (o al menos me lo parecía a mí cuando leía estas cosas).
Me parece que lo que hay son obstáculos emocionales que dificultan, cuando no imposibilitan, determinadas cadenas asociativas o la asimilación de nuevos conocimientos que tocan con algo reprimido.
Por tanto, estoy contigo, pon la directa y a terapia ;-)
Un abrazo,
Natalia
Josep..., hoy me atrevo a decir algo, tiene tanta razón este post, aunque yo entiendo ese desaprender como una mejoria, es algo parecido a deshacerse de ese lastre, de esas reacciones, de esas actitudes que arrastramos desde mucho atrás y que hay veces que jamas nos cuestinamos y otras en las que decimos, "ya está bien..", empiezas a cambiar tus emociones, tus recciones..., es como empezar a tomar las riendas de tu vida cuando eres lo suficientemente adulto.
ResponderEliminarY es curioso, nuestro cerebro ya se encarga de apartar lo superficial, lo que nos pueda distraer..., solo nos deja ver lo que el considera esencial para nuestra supervivencia.
La metafora seria como vaciar un piso y dejando su distribucion colocar nuevos muebles..., algo alucinante seria ser capaz de reformar nuestra psiquis, tirando tabiques, abriendo espacios..., seríamos el mismo cuerpo pero distintas personas..., en fin, intentaré seguir aprendiendo.
Ahora mismo me estoy enfrentando a uno de esos problemas emocionales de los de toda la vida..., espero ser capaz de aplicar lo aprendido..., gracias a haber desaprendido.
Un saludo Josep.
P.D. Josep, me voy a tomar la licencia de contestarte aquí a tu comment en mi blog. Yo creo que ese sofá saldrá por unos 4.500 euros..., yo intentaré a ver si me pagan 400, despues de todas las rectificaciones que he tenido que hacer.
Es que tengo mis razones para contestarte aquí, Josep..., y gracias.
Ciertamente a veces mas que saber muchas cosas, pensamos que sabemos muchas cosas, somos arrogantes y creemos que nadie nos puede enseñar nada. Craso error. Lo interesante sería eliminar 1o que hemos aprendido que ya no nos sirve y dejar espacio para que 1o que necesitamos aprender pueda entrar a nuestro cerebro con facilidad. Para ello hay que estar abierto a las posibilidades, hay que ser ligeros con nuestros juicios y saber que hasta del más pequeño, débil o ignorante siempre podemos aprender, no hay que subestimar a nadie. Más que desaprender, entiendo yo deberíamos dejar las ataduras innecesarias y darnos la oportunidad de desarrollar la conciencia de la existencia de muchos más puntos de vista. Cuanto más se ha invertido en aprender cierta información, mayor compromiso existe en defender esa información ante otra nueva. Soltar amarras creo que es la clave.
ResponderEliminarUn cordial saludo Josep
Diógenes y su síndrome tiene más presencia en nuestra vida que lo pudiéramos imaginar.
ResponderEliminar(Decidiendo si tiro a la basura esas entradas del cine ya usadas y partidas...)
;)
Efectivamente, Josep. Tenemos la cabeza llena de cosas que en su inmensa mayoría son un estorbo. Cosas que nos impiden aquietar la mente, que nos obligan a estar pensando continuamente, convencidos de que pensar es existir, cuando en realidad el exceso de pensamiento nos conduce a la aniquilación. Qué felices son los niños, que sólo se preocupan de ser. Quizá ellos sean el espejo en el que habría mirarse para volver a reconocernos.
ResponderEliminarHola María Jesús:
ResponderEliminarAndo pendiente de que M. me diga donde compró su goma de borrar porque si a ella le va bien seguro que a nosotros también.
Mi problema con esto no es si tengo facilidad o no para el cambio (nunca hablo de mí je,je) sino si nos damos cuenta de que para poder afrontar los que nos impone la realidad que vivimos y abrirnos a lo que venga es absolutamente necesario "apostatar" de tantas cosas que nos lastran. Es como si compráramos ropa nueva y nunca tiráramos la vieja sin caer en la cuenta de que no nos queda otra que comprar armarios a cada poco, para guardar lo que ya no usamos ni nos sirve.
Gracias por tu visita.
Un abrazo.
Hola Concha:
ResponderEliminarBueno, es gratificante saber que estamos en la misma onda. Y tú ¿a qué academia has ido para que te enseñen a hacer eso?
Un saludo y hasta pronto.
Hola Antígona:
ResponderEliminarTodos los puntos de vista aportan visiones distintas, asi que el tuyo también es genuino. Coincido contigo en que los obstáculos para hacer limpieza son esencialmente emocionales (mira tú por donde) porque preferimos agarrarnos a las certezas aunque sean obsoletas antes que dejarnos caer en el vacío de la incertidumbre que supone lo nuevo. Somos más capaces de vivir en una casa conocida con el aire viciado que de abrir las ventanas o incluso cambiar de morada. Admiramos a quien lo hace pero nos cuesta mucho más hacer lo mismo. Además de sedentarios sociales, algunos somos sedentarios emocionales.
Muchas gracias por tu aportación.
Un abrazo.
Hola Pedro:
ResponderEliminarMe ha encantado la metáfora que has planteado de tirar tabiques y reestructurar los espacios mentales. Es muy buen ejemplo, sobre todo si en esas "obras" aprovechamos para tirar lo que ya no nos sirve y también te deseo suerte con este proyecto del que hablas.
PD: Jolines con el precio de sofá y con el escaso porcentaje que te llevas por tu trabajo.
Un abrazo y hasta pronto.
Hola Belkis:
ResponderEliminarTu enfoque me parece adecuado. En el fondo, de eso es de lo que va y para explicarlo de otro modo se puede poner el ejemplo de la sociedad del conocimiento en la que ya vivimos. Con un conocimiento tan sumamente distribuido como el actual y de acceso tan simple, es absolutamente necesario ser selectivo porque el conocimiento está, pero en bruto y hay que saber desbrozarlo, conectarlo y explotarlo. Igual sucede con la cantidad de cosas que fueron útiles en su momento o inútiles desde el principio que vamos almacenando en nuestro histórico y que no somos capaces de sacarnos de encima. Somos conservadores por naturaleza en un mundo en el que el conocimiento es imposible almacenarlo indiscriminadamente. A ver si aprendemos, sí, de los sabios y de aquellos que lo son sin pretenderlo o saberlo, pero a los que no escuchamos porque vivimos encerrados en nuestrs fortalezas inexpugnables.
Muchas gracias por tu aportación y perdón por la extensión.
Un abrazo.
Hola Gabi:
ResponderEliminarEso, Diógenes es el anticristo que hay que combatir. Y lo de las entradas de cine, siempre habrá por ahí un coleccionista que le interesen o un trapero al que vendérselas al peso.
Muchas gracias y un saludo.
Hola Fernando:
ResponderEliminarSi mantuviéramos los ojos tan abiertos como los niños o tuviéramos tan pocos prejuicios como ellos, esto sería coser y cantar. Gabiprog ha escrito un post titulado "concierto de trompeta" donde lo explica muy bien.
Muchas gracias por tu comentario y un abrazo.
Hola Josep:
ResponderEliminarCuando hablamos de desaprender me hecho a temblar. En mi opinión no se trata de "desaprender por desaprender", sino de no quedarse anclados por paradigmas que quizás se han quedado obsoletos.
Tener un sano espíritu crítico, buscar la verdad, no seguir por que sí las modas... esta es mi punto de vista de un desaprendizaje útil.
Y no sólo desaprender para borrar toda esa información consciente e inutil, sino que para aprender determinadas cosas es necesario previamente desaprender lo erróneo. Si queremos crecer, ampliar nuestra mente, reconstruirla antes hay que resetear parte de nuestro disco duro.
ResponderEliminarSi encuentras ese lugar de confianza donde te enseñen a desaprender, a repensar...cógeme a mi también un impreso de matrícula por favor.
Un beso
Hay un libro recomendable. Se llama "Desaprendizaje organizativo", coordinado por José Manuel Casado. Alvin Toffler lo dijo claro en The third wave: "El analfabeto del siglo XXI no será quien no sepa leer y escribir sino quien sea incapaz de aprender, desaprender y reaprender"... felicidades.
ResponderEliminarHola Unai:
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo con lo que debe ser el "buen desaprendizaje", empezando por borrar de nuestra memoria los paradigmas limitativos como por ejemplo "errar es humano" cambiándolo por "acertar es humano". Desaprender es absolutamente necesario en tantos ámbitos como sepamos que guardamos cosas que ni siquiera compartimos pero que siguen limitando nuestra visión.
Muchas gracias por tu aportación.
Un saludo.
Hola Rosa:
ResponderEliminarBienvenida. No te preocupes que si encuentro la academia te cojo un papel. ¡A lo mejor nos hacen descuento de grupo! jeje.
Por lo que FAH nos da bibliografía y a lo mejor podemos empezar por ahí.
Muchas gracias por tu comentario y espero que nos volvamos a ver muy pronto.
Un saludo.
Hola FAH:
ResponderEliminarBienvenido a esta casa. Es un gran honor recibirte en ella. Veo que bebemos en fuentes similares.
Gracias y hasta pronto.
A veces nos esforzamos en vano en encontrar mecanismos que naturalmente tenemos.
ResponderEliminarEn realidad, los conocimientos que no necesitamos se olvidan cuando o no los necesitamos, o no los prestamos atención.
A menudo pasa que "por arte de magia" hemos dejado en un rincón ese recuerdo que tanto daño nos hacía, y "de repente" parece ser que ya no nos acordamos...
En realidad, no es ni "por arte de magia", ni "de repente". Es el resultado de la perfección humana. Es un mecanismo de defensa que se activa simplemente con vivir nuevas experiencias.
Hola Josep,
ResponderEliminar¿Desaprender? ¿Aprender? Antes de entrar en aspectos emocionales, me voy a fijar en lo que indica el RAE:
Desaprender: Olvidar lo que se había aprendido
Aprender: 3a entrada Tomar algo en la memoria
A lo largo de nuestra vida vamos desaprendiendo de igual manera que respiramos: mecánicamente pues nuestra memoria es como una pila en la que los conocimientos se van depositando.
Creo que no hemos de ser tan disruptivos porque hay una vieja y sabia frase que dice: "El saber no ocupa lugar"
Lo importante y diferencial es la actitud de querer aprender continuamente y de tener una sed insaciable de conocimiento, ya sea práctico o teórico y, ésta, tú, al igual que los que te seguimos, la tenemos.
¿No puede estudiar, por poner un ej., un master una persona de 58 años? ¿Por qué no?
El conocimiento es oxígeno. ¡Oxígemonos!
Saludos,
Agustí Brañas
Yo cada día aprendo algo nuevo. Raro es el día que me acuesto sin haber integrado nada a mi conocimiento. Si eso que aprendo es inútil o no me lo va diciendo el día a día, pero en principio soy muy chamarilero y todo lo acumulo por si puedo servirme de ello en un futuro. Quizá debiera ser más selectivo, pero las cosas inútiles simplemente te asaltan y se quedan contigo. Prometo combatirlas con saberes que merezcan la pena. :)
ResponderEliminarEstimado Josep julián me ha gustado mucho tu post en desaprender, te diré que tengo la academia adecuada, la academia se llama INTUICIÓN DESDE EL CORAZÓN.
ResponderEliminarLo primero es preguntarnos ¿Para qué queremos borrar?, ¿trabaja nuestra memoria selectiva de manera inteligente? ¿Acaso tenemos tanta sabiduria en el conocimiento humano como para que nos desmonten cualquier día?, ¿Cómo está nuestro corazón?
Soy firme creyente de la academia INTUICIÓN DESDE EL CORAZÓN dónde la creatividad, la apertura, la disponibilidad a aprender desde la vulnerabilidad humana es un acto de REAPRENDIZAJE.
Esa es mi tarea (eso creo) Reaprender desde el cambio del conocimiento por la intuición experiencial (no converitirme en un tecnócrata). Nos basamos demasiado en el consciente y la conciencia cuando hay alguién más libre en nosotros.
Te paso un concierto para Bebés, ¿TE ACUERDAS?
Suena una música suave, un plano sonoro sostenido que envuelve el ambiente de forma cálida, acogedora. Es el principio, el acceso del niño a un lugar especial. Un nuevo nacimiento a un mundo, micromundo, con sus leyes y armonías propias. La luz es tenue, sin ser oscura. Los niños son recibidos
por el actor, la bailarina y el músico y los acompañan a sus asientos. Todo es suave, el trato delicado.
Cada niño ha de estar cómodo, seguro, tranquilo, bien sentado antes de comenzar.
Cuando todo está listo, una mirada cómplice da entrada al concierto. Suena el primer tema…
El- Érase una vez un niño…
Ella- Érase una vez una niña.
Él y Ella mueven una etérea tela mimando un muñeco, jugando a atrapar el aire. La música es alegre,viva en su ritmo. Es el “¡respira, respira!” del nacimiento, es pulsión de empuje, movimiento rítmico que genera vitalidad, alegría. La danza de la tela, impulsada por la música, se interrumpe en un
nuevo juego, ahora con linternas. Son los rayos de sol que se cuelan por las ranuras en los días calurosos del verano. El polvo soplado crea estelas con los haces de luz. Los actores descubren que tienen brazos, manos…, descubren a los niños a los que alumbran con sus linternas. Todo es juego.
Un nuevo cambio acontece para dar vida a una divertida coreografía de imitación de animales. Aparece una mariposa de vivos colores que aletea mostrando su juego con la bailarina, haciéndole descubrir las distintas partes de su cuerpo que se mueven al ritmo de la percusión de pequeños instrumentos: manos, brazos, piernas, cuerpo, cara… cuando llega a la cara, la mariposa desaparece. Acaban de
descubrir sus manos, las estudian, juegan y bailan con ellas mientras suena una canción de amor.
Un soplo, el sonido del aire les impulsa a jugar con molinillos de viento hasta que se encuentran y hacen gestos entre ellos. Juegan a imitar y lanzarse muecas hasta que aparece la voz produciendo sonidos sin definir. Evoluciona y se convierte en un coro de voces que juega con los niños que repiten las notas cantadas. Es un pequeño coro improvisado que genera ritmo esencial. Aparecen unas mesas
que contienen numerosos objetos de cristal con agua. El agua modifica la luz y todo evoluciona al sonido de los fluidos, las gotas que resuenan creando melodías cristalinas que se entremezclan con sonidos del corazón. Juegan con el agua haciéndola cambiar de color “mágicamente”. El agua transparente pasa de una vasija a otra. Aparecen pompas de jabón en este intercambio. Juegan con ellas hasta que cogen una burbuja y la lanzan al cielo. Caen cientos de pompas de jabón que inunda
la sala. Es una fiesta que los niños disfrutan haciendo estallar las pompas. Las voces se van fundiendo con una nana final que arrulla. En el centro, una velita encendida. Todo se va apagando hasta quedar solo la vela y el plano sonoro de la nana que decrece hasta el silencio.
Por cierto casi se me olvida, he puesto un link de tu blog en mi blog como uno de mis favoritos!
ResponderEliminarLo celebro porque me encanta como escribes.
Hola ClaveDeSol:
ResponderEliminarMe gusta el nombre que te has dado. No te lo había dicho nunca, pero es la verdad. Es uno nombre que no se olvida, que no se desaprende.
Tratas el tema del olvido de lo desgradable y tienes razón, de eso se ocupa muy bien el cerebro. Si preguntan alguna vez por cómo fue nuestra infancia, lo que solemos contar son las cosas buenas y parece que hemos olvidado las cosas no tan buenas, aunque no sea exactamente así, es sólo que tenemos que hacer un esfuerzo extra para ir a buscarlas al fondo de nuestro armario, pero allí están, ya lo creo.
Yo me refería a otra cosa. Desaprender no es olvidar, es no usar modelos caducos. Nunca olvidaré lo que me enseñaron en el instituto sobre la asignatura de FEN pero lo he desaprendido todo lo que he podido. Igual sucede con multitud de modelos que nos han ido metiendo, algunos que hasta hemos compartido, pero que, aunque ya no nos sirven seguimos usando y que condicionan Y MUCHO lo que de nuevo aparece ante nuestros ojos. Eso es lo que deberíamos desaprender, no olvidar.
Te hago una confesión. Hay un nombre de mujer que me echa para atrás: Marina. ¿Y sabes por qué? porque las diez primeras que conocí con ese nombre eran unas pedorras. Claro, cuando conozco una nueva Marina lo primero que viene a mi mente es yuyu, ya ves tú. Si incluso he dejado de comprar un libro que se llamaba así. Ves, tengo que desaprender de inmediato.
Muchas gracias por tu aportación y un abrazo.
Hola Agustí:
ResponderEliminarComo dices, el saber no ocupa lugar y de eso me quejo, porque si ocupara lugar ya me hubiea puesto a deshechar aquello que sé pero que ya no me interesa o no me sirve. Si no pudiera hacerlo así ¿cómo iba a ser capaz de incporporar nuevo saber?
Si un día tienes un rato, quedamos para tomar una cerveza y te enseño el cuaderno que llené en dos horas. Seguramente estarás de acuerdo conmigo en que, en efecto, lo mejor que puedo hacer es desaprenderlo de inmediato.
Hola Domingo:
ResponderEliminarMientras no te duela la cabeza como a mí puede que no sientas la necesidad de desaprender. De todas formas, cuando notes los primeros síntomas no lo dudes y aplícate en lo que sea necesario.
Muchas gracias, como siempre, por tu aportación. ¿Y no dejes de aprender y sobre todo de enseñarnos!.
Un abrazo.
Hola Diego:
ResponderEliminarMira tú por dónde no hay como pedir para recibir. Además de buenos consejos, me habéis proporcionado buenas herramientas como la goma de M., los libros de FAH y ahora llegas tú con eso de la Intuición desde el Corazón. ¡Qué más se puede pedir!
Muchas gracias por todo y espero tener un poco más de tiempo para poder meterme a fondo con lo del concierto para Bebés que, confieso, he leído en diagonal.
Un abrazo y hasta muy pronto.
¡¡Pero amigo!! No me digas que tu no practicas esa famosa frase de 'El saber no ocupa lugar', ;)
ResponderEliminarClaramente ocupa, pero yo lo que creo es que lo que más ocupa no es tanto lugar o espacio, sino el timempo que perdemos en acordarnos de ese saber.
Los recuerdos son lo que son y hay una frase que siempre me ha gustado que es la de que 'La vida es lo que uno recuerda heber vivido' (no me acuerdo de quie es pero cuando la leí me impactó).
Al final somos lo que recordamos, y cada recuerdo es una evocación de algo. Por eso no quieras desaprender lo aprendido, yo creo que tarde o temprano lo podremos usar ;)
Muy buen post amigo.
Un abrazo
Curiosamente casual telepatía Josep, porque andaba yo publicando mi entrada comenzando... dicen los orientales muy sabiamente que lo nuevo no puede llegar si lo viejo no se ha marchado. O lo que es lo mismo, no cabe algo nuevo si está ocupado por algo viejo. Así como no podemos llenar una taza rebosante de té mientras no sea vaciada.
ResponderEliminarVaciarla sencillo cuando se pregunta a un niño, darle la vuelta boca abajo, o beber lo que contiene, verterlo en la tetera de nuevo ...
Ocúpate de aprender lo que te interesa y lo que te ocupa espacio desaparecerá de tu mente y de tu corazón. Los pasos del tango son un aliciente para olvidar por ejemplo la tabla periódica, los reyes godos, y los ríos de Asia ... siente qué te hace más feliz y será sencillo vaciar la taza.
un abrazo. mc
Sólo sé que no sé nada.
ResponderEliminarMi consejo es que por cada página que te borren, aprendas una línea interesante.
Lo que ocurre es que lo que ahora es interesante después puede que sea inútil,...y a volver a empezar, luego... no hay solución.
Un saludo.
Hola José Luis:
ResponderEliminarMe alegro que compartas que el saber sí ocupa lugar y que las experiencias (también pueden llamarse recuerdos, como tú dices) son al final lo que vale de todo lo que aprendemos. Mi problema es sobre qué parámetros están sustentadas esas experiencias o recuerdos y mi necesidad consiste en eliminar la "basura radioactiva" que uno va acumulando en la vida cual Diógenes.
Lo único que tengo claro es que tengo que hacerlo y lo que no acabo de encontrar es el método.
Muchas gracias por asomarte y participar de esta prolífica entrada.
Un saludo.
Hola Mari Cruz:
ResponderEliminarMe alegra que utilices la misma fábula que mi amiga María que ya dije que no conocía y que me encantó. Tu recomendación de bailar tango como método disociativo no caerá en saco roto. Qué contento estoy de que alguien proponga algo lúdico, desde luego es mejor que volver a clase.
Un abrazo.
Hola Josito:
ResponderEliminarUn placer volver a verte por aquí. Ojalá que logre eso, que por cada cosa nueva que aprenda pueda borrar una página de lo que sé.
Fíjate lo que sucede: cuando uno lee entrevistas con gente de éxito de edad avanzada(escritores, pensadores, empresarios, etc.) todos dicen lo mismo, que al final uno descubre que lo verdaderamente importante eran muy pocas cosas y muy simples. A ver si es que me estoy volviendo viejo prematuro.
Conozco a algunas personas que admiro y respeto que están en esa línea minimalista ya desde jóvenes, pero a mí siempre me han acusado de ser un poco más barroco, claro que viniendo de ellos es comprensible que piensen eso.
Un saludo y muchas gracias por tu aportación.
Hola, soy Silvia, de Cádiz. La verdad que os estoy leyendo y que os voy a decir yo del temita de desaprender y aprender. Es tan complicado el proceso. Con la plasticidad del cerebro contamos pero son tantos aprendizajes inútiles, tantas las experiencias que, dicen sirven, pero que, personalmente, me han jodido, que cómo pongo yo a mi señor cerebro a trabajar en el arte de desaprender y luego aprender, si dicen que el tio funciona a base de conexiones realizadas en mis 41 años de vida. Cómo se cambian esas conexiones, se necesitarán tantos años para realizar tan ardua tarea, que me da espanto. Tengo esperanzas pero me cuesta la misma vida. Tengo un amigo que dice constantemente: "no puedo con mi vida", a veces le digo que no será para tanto pero, la verdad, es que tiene telita el asunto. Bueno, creo que estamos todos iguales, tendremos que seguir buscando recursos. Con paciencia y esfuerzo algún día puede que me de cuenta que desaprendí algo que no me servía.
ResponderEliminarUn saludo a todos y, en especial, a Josep Julián, me ha gustado mucho tu blog, creo que es una buena forma de saber que todos queremos lo mismo.
Hola Silvia:
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Desaprender es un proceso consciente y necesario igual que lo es aprender pero mucho más difícil sin duda porque se debe desaprender no sólo aquello que aprendimos sino también el conjunto de creencias que generamos alrededor.
Ahora bien, si queremos ampliar el perímetro de nuestra caja de creencias es absolutamente necesario hacerlo. Cuesta un poco, sí, pero merece la pena.
Saludos para Cádiz y espero volver a verte por aquí muy pronto.
Un saludo.
Están bien estos planteamientos, muchos son como llenar una taza y sin saber el porqué sobresale, se esparce su contenido ...
ResponderEliminarLa cosa es bastante más simple:
El ejemplo está en la misma fábula Zen tiene una respuesta y es la siguiente guste o no:
El te que llena la taza no se sobrepone, saca el que había.
Tenemos cada uno una capacida y pretender decir que se nos llena el HD y se necesita formatear o limpiar, es estar perdiendo un tiempo precioso.
Esto es como las grabadoras de seguridad cuando se llega al límite se sobrescriben.
Se ha de aprender qué límite tenemos y que debemos priorizar. Hay cosas en nuestro aprendizaje que llega un momento que no ocupan lugar:
Forman parte de nuestro ser, están mimetizadas en nuestra genética. Es como conducir cuando llevas muchos años ya no piensas en los procesos y los protocolos. Actuas y ya sabes que debes hacer. Todo esto es lo mismo no os hagais muchos rollos mentales. La vida es mucho más simple que muchos de estos planteamientos.
Hay que saber priorizar y discenir, evolucionar con los acontecimientos y estar preparados para los cambios tan acelerados. Dar respuestas a todas las pregutas y dudas es complicado pero en el fondo de la cuestión puede estar encauzado:
Lo que llena rebosa y sustituye lo anterior. Evolucionamos con los acontecimientos y con esto deberemos convivir para los restos.
sl2.
Hola Juan Antonio:
ResponderEliminarBienvenido a esta casa. Lo has descrito muy bien y la verdad es que parte de la sabiduría reside a mi modo de ver en la capacidad de desprenderse de lo que sobra. Lo que pasa es que tendemos a practicar el síndrome de Diógenes.
Un saludo.
Buenas. Pudiera decir poco mas de lo que se ha dicho, lo mismo si desaprendiera un poco y consiguiera pasar al trastero mucho de lo almacenado, quedándonos con una somera línea de resumen, podría posiblemente acometer nuevas iniciativas. Así que no hay escusas y preparados para desaprender para emprender.
ResponderEliminarUn saludo desde Cádiz y enhorabuena por el blog.
Hola Josep, es la primera vez que paso por aqui y ha sido buscando la palabra "desaprender" a ver que encontraba. Muy grato, por cierto.
ResponderEliminarTe recomendaría, viendo que te ha gustado el relato Zen de los primeros comentarios, uno de esos libros atemporales que todos deberíamos tener en nuestras estanterías. Es algo así como la piedra angular del desaprendizaje, probablemente sería el libro de texto de la academia que andas buscando.
Se llama Tao Te Ching, de Lao Tse. Son pequeños poemas cargados de la sabiduría de un viejo que vivía en la montaña algunos cientos de años antes de Cristo.
Ahi queda mi recomendación, espero que te ayude!
Un saludo, y volveré a pasar por tu blog.
Hola Sergio3i:
ResponderEliminarBienvenido a mi espacio. Veo que te inicias en esto de los blogs y espero que obtengas tantas satisfacciones como yo.
Un saludo.
Hola Mawer:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu recomendación que tendré en cuenta pero sobre todo, gracias por la visita.
Sé bienvenido.
Hola Joseph, soy Argentina , comunicadora y asesora de imagen, continuamente trato de eliminar algo de mi mente que me limita, de acallarla, de limpiarla y poder volver a ser niña para sorprenderme con nuevos conocimientos. No tengo método, pero cuando a mi mente viene esos conocimientos que no sirven para nada, les digo aqui no shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh...jjajjaaj y se van. beso
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