13 de noviembre de 2009

¿De qué te quieres morir?

Un señor de edad avanzada entra en un estanco a comprar una cajetilla de cigarrillos. El dependiente se la da y el anciano lee el aviso sanitario que indica que “fumar produce impotencia sexual” y compungido se dirige al estanquero diciéndole “No fastidie, ¿No lo tiene del que sólo mata?
Este chiste que me contaron sirve para introducir un asunto que me viene ocupando desde hace tiempo y que tiene que ver con el método de valoración de alternativas. Aunque en general, la capacidad de elección suele ser mucho más amplia de la que solemos percibir, algunos se dejan llevar por posturas maximalistas del tipo "blanco o negro" mientras que otros no tienen inconveniente en desplegar todas las variables posibles antes de escoger lo que quieren.
La capacidad de valoración de alternativas guarda alguna relación con nuestro enfoque de vida. Las personas más cuadriculadas tienden a ser más taxativas y, por lo general, más impacientes y las más dúctiles a preocuparse por los detalles y por ello a ser más sensibles con los matices lo que suele llevarles a tomarse más tiempo antes de decidir.
Una vez vi publicado un chiste gráfico en el que se veía a una señora en una zapatería que se había probado un montón de pares como atestiguaba el gran número de cajas que aparecía a su alrededor. En el bocadillo del chiste le decía al vendedor: “muy bonitos, pero no son lo que estoy buscando”. La duda es algo con lo que nos cuesta vivir desde la memoria de los tiempos, y en ocasiones, las resolvemos de forma inadecuada. O tomamos la decisión de no decidir (parálisis por el análisis) o tiramos por la calle de en medio (pim, pam, pum).
Eso me recuerda un caso verídico que me pasó hace ya algunos años. Tres amigos fuimos a cenar a una venta donde teníamos que pedir en la parrilla. A los tres nos apetecía comer un filete pero uno lo prefería poco hecho, otro al punto y otro pasado. El encargado de la parrilla se nos quedó mirando, puso la carne a asar, la sacó al mismo tiempo y nos dijo “ea, uno sangrante, otro al punto y otro muy hecho. El siguiente”. De nuevo los estilos sociales en su manifestación más pura, pero hoy no me extenderé sobre eso.
Esta mañana he pasado un buen rato tomando café con un amigo mientras me contaba sus proyectos vitales y profesionales (para él ambas cosas van muy unidas) porque quería conocer mi punto de vista, cosa que se agradece.
Conforme me ponía al día de sus reflexiones me daba cuenta de que quizá no había valorado suficientemente las alternativas que se le presentaban. Estaba muy centrado en “esto o aquello” mientras que a mí se me ocurrían otros caminos intermedios. Curiosamente, mientras se los planteaba las respuestas que recibía de él eran de dos tipos: “no lo había pensado” o “no lo descarto” pero invariablemente volvía al “blanco o negro”.
Mientras hablábamos ha llegado una señora que se ha sentado a nuestro lado y que le ha pedido al camarero un café con leche pero que lo quería largo de café, descafeinado, con sacarina, la leche del tiempo y en vaso. Jolines, pensé, ésta sí que sabe lo que quiere y al instante volví a prestar atención a lo que me contaba mi amigo que no se había percatado del detalle.
- Ya, pero tú qué es lo que quieres, le he preguntado para que concretara porque ya empezaba a divagar un poco.
- Pues lo que quiero es trabajar y disfrutar. Ya sabes, dedicarle las horas suficientes al trabajo pero que me deje tiempo libre para poder hacer otras cosas.
- Y yo, pero todavía no he encontrado el modo de hacerlo.
- No es tan difícil. Lo que yo quiero es algo tan simple como el café con leche que se está tomando esa señora -me ha contestado.
- Pues no sabes lo que pides.

38 comentarios:

  1. Hola Josep Julián que bueno!!!

    Mira que me he reído con la última parte del post por tu amigo y café de la señora consorte.

    Es espectacular como la "famosa diversidad" de las narices llega a atontar al ego. Nos gusta masajearnos en otras opciones cuando en realidad es para confirmar una vez mas neustra opción (blanco y negro o la que sea)

    ¿De qué me quiero morir?. De risa!

    ResponderEliminar
  2. Yo también me quiero morir de risa. Ya puestos a elegir...
    Yo que vivo decidiendo constantemente ya se me ha olvidado lo que supone la angustia de tener que plantearme las múltiples posibilidades que puede haber. Al final sabes que tienes que decidir, recopilas la información básica para ello y... adelante.
    Por otra parte en mi organización hay personas con un alto nivel de responsabilidad y por lo tanto con capacidad de decisión, que cada vez que tienen que optar por una alternativa me consultan. Seguramente por miedo a equivocarse. Lo suelen disfrazar de... "así siempre haré lo que quiere el jefe". No se dan cuenta de que lo que quiere el jefe es que decidan ellos/as, porque ellos/as tienen mucha más información que yo y seguramente tomarán la decisión más acertada.
    Lo cierto es que todos los perfiles que has planteado son tan reales como la vida misma. Lo realmente importante es que cada uno consiga situarse en la vida y en el trabajo en el puesto adecuado a ese perfil. Así, seguramente todos se morirán de risa. Cuando les toque, claro.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Jajaja
    Aqui falta el sufrido camarero que tomó nota de ese cafe con leche!
    :D

    Buen fin de semana.

    ResponderEliminar
  4. Hola Josep, el tiempo que quieras dedicar a tu ocio es inversamente proporcional a tus ingresos: por lo general, más tiempo, menos ingresos.
    El problema es que algunos lo quieren todo, y en esta vida siempre tenemos que elegir.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Yo, como Javier, puestos a elegir, me gustaría moririme de risa, o no, que la risa también duele.

    Interesante artículo. La gente, como tu amigo, busca más comprensión que asesoramiento. No ve más opción que la suya aunque se las muestres. Diego Martos ha hablado de confirmación. Quizá sea eso, buscamos confirmación o "apoyo" a nuestros puntos de vista.

    Y muchas veces nos perdemos otras opciones, simplemente por no valorarlas. Raros de narices.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Siempre fui muy indecisa, pero con la edad(algo bueno se saca de tener añitos), ya sé lo que quiero en todas las ocasiones...soy un poquito como la señora del café...;-)

    Yo me quiero morir soñando.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Hola Josep, ¿recuerdas mi escrito sobre el show de Truman en el que Truman era yo...?, pues creo que tiene que ver con la cuestion de esa eleccion vital, la que deberia preceder a nuestra inevitable muerte y que realmente no siempre llegamos a realizar. Sabes que me he comprado la moto, me acuerdo mucho de ese amigo tuyo juez que los fines de semana se monta en una maquina y cuelga la toga..., yo ahora me sacudo el serrín y monto en mi pequeña custom..., he pasado del hundimiento animico de los primeros 50 metros a una euforia inexplicable, tan solo cinco dias despues de estar a punto de abandonarlo todo. En fin,uno puede vivir en "su mundo", como hacia yo o ser capaz de asomarse fuera a tratar de buscar oxigeno.
    Y a la hora de elegir..., durante decadas mis padres decidieron por mi, yo me encontraba comodo, jamas tuve los tipicos problemas de la adolescencia con mis padres..., pero llegado a cierta edad descubrí que era incapaz de decidir sobre nada..., hoy por hoy empiezo a ser capaz de señalar y de decir "quiero eso...".
    Por cierto, yo tomo los cortados ultracortos de leche y a ser posible con café torrefacto al 15 o 20 %, mejor al 20, je, je,je.
    En fin, decicir siempre lleva aparejado valorar y comparar, sopesar, realizar predicciones, previsiones..., es algo como jugar al ajedrez, eres capaz de ver el futuro según cada jugada..., pero llega un momento en elque ya no sabes cual de todas esas jugadas posibles aventaja aunque sea minimamente a las demas, ahí está la cuestión.
    Un saludo Josep, nos vemos.

    ResponderEliminar
  8. Hola Diego:
    No me negarás que la señora sabía lo que quería. La cuestión es tenerlo claro aunque el proceso de toma de decisiones nos lleve más o menos tiempo.
    Respecto a mi amigo soy optimista. Busca un equilibrio difícil pero seguro que lo encuentra antes que yo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  9. Hola Javier:
    Morirse de risa tiene el efecto de que se te debe quedar buena cara, así que más vale eso que palmar cabreado jeje.
    A ti te pasa como a un jefe que tuve que cuando le ibas a consultarle algo te decía que el no quería problemas sino soluciones. Aprender a soltar amarras incluso cuando tenemos atribuciones ya fue un tema que traté hace unos meses. La verdad es que, al menos en una etapa de la vida, nos aterra tomar decisiones o si las tomamos olvidamos que no sabemos lo que no sabemos, no sé si me explico, pero la curva de aprendizaje crece y cuando no hay más narices, pues no te queda otra que lanzarte.
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Hola Gabi:
    Pues menos mal que no le tocó el de la parrilla de la venta porque si no, la señora se lo toma como a él le da la gana.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  11. Hola J. Carlos:
    Hace muchos años escuché a alguien decir que si querías dedicarte a vivir además de trabajar, el umbral de ingresos no debía superar los 2,5 millones de pesetas al año por no más de siete horas diarias de trabajo. O sea, que más o menos iba en la dirección que apuntas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Hola Fernando:
    Como eso de gestionar la duda suele dar resultados parecidos a la predicción meteorológica a más de tres días se inventó el método de valoración de alternativas que es sumamente útil al menos para cuestiones que implica trascendencia económica. No lo soluciona todo, pero ayuda lo suyo.
    Muchas gracias por tu aportación.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Hola Maluferre:
    Lo que a tí te pasa es lo normal porque la experiencia te hace estar cada vez más seguro de lo que te conviene o al menos, de lo que no te conviene.
    Me apunto a lo de morir soñando.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  14. Hola Pedro:
    Ya te dije que en cuanto te compraras la moto se te iba a despejar mucho la cabeza aunque sólo fuera por la sensación de aire en la cara jeje.
    Ya veo que tú también tienes lo tuyo pidiendo café. Cada cual sabe tarde o temprano cuál es su zona de confort y lo que le incomoda. En realidad, sentirnos cómodos con lo que nos ha tocado vivir es un aprendizaje largo y no exento de dientes de sierra pero en eso consiste la vida, subir y bajar puertos, llanear, esprintar y todas esas cosas que se hacen en bici y que tanto te gustan.
    Ando un poco apurado de tiempo pero seguro que encuentro un hueco para leerte.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. Interesante como siempre Josep. Esto que planteas es algo de la revolución pendiente en el desarrollo de los seres humanos. Aún estamos en esa fase inicial binaria de "ceros y unos" y la complejidad de sus combinaciones, es cierto, no todo es blanco o negro y somos incapaces de situar en un punto cualquier otra referencia como no existente o valida, por lo que los simplificamos todo tanto que resulta difícil salir de esa rutina. ¿Que ocurriría si aceptáramos ademas de I-0 un tercer elemento, llamemosle ¢?, nada de lo que actualmente conocemos tendría sostén, simplemente se difuminaría en un abrir y cerrar de ojos. Algo así como disponer de un interruptor de la luz, que con un gesto la encienda, con otro la apague y con otro lo deje en penumbra. Saludos, por cierto he invitado a una colega a visitarte, espero que lo haga, ella tiene unos juicios también muy argumentables.

    ResponderEliminar
  16. Creo que no es importante si el proceso para tomar decisión es el correcto o no (pim pam pum o tras analisis meditado). Lo importante es elegir y asumir las consecuencias de tu elección, sean las que sean.

    Yo me quiero morir eligiendo cómo morir. Por el derecho a morir dignamente.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  17. El problema, a veces, no está en elegir, sino en las opciones que hay.
    ¿ De qué me quiero morir ?
    Cuando esté cansado de vivir; mientras, no quiero morirme.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  18. Pués, yo en eso de eso de la Valoración de alternativas, soy de amplio espectro y múltiples recursos.

    Pobre tu amigo, duro de rayar, eh?
    Por lo menos, que aprenda a pedirse un buén café, no le vendría nada mal!

    Abrazos

    ResponderEliminar
  19. Hola navegante:
    El dominio de la gama de grises es lo que hace que las personas puedan valorar los matices. Conozco algunas que no están dispuestas a eso bajo ningún concepto aún a pesar de que creo que tienen cualidades para ello y ellas se lo pierden, además de nosotros.
    Lo que planteas suena interesante, es como introducir una nueva dimensión lo cual igual es más fácil de lo que parece. El problema es el de siempre, ser minoría en un mundo de amplias mayorías, pero alguien tiene que ser pionero.
    Esperaré pacientemente la llegada de tu amiga y será muy bien venida.
    Un abrazo navegante y buen viento.

    ResponderEliminar
  20. Hola Visi:
    De acuerdo contigo en que más importante que cómo tomamos las decisiones es tomarlas al fin y no quedarnos en la duda. La duda produce abstención y eso no es algo que me guste nada.
    Yo también aspiro a morir dignamente y soñando. No sé si será mucho pedir.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  21. Hola Josito:
    Reformulando lo que dices, creo que el problema es elegor sin haber valorado todas las opciones (que somos capaces de ver). Ya dice el refrán que a toro pasado...
    También me apunto a tu opción de morir. Hay que ver la de ideas que estoy cogiendo con vuestras aportaciones.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  22. Hola Myr:
    El pobre de mi amigo se encuentra en una encrucijada por primera vez en su vida, de forma que le falta algo de experiencia en valorar alternativas pero soy optimista porque, a pesar de todo, es un hombre de recursos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  23. Hola Josep Julián.
    Si, si “...algo tan simple como el café con leche que se está tomando esa señora...”. Creo que lo relativo de lo “simple” estriba en saber donde está la gracia del chiste de la señora en la zapatería.

    Aunque para ejemplos de lo ”fácil” que es saber lo que se quiere, nada mejor que una escueta y superficial síntesis de las entradas de noviembre en este blog:

    En "¿de que te quieres morir?" :
    primero saber lo que uno quiere. Pero resulta que lo que quiero es no morirme.

    En "Baile de máscaras":
    cuatro estilos que implican cuatro reacciones distintas ante tres situaciones diferentes. Cualquiera puede reaccionar bajo el patrón de uno de los estilos, según sea la situación.

    En "Me gustas como piensas":
    ¡viva la diversidad! . Aunque para ello sea necesario que no esté de acuerdo contigo

    En "La dirección por la excepción":
    al final escogeré al que me caiga bien. Experiencia y currículum tan solo para refrendar mi decisión.

    Imaginemos el construir una empresa o realizar un proyecto (creo que las dos cosas son lo mismo ¿no?) como jugar-al- ajedrez. Pues bien, tus escritos me dicen que jugar-al- ajedrez es fácil, aunque ganar la partida no y además dejaría la vida sin sentido. Quizás sea que jugamos una sesión de simultáneas y mientras el número de partidas ganadas sea mayor que el de perdidas todo va bien. Pero, parece ser que lo que quiero (lo que queremos todos) es ganarlas todas...

    Total, y en conclusión, lo que quiero es “algo tan simple como el café con leche que se está tomando esa señora” y he de reconocer que estas entradas tuyas casi consiguen la mezcla de sus ingredientes en su justa medida.

    En fin, Josep Julián, por ahora sé que lo que quiero es leer de vez en cuando “la inteligencia de las emociones” porque siempre me brinda un rato agradable.

    Un abrazo

    Fali

    ResponderEliminar
  24. A la hora de elegir cosas cotidianas no me complico: "descafeinado con leche caliente.."

    Pero,cuando la cosa es más importante, he de cosultarlo a mi parte miedosa y a mi parte valiente, porque lo desconocido me asusta y a la vez es una oportunidad para mejorar y crecer.. Asi que, me tomo mi tiempo.. y también me gusta consultar y ver distintas perspectivas. Al final, me sorprendo a mi misma,porque me encantan los retos..Josep..!!

    Te agradezco tus temas,que nos hacen pensar y tomarnos el pulso.

    Mi abrazo siempre,amigo.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  25. pues mira, este examen lo paso rápido: café, con leche hirviendo.
    El pim, pam,fuego tampoco da malos resultados.

    ::))

    ResponderEliminar
  26. Hola Josep,

    Esta tarde, mientras regresaba del paseo con mi labrador, vislumbré la respuesta a tu entrada.

    Hace unos días también compartía un café con un buen amigo mío. Cuando le contaba las primeras reflexiones -no sé si acertadas o no, sólo el tiempo las juzgará- acerca de qué es lo que quería montar me espetó: "Tienes un proyecto muy poco definido". Seguramente, quería que le dijera mi proyecto es "un café con leche desnatada, sacarina y la leche no muy caliente" -permíteme que utilice tu excelente ejemplo-.

    Yo me quedé pensativo unos segundos, en ese impasse mi amigo pensó "derrotado al primer asalto". Tras el paso de esos segundos le argumenté: Lo que sigo tengo claro es a lo que NO quiero dedicarme. Visto de otra forma es ese café con leche que tu comentabas.

    Cuando estás en un proceso de crecimiento interior, creo que es más importante -es mi humilde opinión- el saber a qué no que el saber a qué sí. Pues, éste, al inicio puede ser A y acabando siendo Z. En cualquier caso, si que debes ser consciente del por qué y para qué cambias o adaptas tu estado o proyecto inicial.

    Saludos,
    Agustí Brañas

    ResponderEliminar
  27. Hola Josep: Da gusto siempre entrar aquí por lo animadas que están tus entradas. Esto nos habla del buen hacer de su autor.

    Mi abuela decía que comer sopas y sorber a la vez no es posible... y es lo que muchas veces pretendemos.

    Pienso que en la vida hay que hacer opciones y en cada una de ellas muchas veces encontraremos un punto de frustración que es lo que la realidad nos marca. Madurar es ser consciente de que hay una realidad externa frustrante que hay que aceptar. Y en las opciones ganamos unas cosas, perdemos otras.

    Saludos y enhorabuena por el post, excelente como siempre,

    José Luis

    ResponderEliminar
  28. Hola, Josep:
    otra vez un poco tarde, aunque por otro lado ya se me va yendo la vena prolífica...
    La consulta siempre es productiva, siempre que no sirva para esconder un refrendo de la decisión previamente tomada. Cuando la respuesta es no, es no y así debe de aceptarse. Para llegar a lo de la señora, ha habido que pasar por muchas fases de prueba hasta encontrar la combinación perfecta en el tazón que el camarero debía ponerle, pero eso es otro tema.
    ¿Morirse? De gusto, ¿no?
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  29. Hola Fali:
    Vaya, casi me has hecho la bitácora del mes con tu resumen de entradas. Estoy especialmente de acuerdo contigo en lo de la "ciencia" que hay detrás de cada aparentemente clara formulación. Ya se sabe que gran parte de la factura de un servicio obedece más a la ciencia de quien posee el conocimiento que al trabajo propiamente dicho y entonces el hecho de pedir el café como le gusta a la señora es fruto de un largo proceso de aprendizaje.
    Siguiendo con tu simil de las partidas simultáneas de ajedrez, que también me parece un muy buen ejemplo, de lo que se trata es ni más ni menos de dar pautas para ganar alguna más pero no de ganarlas todas porque si no, en efecto, la vida perdería su sustancia. Pero al menos, que sepamos por qué perdemos alguna partida que no deberíamos haber perdido nunca no está de más.
    Muchas gracias por pasarte por aquí de vez en cuando y documentarte tanto en tus comentarios. Demuestra interés que, en el fondo, es de lo que se trata.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  30. Hola María Jesús:
    Como decía un comentarista anterior, lo importante no es el proceso a través del cual tomamos decisiones sino a llegar a tomarlas y que la duda no nos ahogue. Y en segundo lugar, en saber valorar las alternativas, cosa absolutamente inevitable cuando, por ejemplo, necesitamos tomar decisiones comparando distintas ofertas que incluyan condiciones de precio, plazo, servicio técnico, calidad, etc.
    Muchas gracias por tu aliento.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  31. Hola Camy:
    ¿Ves? No siempre es tan difícil. Ahora bien, la de experimentación que hay detrás de tu decisión no lo sabe nadie ¿verdad?
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  32. Hola Agustí:
    Creo que has dado en la tecla. Todo proceso de reflexión estratégica debería iniciarse definiendo lo que NO queremos ser o hacer de forma que esas primeras definiciones actúen en dos sentidos: descartar opciones y ayudar a poner foco. Ir de lo general a lo concreto, vamos.
    Pienso que tu amigo se sentiría reconfortado al saber que tienes claro lo que no quieres hacer y a partir de ahí, avanzar en la valoración de alternativas. Es bueno hacer guantes con alguien que no está directamente implicado en tu proceso porque le da una independencia de criterio que a ti te está vedada y ya se sabe que cuatro ojos ven más que dos.
    Ahora bien, selecciona bien con quiénes compartes tus reflexiones: que no sean muchos ni que piensen igual.
    Muchas gracias por tu aportación y recuerdos a tu amigo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  33. Hola José Luis:
    Ya te dije que aquí siempre hay debate. Tú, como psicólogo, lo has expresado muy bien. Como no podemos ganar siempre hay que aceptar las frustraciones y centrarnos en lo posible.
    Aunque para llegar a lo posible hay que empezar por no descartar nada de entrada.
    Muchas gracias por tus palabras y por tu aporte.
    Un placer contarte entre nosotros.

    ResponderEliminar
  34. Hola Germán:
    Tu reflexión me parece acertada en el sentido de que para llegar a saber lo que queremos hay que saber lo que NO queremos y eso, que parece fácil, no lo es en absoluto.
    Añado tu condición para morirse así que me apunto a la idea de morir soñando, de risa, dignamente y a gusto. Paso la comanda.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  35. Hola Josep Julián:

    Estamos en lo de siempre, que dificil es aconsejar, cuando el aconsejado ya tiene las respuestas preconcebidas, sin embargo abrir nuevas alternativas o otros puntos de vista ;-) suele ser una buena solucion.

    Yo tambien quiero cafe con leche.

    Saludos

    ResponderEliminar
  36. Muchas veces no tenemos miedo a las dificultades, pero si a tener que escoger un camino. El tomar uno u otro es lo que marca la diferencia. Tomar decisiones de modo autónomo y responsable es sopesar los pros y los contras de las distintas alternativas posibles en una situación y aceptar las consecuencias de la elección. Esto no siempre es fácil porque hay muchos otros factores que juegan su papel. A tomar decisiones se aprende. La autonomía se va desarrollando. En el proceso lo más importante es tener claro que se quiere porque muchas veces lo queremos todo “bueno, bonito y barato” y lamentablemente siempre hay que sacrificar algo en beneficio de lo que queremos conseguir. También es importante distinguir cuándo no importa ceder ante los deseos de los demás u otras presiones y cuándo es importante seguir los propios criterios.
    Un gustazo como siempre. Tus post me ayudan mucho.
    Abrazos cariñosos

    ResponderEliminar
  37. Hola Quique:
    Ante todo, quiero decirte desde aquí que tengo muchos problemas para acceder a tu blog. No sé si le pasa a alguien más. En cuanto a tu comentario, es curioso que cuando te piden opinión sobre algo y la das normalmente la gente se reafirma en su punto de vista inicial.
    El feedback necesita mucho entrenamiento en quien lo da pero no menos en quien lo recibe y más si lo ha pedido.
    Abrir alternativas es relativamente sencillo e incluso existen técnicas para presentarlas en el orden adecuado pero sin entrar en esas profundidades, está claro que cuatro ojos siempre ven más que dos.
    A mí también me gusta el café con leche pero casi siempre me sale cargado de café. ¿Y a ti?
    Muchas gracias por tu comentario y hasta pronto.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  38. Hola Belkis:
    Como decía José Luis en su comentario, el aprendizaje en la valoración de alternativas consiste en no pretender obtener el óptimo y a integrar la frustración que ello conlleva. Para algunas personas a lo largo de su vida y para todas aquellas que aún son inmaduras pero en tránsito hacia la maduración, esa renuncia es díficl porque prevalece lo ideal sobre lo posible.
    Muchas veces es más fácil aconsejar a otro sobre lo que le conviene hacer que aplicárnoslo a nosotros mismos porque, en efecto, la distancia emocional y el análisis de consecuencias se produce con un enfoque distinto.
    Por eso y a pesar de que prefiero un camino concreto para el análisis de alternativas respeto el que tome cada cual mientras no sea que la duda le paralice o que ante ella, se opte por el camino más cómodo que, normalmente, no satisface las propias expectativas y que lejos del óptimo suele acercarse al mínimo.
    Muchas gracias por tus palabras y por tu enfoque.
    Abrazos.

    ResponderEliminar