Seguramente muchos recordaréis un programa de televisión llamado ¿Quién sabe dónde? que, básicamente, consistía en la búsqueda intensiva de personas desaparecidas que, las más de las veces, no tenían ningún interés en ser encontradas. La fórmula empleada para esta especie de búsqueda por rastreo se basaba en un antepasado de las redes sociales. Alguien conocía a alguien que a su vez… y así hasta que daban con el desaparecido, estuviera éste vivo o muerto.
El funcionamiento de las redes sociales que hoy conocemos sigue un esquema similar, con la única salvedad de que el “desaparecido” ha de haber dejado rastro digital, lo cual cada vez es más probable porque entre los que ya usan medios digitales o lo harán en corto plazo estamos hablando del 70% de la población. Vivir en lo digital es lo que tiene, que dejas rastro y tarde o temprano acaban dando contigo, lo quieras o no, aunque por lo general, todo el mundo quiere, por no decir que aspira o desea.
Las redes sociales acortan el camino y, sobre todo, eliminan pasos intermedios. Si en cualquier momento de la Historia una persona ha estado a sólo seis pasos de alguien a quien por supuesto ni conocía y daba igual que estuviera en las antípodas, hoy en día esa búsqueda se ha convertido prácticamente en instantánea. Los hábitos sociales caminan en esa dirección y si lo hacen, arrastran tras de sí modelos completos de entender y vivir la vida. Ahora mismo hasta ya empiezan a arrastrar la forma en que se hacen los negocios afectando a los costes, los márgenes y cualquier otro elemento que pueda cuantificarse económicamente, actuando en esto como un fiel aliado del fenómeno de la globalización. Y más que lo harán en el futuro inmediato.
Hoy en día ya hay suficientes ejemplos de ello. Por citar estrategias de marketing de una sola agencia sabemos que el fenómeno Susan Boyle, el patito feo que cantaba como los ángeles y que ahora ya vende discos como rosquillas, es el resultado de una acción de marketing viral que arranca como consecuencia de que Andrew Lloyd Weber, el famoso compositor y productor de musicales estaba preocupado por el descenso de público en sus espectáculos a causa de la crisis. La aparición de Susan interpretando la canción emblemática de Los Miserables por tanto, no fue una feliz casualidad, como tampoco lo fue que se convirtiera en uno de los videos más visitados en You Tube.
O la preocupación de la productora de Gran Hermano ante el escaso éxito de su último casting, resuelto a base del lanzamiento de una campaña específica a través de Facebook, por citar sólo dos ejemplos. Aquí el medio utilizado fue el de las redes sociales y el éxito en ambos casos se debió a su enorme poder de convocatoria, impensable hasta hace muy poco. El único requisito es que un solo emisor haga lo necesario para acceder a un (potencialmente hablando) infinito número de receptores y que una porción de estos se sientan interesados.
Conecto en esto con el post que ha escrito mi amigo Agustí Brañas en el que establece la relación matemática que se produce entre emisores y receptores de mensajes. A mi modo de ver, el problema no es la cantidad, sino la calidad de los mensajes (lo que a cada cual le interesa) y para eso hace falta utilizar criterios de segmentación para separar el grano de la paja. Creo que en eso es realmente necesario mejorar ya mismo y que lo será mucho más en el futuro.
Las empresas se están empezando a dar cuenta de la potencia de los social media. La semana pasada aparecía uno de los primeros artículos en la prensa genérica que hablaba del significativo ahorro de costes de este tipo de campañas y su cuantificación en términos de ROI (retorno de la inversión). En consecuencia, está claro: es momento de ponerse a ello y de hacerlo en serio aunque sólo sea para enterarse sin intermediarios de lo que piensan los consumidores de un determinado producto o cuál es nuestra reputación social.
La social media (conjunto de herramientas al efecto) crea un fantástico impacto emocional, siquiera potencialmente. Esto que escribo será visible no sólo para mis seguidores habituales u ocasionales sino por todo el mundo que haga una simple consulta sobre mí en Google y estoy seguro de que cuando analice mis estadísticas veré que será leído por personas de al menos tres continentes y no menos de quince países. Y ya no te digo nada si doy el aviso a través de Twitter o Facebook.
El poder de estas herramientas es considerable. Hace un par de meses un amigo mío que busca cambiar de trabajo me pedía que le aconsejara sobre cómo hacerlo. Date de alta en Xing y Linkedin y apúntate a comunidades profesionales, le aconsejé. No digas que buscas trabajo, no es necesario. Hoy me ha mandado un correo diciéndome que la semana que viene tiene dos entrevistas. Asusta un poco, pero es así.
Cristalook dejaba un comentario en mi post anterior en el que, entre otras cosas, decía que “aunque defiendo al 100% la inocencia de la ciencia y de cualquier tecnología que represente un avance social, faltará determinar los usos maliciosos que generará este, quizás, exceso de información”. No le falta razón y es también una de mis preocupaciones. Aunque el principal uso malicioso que adivino es la manipulación de voluntades, porque ya digo que esto de la social media tiene una fortísima carga emocional y en eso, somos frágiles y desde luego, muy pero que muy vulnerables.
Pero a lo que íbamos ¿Que dónde está Wally? Chupado. Ahora mismo te contesto.
indexer seo
Hace 1 año
Gracias Josep Julián vuelves con fuerza y con un mensaje claro, lo digital tiene un efecto globalización muy claro en nuestra sociedad. Yo sin embargo aunque lo use a nivel personal (facebook)y profesional (twiter y linkedin)sigo sin encontrarle el retorno cuantitativo excepto en el número de contactos. Por tanto el ROI en función de tiempo invertido es de menos 5.000 puntos negativos hasta que se demuestre lo contrario.
ResponderEliminarAl final llego a la conclusión de tu observación que sí, que en efecto las redes sociales funcionan para esos nichos de comunicación. Eso si a me parece que lo VIRTUAL gana espacio desafortunadamente a lo REAL, ¿tú que opinas?
Un abrazo.
Así es Josep Julian. Estamos expuestos, con todo lo que ello significa, para bien y para mal. La investigación de mercados, por ejemplo, está dando un vuelco, porque ya es el usuario el que está dispuesto a opinar (sentenciar o loar) a una compañía. O también a encumbrar o hacer caer una persona o institución. Y esa exposición no se borra tan facilmente. Hace poco, creo que fue José Miguel Bolivar quien nos habló de una empresa que se dedicaba a medir la reputación on line de las empresas y a ofrecer soluciones de Relaciones públicas en ese medio.En fin, un mundo apasionante, que si no se utiliza adecuadamente nos puede desbordar.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Josep, tengo dos noticias, una buena y una mala; la buena, que ya estoy aquí de nuevo, tras las vacaciones, siempre es un placer leer tus interesantes posts. La mala, obviamente, que se me han acabado las vacas...
ResponderEliminarPues sí, recientemente me ha sorprendido cómo ha contactado alguien conmigo siguiendo los vericuetos de la red, hasta el punto de llegar a sospechar si la forma de contacto la había obtenido de manera más o menos legal, o simplemente había consultado al Oráculo, como le llamo yo a veces a Google.
Es muy probable que, como dices, los de los seis vínculos sea fácil de acortar hoy en día, al menos virtualmente; no hay más que pensar en la relación que se mantiene virtualmente con multitud de personas a las que, no teniendo el placer de conocer personalmente, sí tenemos un trato continuado y fluido a través de la Red.
También es importante considerar ese punto que destacas, muchas veces podemos dejar "rastros" o huellas en Internet de las que quizás en el futuro no estemos demasiado satisfechos.
Estupenda reflexión.
Un abrazo
Pablo Rodríguez
Al hilo de lo que comenta Fernando López Fernández diría que este río de las redes sociales ya se ha desbordado. Por cantidad de usuarios, por ignorancia en muchos casos de su alcance y consecuencias, y por N razones más esto es imparable.
ResponderEliminarRespecto de la entrada, Josep (por cierto, no estoy seguro de si Julián es apellido), agradecerte el enfoque y los ejemplos. Me convence lo que dices sobre el nuevo marketing y la necesidad de segmentación, aunque este último punto parece de momento asignatura pendiente. Tal vez en el futuro, al igual que sucede con la audiencia de soportes de radio, prensa o televisión por características socio-demográficas, las redes puedan segmentarse con arreglo a criterios que aún están por asentarse.
Gracias por estar ahí. Que tengan un buen día.
ASV
Hola Diego:
ResponderEliminarPienso que el retorno de la inversión hay que valorarlo en función de lo que buscas. Cuando hablamos de empresas que tienen presencia en los social media el abanico de opciones de ROI es enorme. Si vendes tus productos, en el caso de que te los compren (ya hay diversos ejemplos de esto), si quieres conocer tu reputación como marca, en función del feedback que recibes, si lo que quieres es explicar lo que haces, ahí puedes tene más limitaciones, porque eso en sí no te diferencia, etc.
Por el contrario, si lo que buscas es sacar partido a tu "yo digital", que es una acepción que me gusta mucho, el ROI se mide en función de otras cosas, pero es igualmente medible.
El hecho de no manejarse en entornos físicos facilita mucho que la relación sea sincera en el sentido de que no es necesario andarse con florituras sociales. Las opiniones son más directas y uno pierde el miedo a decir que lo que tú haces gusta o no gusta e incluso en el caso de que no guste, hay suficientes medios para saberlo aunque no te lo digan.
Dicho todo esto, lo virtual gana espacio a lo real como lo denominas tú, pero entendiendo que se obvia el contacto personal como premisa sine qua non para relacionarse. Ningún social media puede ser comparable al placer de compartir un café contigo pero eso no opta para que, por ejemplo, podamos hacer negocio por el canal virtual.
Es otro mundo en el que andamos en pañales y en el que por ello, cualquier cosa que descubrimos en él nos parece la bomba. Cuando pase el tiempo, ya será otra cosa.
Muchas gracias por tu comentario y te mando un abrazo.
Hola Fernando:
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Cuando uno se pone a estudiar lo que está sucediendo es fácil entender que los paradigmas tienen que ser otros. Es lo mismo que sucede con los tornillos convencionales y los destornilladores de estrella, que uno se da cuenta de que algo no va bien y que hay que comprarse otras herramientas.
La cuestión creo que no es que "nos pueda desbordar" sino "cuando" y, enlazando con mi anterior post, lo que creo que tenemos que aprender es cómo explicárselo a nuestro mercado, lo que no es nada fácil.
Un abrazo.
Hola Pablo:
ResponderEliminarUn placer tenerte de vuelta, así que me quedo con la noticia buena jeje. Seguro que traes nuevos bríos y eso nos hace falta a todos.
Respecto a lo que dices. Ayer recibí un mensaje a través de e-mail de una página web que vende coches de segunda mano y que me anunciaba que había enlazado mi página con la suya para que hiciera lo propio ¿?
Esas cosas las considero sarampiones que hay que pasar y que tampoco son nada de lo que creo que haya que preocuparse mucho. Los usos éticos de las herramientas no es algo que esté en ellas sino en cómo las usamos y cada cual debe responder por sus hechos u omisiones.
Si ese es el precio que hay que pagar (o uno de ellos) para poder acceder al conocimiento de personas y a conocimiento del otro y además prácticamente en tiempo real, lo pago a gusto porque compensa.
Lo peor es lo que dices al final, que aquí "todo queda por escrito" y con el tiempo y tirando de hilo, igual nos sacan los colores por cosas que hicimos o dijimos. Aunque a lo mejor llega un punto en que la información tenga caducidad, quién sabe.
Un abrazo y buen año.
Hola Alfonso:
ResponderEliminarAnte todo, quiero darte la bienvenida a este rincón en el que mi deseo es que te sientas a gusto.
Me alegra que coincidamos en lo de la segmentación que para mí es una necesidad aunque no sé si lo veremos con la urgencia que creo que tiene el asunto. Creo sinceramente que eso contribuiría a la calidad aunque fuera en detrimento de la cantidad. No sé, quizá sea un valor educacional que no todo el mundo perciba.
Aprovecho para aclarar que Julián ES APELLIDO y que me siento más cómodo si me llamáis Josep o Pepe. Gracias por preguntarlo.
Un abrazo y que pases un buen día.
Creo que todo dependerá del uso que le demos....
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Josep. Eres un buen anfitrión.
ResponderEliminarASV
Las redes sociales son capaces de hacernos encontrar, como dices, casi instantáneamente un ser al que no conocíamos en segundos y en las antípodas; pero a muchos les ha hecho y les está haciendo perder el poder de comunicación verbal y cara a cara. Una lástima.
ResponderEliminarBesos
A mi el miedo que me da es de todo esto es la pérdida de libertad y "El Gran Hermano" en nuestras vidad diarias (y hablo del de Orwell). De hecho ya me horroriza que con sólo teclear puedan saber cuántos libros me he leído, que gustos tengo, cuanto gasto en comida, ocio (y sin bola de cristal!), no sigo...que me da cierta grima.
ResponderEliminarEn cuanto al fenómeno Susan Boyle, no conocía la trastienda, pero es obvio que supieron hacerlo muy bien. Jugar con las emociones del público. Sin embargo, yo sigo creyendo en otra realidad, donde los sueños se consiguen y me alegro quela Boyle patitofeoyparada-perocontalento. Haya conseguido grabar un disco, que de otra forma y por los mismos motivos le hubiera sido imposible.
Te dejo un beso y sí como bien dicen empiezas el año fuerte!
Por cierto tengo un libro escrito...no consigo publicarlo...¿alguna sugerencia? En mi blog en la pestaña de acerca de está mi mail...yo te escucho :-P
ResponderEliminarHola Myr:
ResponderEliminarSin duda. Toda herramienta es buena en sí misma pero tiene dos limitaciones, la pericia en su manejo y el uso que le demos. Me preocupa mucho más la segunda.
Shalom.
Hola de nuevo Alfonso:
ResponderEliminarSólo intento estar a la altura de mis visitantes porque contínuamente aportan más que mis entradas, en serio.
Muchas gracias.
Hola Ginebra:
ResponderEliminarEs verdad y me preocupa mucho. Pienso que como humanos nada supera la calidad de la relación personal si bien esta fórmula digital permite otras cosas que igual si nos conociéramos personalmente no se producirían.
Digamos que las feromonas que se generan son de otra clase pero sí, tienes razón, yo también veo peligro en que algunas personas prefieran relacionarse virtualmente más que en persona o que prácticamente este sea el único modo en que lo hacen. No hay peor exclusión que la auto exclusión y eso me parece lamentable.
Observando los modos de comportamiento de los autores de blog, por ejemplo, creo que se puede aprender mucho de cómo son y donde más se aprende no es en lo que dicen sino en otras cosas que ahora no vienen al caso.
Un beso.
Hola Malvada Bruja del Norte:
ResponderEliminarEsos miedos que tienes tienen una base cierta pero por fortuna creo que también disponemos de algunas defensas aunque no siempre las conozcamos.
Hace muchísimo tiempo que American Express y El Corte Inglés lo saben todo de mí y de momento lo llevo bien, aunque últimamente les tenga algo despistados jeje.
En relación a lo de Susan Boyle yo también me alegro un montón porque como conejillo de indias que fue, al menos ha visto cumplido su sueño que ojalá dure tanto como ella quiera. Qué menos.
No creas que empiezo fuerte. De hecho, creo que aún ando con el freno de mano puesto. ;-)
Respecto a lo otro que dices, ahora acudo.
Un abrazo.
Querido Josep Julián,
ResponderEliminarInteresante, muy interesante artículo... Sobre todo, para aquello que comenzamos enla profesión y queremos que se nos encuentre de manera profesional...
Consejo: mejor no tener nada que deber a la justicia, pues más temprano que tarde seremos encontrados...
Un fuerte abrazo
PD: gracias por pasarte por mi blog :D
Pues acabo de probar que sale en San Google cuando tecleo mi nombre y aparte de alguna multa de tráfico, jeje! de momento nothing of nothing, thanks to God. Pero claro, no tengo ni Facebook. Dime rara.
ResponderEliminarRealmente es un tema importante este... porque sé que más tarde o más pronto caeré en alguna de esas redes y me preocupa que uso daran a esa información los diferentes agentes que la utilicen.
Y aunque soy enemiga acérrima de cualquier tipo de censura y me entusiasma la accesibilidad de este campo akásico, no estaría de más pensar en como hacer para que lo siga siendo con los menos incovenientes posibles.
Pero... ¡qué difícil, por no decir imposible, ponerle puertas al campo! ¿verdad?
En fin, tal como te decía en ese comentario que citas (gracias!) habrá que confiar en la bondad (dudosa) de la sociología que viene.
En fin, un abrazo Josep Julián.
Esteee, Wally? tramposillo!
ResponderEliminarHola Josep Julián:
ResponderEliminarCuando salen estos temas enseguido pienso en el "gran hermano". Y es que ya no estamos hablando de ciencia ficción, esto ya es real. Antes del verano pasado estuve en una charla sobre las redes sociales, en la que dijeron que no podemos mirar hacia otro lado en lo concerniente a la información que aparece sobre nosotros en internet. Que tenemos que tener una actitud activa, puesto que queramos o no, en internet hay información sobre nosotros. Si buscas por tu nombre aparecerá tu blog, pero también aparecerán otras actividades en las que has participado y que posiblemente no tengas controladas (o si). Aparecerán sentencias judiciales, multas de tráfico... en fin información que otros han podido colgar de internet con ninguna intención o con mejor o peor intención.
Y esto es lo que hay. Las tecnologías no son ni buenas ni malas (como dice alguien por ahí), pero cada vez nos complican más la vida, ¿verdad?
Por cierto, no he encontrado a Wally (y sigo buscando). A ver si en la próxima entrada nos das la solución.
Un brazo.
Hola Ángela Paloma:
ResponderEliminarMe alegro que te haya parecido interesante. Si, como dices, estás empezando en tu profesión, entonces poco habrá que decirte respecto a la formas de comunicación en las que vivirás y crecerás como profesional.
Mi opinión es que este mundo será el vuestro, con la ventaja de que evolucionaréis con él de forma natural.
De lo de las multas, no hace falta que te preocupes por dejar huella porque el Gran Hermano Hacienda que es 1.0 de momento tiene todos los medios para encontrarte, así que la privacidad no deja de ser un estado emocional, pero falso porque si alguien te quiere encontrar, te encuentra.
Gracias por tu visita. Se te echaba de menos.
Hola Cristalook:
ResponderEliminarBueno, como le decía a Angela Paloma eso de la privacidad no deja de ser un estado mental y más bien emocional porque hay muchos que saben de ti más de lo que quisieras. Si usas tarjeta de crédito, tienes móvil o pagas impuestos hay un montón de tipos que lo saben casi todo de ti. ¿Es que no ves las pelis? El año pasado, junto a mi devolución de impuestos recibí una mordida de los amigos de Hacienda por un impuesto de circulación de un coche que vendí hace un montón de años y que el cabroncete que lo compró "olvidó" hacer el cambio de nombre.
El "yo digital" es otra cosa. Es tu presencia voluntaria y de momento los embozos mil en los que podemos protegernos, quien así lo decía claro, nos cubren de miradas indiscretas.
Un día de estos publicaré un artículo sobre los comportamientos protectores observados en la red. Igual a partir de ese día me baja la audiencia jeje.
Wally es el que estaba en ese huequito que se ve hacia el centro de la imagen, pero ha huído al saberse descubierto.
Un abrazo.
Hola Javier:
ResponderEliminarEn esto de Internet y las redes sociales creo que hay que mantener una actitud responsable pero no tenerle miedo. La información que hay sobre uno, que suele ser mucha pero que ya existía, se ha puesto a disposición de todos, eso es cierto y presenta peligros, pero al mismo tiempo es beneficioso cuando de lo que se trata es de que te encuentren y tú quieras ser encontrado.
Internet ha tenido éxito porque no es controlable en esta parte del mundo en la que vivimos y en otras el problema se soluciona limitando o prohibiendo el acceso.
Mi preocupación sigue siendo la segmentación de la información que pueda ser interesante para mí pero claro, esa información puede que no interese a otros con lo cual el dilema está servido y ahora mismo no resuelto. Puede que nunca lo esté.
De todas formas, ayer tuve una conversación con un amigo sobre el particular y él decía una cosa muy cierta: uno acaba estando donde quiere estar y rodeado de aquellos de los que quiere sentirse rodeado. La causa es la entropía que aquí podría traducirse por segmentación natural.
En mi caso y antes de tener presencia activa en la red, en alguna ocasión me puse a buscarme en Google. En las cien primeras páginas no aparecía. Hoy, si tecleas mi nombre ocupo el 80% de la primera página de resultados, pero eso es así porque voy dejando rastros por todas partes. Si eso me quitara el sueño mal iría.
Las tecnologías, en efecto, no son buenas ni malas, son neutras aunque la naturaleza humana en el uso de su libre albedrío tarde menos en buscarle malas aplicaciones que buenas y por eso hay qùe proteger tanto como podamos a los más vulnerables, que son los niños y los adolescentes. En eso creo que estamos de acuerdo todos.
Un abrazo y perdona la perorata.
Hola Josep:
ResponderEliminarSupongo que como con todo tendremos que ir "mirando" y "aprendiendo" a convivir con estas nuevas versiones de "historia personal".
Hoy no creo que nadie se "asuste" de saberse dentro de los listines telefónicos, donde con solo saber tu nombre podían averiguar tu teléfono y....tu dirección. Y que tampoco le extrañe que sigan llegando a su buzón, propaganda a su nombre y dirección que nunca solicitó.
Pienso que hay datos y datos y lo que tenemos que tener claro es hasta qué punto queremos dejar al "aire" nuestra "intimidad" y qué parte de nuestra vida consideramos como privada.
Hasta ver cómo son los efectos, a largo plazo, de toda esta nueva conectividad, creo que mantener una interacción "conservadora" no vendría mal.
Pero...dile a una adolescente que colgar las fotos que se ha hecho de cara al espejo del baño (por cierto, siempre sale la escobilla del water en un rinconcillo) y poniendo morritos va a perjudicarle cuando sea una "carroza de 25 años, por lo menos" a ver que te dice. Cuando menos "Qué carca eres".
Tiempo, amigo Josep, tiempo para ver cómo corren estos ríos de datos y qué pueden ir salpicando a su paso.
Un abrazo.
Hola María:
ResponderEliminarComparto lo que dices y añado que cuando se habla de brecha digital, en realidad deberíamos entender que esta es doble. Está la que se produce entre los que se manejan o no en estas artes (que es a la que siempre se hace referencia) y la que se produce dentro de los que estamos metidos en esto entre los más jóvenes y los demás.
El mundo será suyo y ahí puede pasar dos cosas. Una, que cuando el acné les desaparezca se tiren de los pelos por las veces que habrán "enseñar el culo" y otra, que esos comportamientos de ahora sean considerados como normales e integrados en el "yo digital histórico" de la misa forma que nosotros guardamos como fetichistas las cosas de épocas pasadas.
Nadie sabe nada, de eso no nos olvidemos, excepto que los padres se siguen preocupando por sus hijos tanto en la era digital como en la analógica, con similares resultados, todo hay que decirlo.
Y además, siempre tendemos a pensar que lo último de ahora nunca se verá superado y en eso seguro que nos equivocamos. Por si acaso y como dices, seamos cautelosos que eso es un clásico que siempre funciona.
Un abrazo.
Hola Josep,
ResponderEliminarComo siempre, un placer el leerte a tí y a las personas que pasan por tu blog.
Las redes sociales nos han permitido el mantener interesantes y constructivas conversaciones al hilo de ellas.
El otro día tuiteba "One day this world 2.0 will have passed and then knowledge will be accessible to every one ..." ésta sería la mejor forma de mostrar y demostrar que las redes sociales ayudaron a construir un mundo más responsable, equitativo y social barriendo costes y derribando murallas...
Sé que miraras la hemeroteca para recordarme mi visión pero ... eso será motivo para compartir otro café y otro interesante y constructivo debate contigo... :-)
Un abrazo,
Agustí Brañas
Vértigo, escalofríos y sudores fríos es lo que experimento cuando, al leer tu artículo, compruebo lo "vendidos" que estamos. Supongo que debemos echar mano del sentido común a la hora de exponernos a esta ventana abierta que son Internet y las redes sociales, y aún así no hay garantías fiables al 100%. La verdad es que da bastante miedo. Es una sensación de desamparo e indefensión tremebunda.
ResponderEliminarHola Agustí:
ResponderEliminarCreo que a veces lo que nos falta es pespectiva histórica para analizar los acontecimientos. Hace más de dos décadas ya se empezaba a hablar de los entrepreneurs, los emprendedores que utilizarían como base de su actividad el conocimiento colectivo, de la misma forma que se hablaba de las organizaciones en red en contraposición a las estructuras jerárquicas o matriciales imperantes incluso hoy en día.
Todos esos conceptos que no fueron de dominio público en su momento, sin embargo sirvieron de sustrato para lo que hoy es el conocimiento compartido de forma creciente convirtiendo a las redes de todo tipo en el medio por el cual se transmite ese conocimiento y la forma en que deben organizarse las personas, las empresas y la sociedad entera. Si eso no es un cambio de era, que venga Dios y lo vea.
Punset hablaba en uno de sus libros de un tipo de ameba que se organiza de tal modo uniéndose unas a otras que acaban constituyendo un sólo organismo pensante y actuante. Las esponjas o los corales actúan de forma similar, así que no sé de qué nos extrañamos.
Hoy en día cualquiera de nuestros escolares (ni siquiera universitarios) dispone de más conocimiento que San Isidoro de Sevilla en su época. Deberíamos maravillarnos si aplicáramos la perspectiva histórica, desde luego. Por ello, tu frase es acertada, en el sentido de que cada sociedad dispone de una tecnología que le permite explicarse a sí misma. La tecnología no tira de la sociedad en su génesis sino al contrario, no lo olvidemos, pero la sociedad sólo crece hasta donde la tecnología se lo permite.
Lo maravilloso del momento actual es que las redes sociales son de uso común y que la tecnología permite justo lo que hace millones de años descubrieron las amebas, que cuando nos hablamos e intercambiamos conocimiento damos saltos exponenciales, aunque debamos preocuparnos siempre por la basura que genera toda actividad incluida esta de las redes sociales que ya sabes que es un tema que me preocupa.
Todo lo que escribamos y actuemos tú y yo a través de este medio quedará para siempre a disposición de quien quiera acceder a él y sin ánimo de ser pretencioso, alguno lo incorporará a su conocimiento, aunque sea con el valor añadido de un humilde grano de arroz. Eso no había pasado en la vida y mañana, cuando pase el 2.0 como dices, será historia.
Ese cafelito que anuncias creo que promete.
Un abrazo.
Hola Domingo:
ResponderEliminarNada nuevo bajo el sol. Ya digo que de nosotros hace tiempo que muchos saben más de lo que quisiéramos, lo que pasa es que ahora está a disposición por mucho que tengamos leyes de protección de datos.
Cambia, todo cambia, decía nuestra admirada Mercedes Sosa y nosotros hemos de adaptarnos al mundo que vivimos sin miedo, pero con responsabilidad. Como siempre, vamos.
Un abrazo y que no cunda el pánico.
Un ejemplo claro de lo vírico que pueden resultar los emails o encadenamientos similares ocurre en los blogs.
ResponderEliminarCuando se dan 'premios' con condiciones. Yo te doy un 'premio' a 'Blog mas chachi para emprendedores' con las condiciones de que tienen que darle el premio a 5 blogs, y así consecutivamente, bastan unos segundos de cálculo para... Darte cuenta como se multiplica el asunto.
Hola Gabi:
ResponderEliminarSí, sí, lo viral se produce a muchísima velocidad y, por lo menos, con desigual calidad. Y ya sabes lo sensibles que somos algunos a esto ;-)
Un abrazo.
Las redes sociales proliferan y las personas nos vamos haciendo cada vez más adictas a ellas. Entiendo que se pueden mal usar, en algún momento, pero a mi particularmente me han abierto una ventana al mundo y me han permitido contactar con una gran cantidad de gente maravillosa de la que aprendo mucho día a día. Ya que casi no tengo tiempo para vida social, a través de la red, me puedo conectar y contactar a cualquier hora. Eso es una ventaja y casi una bendición.
ResponderEliminarRecibe un cariñoso saludo Josep
Hola Belkis:
ResponderEliminarComo en todas las cosas de la vida aquí también se demuestra que el uso responsable lo es todo y sobre todo, que podemos tomar aquello que queremos usar y en la medida que decidimos y nos sienta bien.
Un beso.