El pasado sábado asistí temprano a la sesión de GobCamp siguiendo la invitación de dos colegas y amigos de Cloud Consulting. A priori, este evento tenía algunas características a las que no estoy acostumbrado. La primera, que no hay un orden del día establecido y son los mismos asistentes los que pueden actuar como oyentes o ponentes alternativamente y a su elección. La segunda, que el nivel de los asistentes era desconocido, sin que haya que anotar ninguna reserva en ello. Al fin y al cabo, lo desconocido es un valor a descubrir, no una carencia. Conforme avanzaba la sesión fui sacando algunas conclusiones (ajenas al objeto específico de la jornada) que quisiera compartir con vosotros, adelantando de entrada que mi papel fue el de mero espectador y observador.
Lo más importante fue, desde mi punto de vista, ver la pasión con que los ponentes (en realidad, los líderes de proyecto) exponían sus experiencias. Ni uno solo utilizó el “yo” sino el “nosotros” incluso cuando su papel resultaba obvio que había sido determinante para el impulso del proyecto en cuestión. Buen dato.
Otra cosa que me llamó la atención fue que allí había mucho conocimiento y ninguna prevención por compartirlo. Mejor dato.
Una cosa más. Todos veníamos de una historia en la que las cosas se habían hecho tradicionalmente de forma completamente distinta y habíamos evolucionado con naturalidad. Extraordinario dato.
Y por último, que el último ponente de la sesión de la mañana, un verdadero experto internacional en la Gestión del Cambio (así, con mayúsculas), pedía colaboración abierta para adaptar su entorno de negocio a las nuevas tecnologías de las que él era un neófito. Toda una lección de humildad que levantó los aplausos de la audiencia.
De vuelta, reflexioné un poco sobre la experiencia. ¿Qué me había aportado la sesión, qué había aprendido? Respecto a la primera cuestión, mucho, respecto a la segunda, menos y en todo caso, cosas inesperadas. No me extrañó llegar a esta conclusión y eso que no soy un experto en la materia tratada, pero la conjunción de inteligencia emocional estaba servida y aquí os la presento en forma de preguntas.
¿Cuántos de nosotros necesitamos tener el estímulo de saber con certeza a quién vamos a escuchar y de qué tema va a tratarse para decidirnos a sacrificar una sacrosanta mañana de sábado y levantarse a las siete de la mañana para llegar puntual a la cita? Si a mí me lo hubieran propuesto hace un tiempo ni siquiera hubiera considerado mi presencia.
¿Cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a exponer ante otros que desconocemos por completo algo que nos interesa mucho pero que no sabemos cuánto puede interesar a terceros hasta el punto de aceptar ser sometido a un juicio que podría implicar silencio o indiferencia como toda respuesta? Yo no, por supuesto.
En el caso de que sí hubiera interesado ¿Cuántos habríamos hinchado el pecho para que no pasara desapercibida nuestra mano detrás de lo que estamos contando dando a entender que somos los padres de la criatura? No estoy seguro de la respuesta.
¿Cuántos habríamos tenido la humildad de reconocer que, a pesar de ser unos expertos en nuestra materia, no sabemos apenas nada de cosas mucho menos complejas y pedir ayuda con verdaderas ganas de ser ayudados? ¿?
Y por último ¿cuántos de nosotros habríamos hecho todo eso que ahí se hizo de forma natural? Ese es el aprendizaje que obtuve, que hay que ser de una pasta muy especial para contestar correctamente a las cuestiones planteadas en esta entrada y que todas ellas tienen que ver con la gestión de nuestra emocionalidad, no con nuestro talento.
No pude quedarme por la tarde y, según me cuentan, la audiencia declinó en esa parte, pero a mi modo de ver se habían cumplido todos los objetivos y me fui a casa satisfecho porque, de una u otra forma, se había demostrado que cuando se lo propone, el hombre es capaz de hacer cosas maravillosas.
Y dejo para el final un apunte para romper esquemas: los ponentes procedían o estaban relacionados con la Administración Pública, ojo al dato.
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Hace 1 año
¡Qué envidia, Pepe! Los que somos "de provincias" a veces tenemos difícil el acceso a este tipo de "orgías" de la cultura 2.0.
ResponderEliminarY, sin querer abusar pero quizás haciéndolo, a ver si la próxima vez alguien se anima a tuitearlo desde Cloud Consulting. En este caso, ahora mismo tuiteo tu post desde CC.
Gracias por contárnoslo.
Pues sí que suena interesante, sí.
ResponderEliminarRespecto a las preguntas que haces... en muchas de ellas la respuesta será retórica, si contestamos con sinceridad.
¿Cuántos nos levantaríamos el sábado a las siete... ? pocos
¿Cuántos habríamos tenido la humildad...? Pocos
¿Cuántos hincharíamos el pecho y presumiríamos de nuestro papel...? Muchos
Sólo hay, quizás, una respuesta menos obvia:
¿Cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a exponer ante otros que desconocemos por completo algo que nos interesa mucho pero que no sabemos cuánto puede interesar a terceros hasta el punto de aceptar ser sometido a un juicio que podría implicar silencio o indiferencia como toda respuesta?
Yo creo que aquí, la respuesta no es "pocos", sino "muchos" (incluido tú ;-), no hay más que ver la gran cantidad de interesantes blogs que comparten cosas abiertamente, por ejemplo.
Un abrazo, y gracias por compartir esta experiencia.
P.S. Por cierto, sí que es llamativo y rompe los esquemas el apunte final.
Realment el format sembla innovador i interessant! Però no entenc tanta sorpresa per l'apunt final. Després d'uns anys a la privada fa una setmana que sóc a l'Administració després d'haver tret una plaça... els ex-companys de feina (igual d'amics ahir que avui) estàven constanment referint-se al tòpic de l'administració (ganduleria, falta d'eficiència,...). Què hi ha de cert? És que han canviat els meus valors, les meves inquietuds, la meva manera de treballar se'n veurà afectada?
ResponderEliminarUna braçada!
Buenos días Josep Julián, respecto a tus preguntas. la primera.. respecto a levantarse yo creo que pocos, aunque hoy procuro atender a todo lo que entiendo que tiene un minimo punto de energía. En cuanto a la segunda de la humildad... esto ya es otra cosa!! (poquisimos!). Y respondiendo a tus últimas preguntas creo que hay una NECESIDAD clara de recuperación de la nonestidad y la nobleza como personas antes que la defensa marketiniana e idiota de un cargo que nadie se cree. ¿Dónde está la nobleza de mostrar nuestra vulnerabilidad con sencillez?
ResponderEliminarGracias por tu reflexión porque ayer estuvé en un evento a "ciegas" y creo que voy a escribir sobre ello. Un gran abrazo y a ver si hablamos pronto!
Hola Alberto:
ResponderEliminarLa verdad es que dos días antes ni siquiera sabía nada del evento pero, como digo, valíó la pena.
Lo del tuiteo me lo apunto para la próxima.
Un abrazo.
Hola Pablo:
ResponderEliminarSí, sí, lo extraño es encontrar a alguien que contestara como Dios manda a todas las cuestiones. A una o dos, puede, pero a más...
La cuestión es que me dio que pensar, y sigo en ello. La administración resulta que también guarda sorpresas de estas, así que ya tengo un motivo más de seguimiento.
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Hola Josep Julián,
ResponderEliminarPor un lado me hubiese interesado acudir, por otro lo del madrugon, la verdad no se puede saber ya que a posteriori es facil decir si.
Finalmente la transparencia incrementa la confianza no?
Muy bueno como siempre.
Hola Xiuli:
ResponderEliminarLa veritat es que a l'administració hi cap de tot, encara que els mateixos assistents van fer moltes referències a les dificultats per tirar endavant projectes novedosos o al menys que utilitzin metodologies fins ara poc convencionals.
Portes encara poc temps a dins i segurament que et trovaras de tot, però ja deia un dels millors empresaris del pais que avui en dia no hi ha diferéncia de talent dins i fora de l'asdministració, encara que la meva experiencia diu que no totes les administracions son iguals, ni semblants en temes d'innovació (bé, i a l privada passa el mateix).
Moltes grácies pels comentaris. I sort.
Una abraçada.
Hola Diego:
ResponderEliminarPues lo dicho, que respecto a algunas de esas preguntas podemos salvar la cara, pero para todas no.
Agrego un apunte adicional: el de la generosidad que da no para un post, sino para un blog entero.
Espero con ansiedad tu post y el momento en que podamos conocernos.
Muchas gracias, como siempre. Y un abrazo.
Hola Quique:
ResponderEliminarPues lo del madrugón tiene su peso, pero al ver que había personas que habían madrugado mucho más que yo porque incluso vinieron del País Vasco enseguida me quedé sin argumento. Lo del frío que pasé en moto a esas horas ya es harina de otro costal.
La transperencia genera confianza. De hecho, igual es el único requisito indispensable aunque no el único.
Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
¡ Hola ! Pues resulta que el último párafo me ha recordado una entrada en mi blog, intentando romper algunos paradigmas sobre administración pública.
ResponderEliminarhttp://jdroman.blogspot.com/2009/11/calidad-y-administracion-mas-cosas.html
¡ Éxito !
Jose
Hola Josep:
ResponderEliminar¿Parece que algo está cambiando no?, incluso en las administraciones públicas. Me quedo con esta frase que apuntas "Todos veníamos de una historia en la que las cosas se habían hecho tradicionalmente de forma completamente distinta y habíamos evolucionado con naturalidad" Me aprece que ahí está la clave.
Un abrazo
Hola Josep Julián:
ResponderEliminarVaya, otro cuento de los tuyos ¿eh?
Me has hecho dudar hasta que he llegado al final con lo de ponentes de la administración.
Ahí ya te pillé. Un cuento más.
Bromas aparte, estas cosas pasan por casualidad. Supongo que nos perdemos muchas oportunidades porque estamos ya de vuelta, pero cuando sucede, yo también lo suelo compartir, no en el blog (hasta ahora) pero sí con la personas cercanas. Y es que la satisfacción es doble: mientras sucede y cuando lo cuentas.
Un gustazo.
Hola otra vez.
ResponderEliminarLeyendo algunos comentarios, entre ellos el de xiuli, he esbozado una sonrisa, y no porque no tengan razón, no.
En esto del funcionamiento,actitud y aptitudes del funcionariado hay de todo, igual que en la privada, pero arrastran el sambenito, ganado a pulso por algunos de sus componentes (desde al menos los tiempos del "vuelva usted mañana" de Larra), y es difícil de cambiar, aunque lógicamente hay funcionarios muy competentes, capaces e innovadores.
Pero también hay muchos que sabiendo que su puesto es inamovible, se aprovechan de ello.
Curiosamente, el 99% de los posts en los que comento algo acerca de los funcionarios, hay alguien que me puntualiza en este sentido (lo cual no ocurre si critico a los trabajadores de la privada).
Supongo que será porque los que realmente trabajan, se esfuerzan, aportan, etcétera, dentro de los funcionarios, están aburridos de que les metan siempre en el mismo saco.
Un abrazo
Pablo
Hola Jose:
ResponderEliminarAnte todo, bienvenido a este rincón. He consultado la entrada de tu blog y podemnos convenir en que hay mucho mito relacionado con la funcíón pública y quizá por eso sorprende a veces ver gente con iniciativa, enorme capacidad para entusiasmarse y luchar contra los cíclopes que no quieren cambiar nada. Eso último tiene mucho mérito, sobre todo cuando escuchas casos reales. Lo heróico es que, a veces, hasta logran vencerles como se vio en el GobCamp al que hago referencia.
En mi familia tengo un par de casos de funcionarios de estos. Están a un nivel alto y hacen cosas, pero a su vez se ven con impedimentos para llevar a cabo sus iniciativas. Pero ¿eso no sucede también en la empresa privada?
Muchas gracias por tus comentarios y hasta pronto.
Un saludo.
Hola Fernando:
ResponderEliminarSí, señor. Adpatarse con naturalidad a lo que viene es una de las cosas que debemos aprender cuanto antes porque si no, más pronto que tardes te quedas para vestir santos.
El mundo no se detiene, entonces ¿por qué no tratar de evolucionar con él?
Muchas gracias por acercarte.
Un abrazo.
Hola Javier:
ResponderEliminar¿A que parece un cuento? Lástima que esta noticia no se hubiera producido cuando tenías abierta la campaña de buenas noticias.
Si quieres que te diga "toda la verdad" me acordé de ti y pensé, cómo le hubiera gustado estar aquí a Javier porque además, una de las experiencias que contaron venían del País Vasco.
Como creo que igual te veo pronto, te la contaré en persona (espero).
Un abrazo.
Hola Pablo:
ResponderEliminarDesde luego que tiene mucho valor lo que dices y no te falta razón. La administración, a veces, sorprende que funcione y la verdad es que es de los pocos estamentos que hace lo que dice (ya sé que esto puede resultar chistoso pero es verdad).
Tengo familiares funcionarios y de distintas categorías y auque sea por contagio de unos a otros la verdad es que forman parte de ese porcentaje de combativos. Y el sábado había muchos más de estos.
Lo admirable en esos casos es que, a pesar de que podrían tener una vida cómoda, se la complican con menudencias del tipo de creerse que están al servicio de la sociedad que les paga y que por eso están obligados a prestar servicios de calidad. Y la de disgustos que les cuesta.
Muchas gracias por tu nueva visita, por tus puntualizaciones y por traducir del catalán ;-)
Un abrazo.
Pues si te marchaste contento, tarareando un "tralarí.." es que la sesión te vino como anillo al dedo, y eso que solo actuaste de depredador, esto de bailar sin música y con luces viene a ser lo mismo que pasar la cuerda, sin pértiga y sin el calor del público. Humildad, generosidad, equipo, son valores extraordinarios, pero no suelen ser del todo tan relucientes a como son percibidos y ni mucho menos duraderos. Detrás del para.. siempre hay una por... Una cosa no quita valor a la otra, solo la aminora, la pondera. No te fíes de todo lo que tus ojos vean, el sentido de la vista no reside en ellos. ... Tralarán...
ResponderEliminarAl fin y al cabo, lo desconocido es un valor a descubrir, no una carencia.
ResponderEliminarCon que muchos fueran/fueramos capaces de asumir esta frase que está en tu entrada ya habriamos andado mucho camino...
Un abrazo.
Pues fíjate cómo son las cosas, amigo Josep, que yo hace cosa de una semana estuve también en una ponencia donde al final de la misma, ¡no se admitían preguntas ni la más mínima interacción entre ponentes y escuchantes! Se me quedó cara de gilipichis integral, porque había anotado no pocos apuntes para intervenir, creyendo, pobre de mí, que habría turno de preguntas o algo así. Me sentí completamente estafado y aunque la charla fue interesante eso perdió todo su valor para mí por lo que te comento, lo cual me parece un maltrato y un desprecio mayúsculos a la audiencia que se ha tomado la molestia de ir a escucharte. Allí monologaron los ponentes y el resto aguantamos estoicamente para luego nada. Lo dicho, un fraude. Por suerte, he acudido a montones de conferencias y presentaciones y esa no es la tónica general, pero cuando ocurre te llevan los demonios.
ResponderEliminarHola navegante:
ResponderEliminarHombre, uno ya andado lo suficiente como para saber que una flor no hace primavera y quizá por eso cuando la encuentra sale dando brincos de alegría, lo mismo que sabe que la felicidad es efímera y que tarde o temprano acaba desvaneciéndose.
Me sirvió por y para lo que he dicho y no me sirvió tanto para otras cosas que no cito por considera irrelevantes expresarlas aquí.
Pero mira, una cosa que aprendí joven es que cuando uno se alegra de algo tiene que vivir esa alegría porque tiempo habrá de todo lo demás.
Buen viento y un abrazo.
Hola Gabi:
ResponderEliminarAnda que no sabes ná.
Un abrazo.
Hola Domingo:
ResponderEliminarNo sabes cómo comprendo tu frustración por lo que te pasó, porque más que una conferencia eso se parecía más a una rueda de prensa sin preguntas, a una declaración, vamos.
Si además el tema era interesante y te surgieron muchas preguntas, pues más motivo para que se te quedara cara de habichuela. Por fortuna eso no es lo más frecuente aunque sí lo es que uno vaya a algo que parece interesante y te decepcione convirtiéndose en una completa pérdida de tiempo.
Un abrazo.
Hola Josep, lo que más me ha gustado es tu comentario final sobre el hecho de la relación de los ponentes con la administración; bien está de vez en cuando romper una lanza por tantos trabajadores públicos, totalmente válidos y con ideas, cuya misión fundamental es ofrecer servicios a la sociedad; y que no son una especie de camarilla de parásitos y holgazanes, como el tópico se empeña en mostrar.
ResponderEliminarUn abrazo
ES que la vida tiene esas sorpresas JOSEP; y me alegro de que te hayan tocado.... Sigue atento que vendrán más...
ResponderEliminarUn abrazo y mil gracias por los datos, tomo nota.
Hola J. Carlos:
ResponderEliminarEn efecto, en la administración hay gente inquieta y de mucha valía. Tal vez sean minoría y tenga que pasar mucho tiempo para que se cambien los hábitos, pero la hay y muy buena.
Un abrazo.
Hola Myr:
ResponderEliminarTodo lo que sea constatar la potencia y cualidades del ser humano es una muy buena noticia. Y si se encuentra de forma inesperada como en ese caso, mucho mejor.
Un abrazo.
Hola Josep,
ResponderEliminarLa verdad es que me quedé con unas ganas locas de asistir pero si no me volvía a Mallorca me obligaban a empadronarme en Barcelona, creo. :-)
Imagino que el último ponente a quien te refieres es Egurnio Moliní. Es una persona excepcional, con un CV que quita el hipo, con referencias de orden supranacional... ¿por qué será que cuanto más "mundo" conoce uno, más humildad y más capacidad tiene de reconocer el valor de los demás? Eso sí que es una constante...
Un saludo muy cordial
Jaime
Hola Jaime:
ResponderEliminarEn efecto era Eugenio Moliní y comparto cuanto dices. Unos días después comí con él explorando terrenos comunes.
Un abrazo.
Hola Josep,
ResponderEliminarEstupenda noticia, me presento a explorador voluntario... :)
Un abrazo,
Jaime