Hubo un tiempo, allá por los años 80, en que se vivió una época de vino y rosas que creó un microcosmos selecto conocido como beautiful people también conocido como de la cultura del pelotazo que contó con insignes personajes de los cuales hoy en día apenas queda alguno en activo pero que durante esa época fue el modelo a seguir, ocupó páginas de los incipientes periódicos de hojas salmón, recuperó del ostracismo a los fabricantes de gomina y fijadores y hasta elevó el glamour de algunos correccionales (caso Mario Conde, por ejemplo).
En la década de los 90 esta casta selecta fue imitada por una buena porción de la sociedad. Quien tenga memoria a medio plazo recordará la explosión de Mercedes, Audis y BMWs que empezaron a aflorar por todas partes comprados a crédito y a tasas de interés entre el 9 y 16%. Todos aspiraban a ser gente guapa que paseaba sus berlinas, se vestía en los democratizados modistos (sobre todo Adolfo Domínguez y Roberto Verino), viajaba los puentes a Nueva York y los veranos a Marbella y se peinaba en salones a los que había que reservar con antelación y donde te asignaban una cuidadora personalizada que cuando cogía la gripe y no podía atendernos nos creaba más quebraderos de cabeza que cuando se rompía la cañería del baño y el fontanero no acudía.
En los 2000 y con el cambio de milenio nos emborrachamos pensando que podíamos pagar pisos de 60 m2 a precios de 300 m2 y entendimos como lo más normal del mundo que las hipotecas se dieran hasta a 50 años lo cual supone, incluso a bajas tasas de interés, pagar intereses equivalentes a 10 veces el valor nominal que pedíamos prestado. Hasta hace dos años afloraron los chiringuitos especializados en refundir y refinanciar nuestras deudas siempre que se pudiera aportar garantía hipotecaria. Es decir, que cuando nos ahogaba el pago solapado de los créditos que habíamos pedido y obtenido para pagar al mismo tiempo el visón, el coche, las vacaciones y el cambio de muebles de la habitación de los niños, había quien se ofrecía a unificar esos créditos y alargarlos hasta el infinito para que la cuota se aliviara siempre que pudiéramos poner como garantía el piso que acabábamos de pagar. No estaba mal. Para pagar el coche que conducíamos debíamos alargar las cuotas hasta el momento en que habríamos mandado al desguace no ése sino los próximos tres coches que nos compráramos. Todos queríamos ser gente guapa y como no podíamos vendíamos nuestra alma al diablo con tal de parecerlo.
El choque con la realidad se produjo hace dos años. Hoy en día conozco algunos de esos “guapos” que van a comer con su familia a los establecimientos de Caritas, que tienen que pedir dinero a sus familias para parecer que mantienen su estilo de vida rumboso y eso por no mencionar la cantidad de padres que han descubierto las excelencias de la escuela pública después de abominar de los centros de enseñanza privada que enseñan en inglés.
La señora que viene a limpiar a casa luce modelos de diseño, está casada con un viajante de tintas industriales que se hace los trajes a medida, se toma vacaciones de mes y medio en verano, además de quince días en semana santa y navidades y pasa los fines de semana de invierno en un apartamento del Valle de Arán donde consume los forfaits de las pistas de esquí con la misma naturalidad que otro toma cervezas.
¿Habrá cambiado la anatomía de la gente guapa? Vivo en el más absoluto desconcierto.
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Hace 1 año
¡Felicidades!! Más certero imposible… Me lo “llevo prestado” a Coaching en Armonía.
ResponderEliminarUn abrazo
Pepe
ResponderEliminarEste tipo de gente aparece y desaparece como el Guadiana, seguro que hasta Pelayo tenía que sufrir a gente guapa en la cueva de la Santina que se quejaba de la humedad...
Yo, desde joven, conduzco un BMW que me los pago a tocateja trabajando como un loco (bien me conoces),debe ser por aquello de que conducir por conducir es uno de mis placeres. Me gustan los trajes caros y los zapatos ingleses aunque juego al golf en campos públicos. No pago ni de coña 200 euros por una mariconada de comida y me encanta frecuentar las tascas. Me da igual largarme de viaje con un pastor o un mecánico, pero no aguanto a los CEOs y, menos aún a los directores de medio pelo.
Es una cuestión de estilo que nada tiene que ver con si eres pobre o rico, fontanero o director general, se nace o la cagas...
Ya siento la sinceridad, pero sabes que cuando me tocas este tema, me salta la fibra...
Cuidate, un abrazo
Este post destila una cierta inquina encubierta hacia la gente guapa...que digo yo que si se cree guapa, porque los vamos a desengañar...que siga girando la ruleta...
ResponderEliminarHola Julian,
ResponderEliminarMe gusta mucho como has plasmado la realidad en este post. Ésta es una discusión que amenudo discutimos a las horas entre clases en la universidad, dónde estudiamos ecónomicas, miles de modelos economicos que juegan con una renda hipotetica, y que se gasta hipoteticamente de una forma o de otra, segun las necesidades y caracteristicas de cada sujeto. La questión aparece cuando desaparece esta linia que tanto les gusta dibujar a los profesores en la pizarra, cuando la linia de la renda no existe. A partir del Crack del 29 se ingenió un metodo para poder continuar vendiendo el producto, y que el mercado no podia absorbir, el pago a crédito. La gente se gasta (o gastaba...¿?) el dinero que tardará toda una vida en ganar, estando de suerte, si no se quedan sin trabajo, y no tienen gastos imprevistos. La gente guapa, no creo que le importe mucho el futuro, creo que le importa la imagen, solo la imagen externa que dan de si mismos, porqué sinó no me explico como puede alguien gastarse el dinero que NO tiene, para una cosa que no es una necesidad. Tengo 26 años, y espero que mi generación reflexione, antes de caer a la deriva, primero el capitalismo extremo (consumismo loco) i despues nosotros detras. Aunque con los NINI y como se ve planteado el mundo, mucho tiene que cambiar. El primer paso pasa por reflexionar. Gracias por este post!
Gracias, de corazón JOSEP, por haberme dedicado esta entrada.
ResponderEliminarY me arrugué un poquito, subí de peso también, pero en esencia, ¡sigo siendo guapísima!
Besos. ¡Tú si que eres un amigo!
No me alegro de las desgracias ajenas, pero la verdad es que la cultura del pelotazo y los beneficios sin dar golpe, a base de especular, pues tenían que tocar techo y así ha sido. Yo creo en el esfuerzo, en la capacidad del individuo de progresar a base de imaginación, creatividad, trabajo y esfuerzo. Creo que cuando ese tipo de persona que describo cae, sabe levantarse de nuevo y resurgir de sus propias cenizas. A mí es lo que me enseñaron mis padres y es lo que enseño yo a los míos. Eso y "que nadie da duros a cuatro pesetas", Josep.
ResponderEliminarBesos y feliz finde
Coincido con Ginebra en lo del dicho popular de que nadie da duros a cuatro pesetas. Todo tiene su precio y la historia acaba poniendo a cada uno en su lugar, incluida la "beautiful people" ( así, en inglés, es como la llamaba la prensa rosa). Recuerdo muy bien aquella época y aquellos personajes, en especial los femeninos, que decoraban tan bien el papel couché y que todavía hoy aparecen de vez en cuando, luciendo tipito, melena y bolso Vuitton en el brazo. Todas tan ideales y tan fuera de lugar. Tienen viente años más, pero siguen sin dar golpe, así que tan mal no les fue.
ResponderEliminarMe parece estupendo que tu asistenta luzca modelos de diseño y pase el invierno en Baqueira. Ella se lo ha currado, no?.
Un abrazo,
Así es, en esta España nos gusta (les gusta) presumir mucho de lo que se puede, y de lo que no también, he contado en alguna ocasión el caso de un compañero que ganando menos de 1.000 euros se compró un BMW por el que pagaba unos 600 euros al mes. Ahora, eso sí, fardaba de lo lindo.
ResponderEliminarUn abrazo y buen fin de semana
Pablo Rodríguez
Hola Josep:
ResponderEliminarFantástico. Este es un mal endémico de España como apuntaba Pablo. Ya, en "El buscón" de Quevedo se veía esa cultura del aparentar, que luego se convirtió en la del trampear. No me alegro por las desgracias ajenas, pero recuerdo que no hace mucho la gente se levantaba una pasta gansa especulando con sus pisos y le sacaban un rendimiento que yo, picando, no lo conseguiría en mucho tiempo y en muchas horas de trabajo. Claro que cada uno juega a lo que quiere y debe afrontar sus aciertos y errores. Yo, de momento, no he tenido que ir a Caritas y cuando me puedo permitir lo bueno, como José Luis, es el resultado de mucho trabajo y esfuerzo, independientemente de que las apariencias al final no engañan y al final se pagan.
Un abrazo
Interesante reflexion Josep..., está claro que aquellos que pensaron que siempre iba a fluir el negocio hasta el fin de nuestros días, gastaron en consonancia a esas perspectivas tan felices como ilusorias.
ResponderEliminarCreo que esa señora de la limpieza que utilizas como ejemplo de mesura y dedicacion laboral encarna a esas personas que supieron guardar cuando la abundancia, que siguieron viviendo coherentemente y que en ningun momento se olvidaron de que lugar ocupaban en las escalas sociales y laborales..., pese a la tentacion del prestamo que le permitiria acceder a ese mundo de la "gente guapa" que describes.
Por cierto, un amigo mio economista se ha sumado a lo de la escuela publica, hasta hace un año cada niño le costaba 600 eurazos en la privada..., ahora imagino que comparten clase con hispanoamericanos..., con el mayor respeto del comentario hacia los inmigrantes, por supuesto.
La economia se parece mucho a la misma Naturaleza, a veces, hay ciclos de lluvia y de temperaturas agradables en los que las cosechas son abundantes y otros en los que llueve poco y graniza mucho..., no hay cosecha o es escasa y mala.
Un saludo Josep y buen fin de semana.
P.D. Ya tengo chupa motera con un "BICIPALO" cosido a la espalda, je, je, je, ah y aún me mantengo a flote en la carpinteria.
Hay quienes ven la belleza en el tener y yo prefiero ver la belleza en el ser. Lástima de esa gente que va por ahí queriendo presumir y endeudando hasta a los biznietos. Si para ser guapo hay que llegar a eso, prefiero seguir siendo muuyyyy feeeeaaaaaa.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande Josep
Hola Manel:
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado. Y coge lo que quieras que ya te vendré a visitar.
Un saludo.
Hola JLMON:
ResponderEliminarPues sí que has hablado claro. Al menos, yo te he entendido todo, todo.
Un abrazo.
Hola BellAvui:
ResponderEliminarPues sí, ya tengo mucho interés como tú en ver qué valores adornarán a la gente guapa de tu generación y si se habrá aprendido algo del pasado reciente. No soy especialmente optimista al respecto pero estoy dispuesto a que me sorprendan.
Muchas gracias por tu comentario.
Un saludo.
Hola Myr:
ResponderEliminarJa,ja. Tú has sido, eres y seguirás siendo siempre guapa ;-)
Un abrazo.
Hola Ginebra:
ResponderEliminarBueno, veo que aprendimos y enseñamos más o menos lo mismo. Lo que se obtiene con el esfuerzo es encomiable, aparentar que se tiene es lo más parecido a la ruina interior. Y esa tiene mala solución.
Un beso.
Hola Astrid:
ResponderEliminarProbablemente mi asistenta lleve esa vida porque pueda más que muchos con los que comparte pista de esquí. Parecerá el mundo al revés pero hasta donde yo sé es así.
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Hola Pablo:
ResponderEliminarEstamos en la misma onda. El otro día me contaron una historia similar a la del BMW y en ese caso, además, era un eventual de una empresa al que no le renovaron el contrato. El banco le dio el préstamo porque trabajaba en ella sin fijarse en nada más. Es lo que hay.
Un abrazo.
Hola Fernando:
ResponderEliminarA mí también me gusta la buena vida, pero la que me puedo pagar y cuando me la puedo permitir. Cuando no, disfruto lo mismo pero claro, no soy gente guapa en mi caso, en ningún sentido jeje.
Un abrazo.
Hola Pedro:
ResponderEliminarComparto completamente tu análisis. La vida y la economía como parte de ella está regida por ciclos y lo que se puede hacer es forzarlos haciendo lo contrario de lo que toca.
Pero la gran alegría me la llevo con la última parte de tu comentario. ¡Chupa nueva y curro en la carpintería! ¿Brotes verdes?
Un abrazo.
Hola Belkis:
ResponderEliminarLo que dices es lo razonable, pero lo razonable no siempre tiene buen predicamento ni es seguido en masa. Ahora bien, cada cual se sabe lo suyo y en qué peca.
Muchas gracias una vez más por tu comentario y que sepas que te veo muy guapa, como siempre.
Un abrazo.
Hola Josep:
ResponderEliminarJuro que he publicado hoy sin haber leido antes tu entrada. Y es que se me ocurre que casi podríamos "emplamarlas", ¿verdd?
Bueno, pues visto lo visto, se podría concluir que somos como somos y es que no podemos resistirnos al olor de lo "guapo" y que renegamos de ello todo lo que podemos, pero en cuanto se nos presenta la oportunidad... caemos. Vaya que si caemos.
Un abrazo.
Que no se nos olvide que España es el país latinoamericano más cercano a Europa. Es evidente que somos diferentes, inteligentes y chorizos a partes iguales. Defendemos las ideas con la misma intensidad con la que las utilizamos en beneficio propio. Y como es normal, un país que estaba viviendo un momento dulce, aunque fuese un oasis imaginado, los tecnócratas de las finanzas, en concreto la Banca de Botín y del BBVA, orquestaron este aquelarre que ha hecho esclavos por años a muchos españoles. Es verdad que nos gusta "aparentar", pero no más que a los demás, cuya discreción enmascara eso de querer vivir bien. El Capitalismo tendrá eso de "oportunidades" no digo yo que no, pero trae consigo eso de la desigualdad en lo social, tecnológico, o cultural, así el factor "yo ya estoy a lo último en...", no deja de ser una muestra de poder.
ResponderEliminarHola Javier:
ResponderEliminarBueno, pues sí que hemos coincidido pero no pasa nada, eso empieza a ser común con otros comentaristas y será que nos mueven temas similares. De todas formas, es un placer coincidir contigo en temática.
La verdad es que como existe la erótica del poder también existe la erótica del guapismo si cabe, con más adeptos, porque no precisa poder sobre otros, no sé si me explico.
Un abrazo.
Hola navegante:
ResponderEliminarJaja. Me ha gustado eso de que somos el pais latinoamericano más cercano a Europa. Si a ello le unimos que formamos parte del grupo PIGS, la reserva de occidente y no sé cuántas cosas más va a resultar que somos un país esquizofrénico. Ya decía Aragonés que en este pais había 40 millones de entrenadores de futbol.
La cuestión es que quizá debido a años de ostracismo y de ser la excepción en todo lo que molaba, los españoles nos hemos lanzado a probar las mieles del consumismo y sobre todo de los "signos externos" con una fruición desbocada y ahora vemos las consecuencias.
No sé si la corrección se hubiera producido por otros caminos pero desde luego, la crisis ha obrado maravillas en esta materia.
Feliz semana santa y procesiones. Buen viento.
Esto me recuerda a aquel pasaje de El Lazarillo de Tormes donde un antiguo hidalgo, antes de vida lujosa pero ahora arruinado, sale a la puerta de su casa tras haberse colocado unas migajas de pan en la barba y mondándose los dientes como si hubiera degustado una opípara comida cuando en realidad no tiene ni donde caerse muerto, todo sea por seguir aparentando. Para todo hay que valer, incluso para ser "gente guapa". Llevamos muchos años, incluso décadas (recuérdese la época de los 60 cuando se empezó a popularizar la tendencia de comprarlo todo a plazos con el consiguiente entrampamiento), viviendo por encima de nuestras posibilidades y cubriendo necesidades que nos han sido generadas de forma artificial. Ahora pagamos los platos rotos, sólo que sin tener la capacidad de cicatrización y regeneración de las heridas que sí tienen los ricos de verdad.
ResponderEliminarEstaré en Barcelona mañana para volar a Slovenia el Jueves. a ver que tal ese pan tomaca. Saludos.
ResponderEliminarLas apariencias siempre tienen caducidad..Por tanto, sigamos equilibrando la belleza interior,que no se desploma fácilmente..Y respiremos hondo..!!
ResponderEliminarMi felicitación por tu crítica a las víctimas del materialismo..Y mi abrazo de "luna llena.."
Feliz Semana Santa,Josep..!!
M.Jesús
Hola Domingo:
ResponderEliminarCpomo bien dices, está claro que vivimos en uns sociedad de apariencias en la que prima los signos externos sin que de ello haya que deducir unos ingresos acordes. Diríase que aquí gustamos de ir siempre vestidos de domingo aunque todos sabemos que de esos sólo hay uno a la semana.
El otro día analizaba mi entorno y para que te hagas una idea, para pagar una comida a escote
de cinco que éramos tres pagaron con tarjeta de crédito y una de ellas no pasó. Es lo que hay y aún así, la ropa sigue siendo de marca.
Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
Hola de nuevo navegante:
ResponderEliminarPues si te pones en contacto conmigo, será un placer acompañarte a alguno de los pocos sitios que lo siguen poniendo como Dios manda.
Espero tus noticias.
Hola María Jesús:
ResponderEliminarEs un problema de escala de valores. Estoy seguro de que quienes escogen ese estilo de vida es una opción que han tomado.
Es probable que eso demuestre profundas carencias pero esa ya es harina de otro costal.
Muchas gracias por tus palabras. También te deseo una buena Semana Santa.
Un abrazo.
Bonita y cierta foto, Josep Julián.
ResponderEliminarConozco alguno que tiene chófer, pero que tiene que pagar el periódico a final de mes...
Yo, replico las palabras de JLMON.Bravo, JLMON.
No soporto los que creen que poniendose un traje de marca ya estan vestidos por dentro, los que permaneciendo 15 dias en un hotel de 5 estrellas sienten que ya tienen estrella, los que comulgan de la religión de Directitis, y que en cuya tarjeta reza una descripción indescriptible de un puesto que no ocupan... y todos los que no piensan y meditan las consecuencias de sus firmas en los contratos innecesarios.
Me gustan las asistentas que se gastan lo que tienen. Que viven bien, porque quieren, y porque pueden.
un sonriente saludo,
M.
Buenos días Josep Julián espectacular recorrido de 30 años de golpes de imagen, de demagogias baratas sostenidas por el dinero fácil, nepotismo corriendo por las venas con putas que ganan más que el despilfarrador por hora. Yo he vivido este caso en mi familia y hoy está viviendo de una pensión ridicula y tristemente casi abandonado.
ResponderEliminarGracias a dios a nosotros nos toca vivirlo y al mismo tiempo aprender de ello para mejorar y contribuir a otras generaciones. la cultura del esfuerzo sólo es para verlo en el Tour de Francia o un partido de fútbol comodamente en la tele.
Hay que ver como pasan los tiempos hermano!
Hola MaS:
ResponderEliminarPor lo que veo, tú tampoco crees que el hábito haga al monge y me alegro. Has puesto buenos ejempls de los que creen que por haber hecho algo ese algo queda incoporado a su ADN.
Respecto a lo de mi asistenta, probablemente sea una de esas personas que si lo hacen es porque pueden y al respecto, hasta aqúí puedo leer.
Un placer leerte, como siempre. Un abrazo.
Hola Diego:
ResponderEliminarComo sea que tú lo has visto en tu familia (y yo en la mía) pues ya sabes de lo que estoy hablando.
Por otra parte, 30 años de historia de gente guapa debería hacernos recapacitar un poco, pero no sé, a veces creo que aquí aplica lo de tropezar muchas veces en la misma piedra. Qué le vamos a hacer. Eso sí, el que aprenda algo de esto, no sabe de la que se libra ¿verdad?
Felices vacaciones y hasta la vuelta.
Un abrazo.