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Hoy es el cumpleaños de C. aquella que un día por mi cumpleaños, hace de eso más de veinte años, me regaló dos palabras: hermenéutica (Arte de interpretar textos y especialmente el de interpretar los textos sagrados) e isagoge (Introducción, preámbulo).
Pasaron los años y a cada nuevo aniversario esas dos palabras de C. se han hecho presentes en mi memoria. Me he preguntado siempre por qué me había hecho ese regalo tan peculiar e inesperado y ha tenido que pasar todo este tiempo para encontrar alguna explicación.
C. siempre ha pensado en mí en términos de clarividente. Cada vez que me presentaba a alguna de sus amistades lo hacía añadiendo este adjetivo que sonaba a ampuloso y con el que no me sentía demasiado a gusto, pero invariablemente lo repetía y hasta llegué a acostumbrarme.
Los años pusieron distancia entre nosotros. Ella se fue a vivir a Londres y yo a La Coruña. Nos distanciamos más que físicamente a consecuencia de algunos malentendidos con los sentimientos que nos profesábamos. Yo creía haberla amado y ella no quería renunciar a que la siguiera amando pero a distancia. Se produjo un distanciamiento que duró mucho tiempo.
El último cumpleaños antes de ese choque de trenes le regalé una pequeña cajita de plata en la que hice grabar “sigo enamorado de la idea del amor” y ella me regaló a su vez un libro delicioso, un ensayo de Ramón J. Sender (Tres ejemplos de amor y una teoría (1969) publicado por Alianza Editorial) que recomendaría a todo el mundo que quiera conocer cómo amaron Tolstoi, Balzac, Goethe y el propio Sender quien reproduce en la última parte del libro una larga carta que le escribe a una antigua novia del pueblo, cuando él ya era un consagrado escritor y pensador; una carta que quizá ella nunca entendió del todo porque estaba a años luz de su capacidad intelectual y su formación. Ese regalo es uno de los que más he valorado y ella lo sabe. Su dedicatoria, que no reproduzco aquí, explicaba mejor que nada cuál era su posición ante el amor en esa época. Una postura racional, ella que es toda pasión y sentimiento. Probablemente sea uno de los libros que más he subrayado y que menos he regalado porque se descatalogó, pero que me sigue acompañando en todas y cada una de las mudanzas que he hecho y también lo hará en las que me queden.
C. siempre me escribía usando pluma estilográfica y tinta de color negro. Su letra airosa e inteligente era y es una delicia verla reproducida en los soportes más inverosímiles (tarjetones, servilletas, pedacitos de papel) que he conservado todos estos años dentro de mis bienes más preciados. Esa letra primorosa hace mucho que no la he vuelto a ver porque ahora nos escribimos e-mails muy de tarde en tarde.
La considero culpable de haberme inoculado a Marguerite Yourcenar y toda su obra, culpable asimismo de haberme embarcado en la lectura de El Cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell donde en el primer libro (Justine) alguien le pregunta a Scooby, un viejo marino, si ya no se embarca y él contesta “cada noche, en sueños”. Culpable también de haberme entusiasmado por la música barroca que me hacía llegar en unas cassettes con piezas seleccionadas y más recientemente, de haberme llevado de las orejas al cine a ver Las Horas en una ocasión en que vino a visitarme porque adivinó que me hacía falta su presencia.
C. ha sufrido lo suyo y sufre todavía mucho porque la vida le ha lanzado algunas bolas envenenadas que ha sabido encajar aunque le hayan dejado una huella profunda en el alma como sólo sucede con las mujeres, al menos las que yo conozco. Por fuera, su sonrisa sigue siendo franca, amplia, sonora; pero por dentro ya no sé si sonríe. Se reinventó, se mudó, se transformó, se volvió a enamorar aunque nunca lo hizo de mí.
Hoy es su cumpleaños y os cuento este pequeño secreto para que sepa que la sigo queriendo muchísimo.
Esto es una CARTA DE AMOR, así, con mayúsculas. Y es que da igual que las emociones sean inteligentes o no, lo importante es que perduren, porque ellas nos hacen sentir vivos. Creo que con tu escrito de hoy muchos de tus lectores se podrán sentir identificados.
ResponderEliminarEn fin, Josep, que resulta de lo más placentero leer estas cosas en una mañana encapotada de junio.
Muchas gracias Josep por compartir esta intensa emocion. Como escribe Fernando Solera, muchos nos sentimos identificados en lo que acabamos de leer, y ahora reflexionando, nos sonreimos reconociendo la C. de nuestra vida...
ResponderEliminarEste tambien, ha sido un hermoso regalo.
Felicidades a los dos.
Un saludo cordial, MaS.
Hola Josep:
ResponderEliminarEstoy con MaS en lo de "la C. de nuestra vida" porque apenas tenemos que cambiar de inicial, se hace el flashback y ahí está, como ayer, latiendo dentro, mientras paseamos por los renglones de tu "C."
Es lo que tienen los "amores imposibles", que nunca cambian su ser y que más allá de ser imposibles para siempre, no dejan de ser amor, al menos, por uno de sus flancos.
Es cierto, uno puede seguir eternamente "enamorado de la idea del amor", que permanece inalterable en nuestros recuerdos; enamorado de "aquella o aquel" que fue, de su sonrisa, del brillo de su pelo...y aunque supieras que, a estas alturas, lleva dentadura postiza, su pelo brilla pero por su ausencia y que tampoco tú estás como para un spot de dermoestética, aún asi, seguirás enamorado de "la idea de tu amor", del que pudo ser, del que idealizaste para siempre, aquel que quedó grabado a fuego en tu corazón y a capricho de la memoria.
Tiene su ventaja...se mantedrá "perfecto" hasta la eternidad y solo para ti.
Un beso y buen fin de semana, Josep.
Josep,esa idea del amor,que siempre has tenido relacionada con C.se asemeja mucho a ese "big bang"del Universo,primer estallido,que dió lugar a esa inmensidad de equilibrio y armonía..que siempre admiramos, mirando al cielo,cuando estamos enamorados..
ResponderEliminarY ese germen o principio de amor y universo,están unidos en mi mente,dando sentido a la teoría del Creador..más que ninguna religión o creencia...Y seguramente,más de uno, seguiremos fieles y enamorados del amor,porque no descansaremos hasta encontrar..el verdadero reflejo e imagen de quien lo alienta y creó..!!
Mi felicitación por esa amistad-amor compartida por ambos que no es finita,ni casual..!
Mi abrazo inmenso de letras cercanas.
M.Jesús
Hola Joseph cuando se comparten sentimientos, vivencias, recuerdos, se llega al alma de cualquier persona que las lee, porque aunque nada sea igual compartimos una cosa en común "La vida con mayúsculas"
ResponderEliminarMe ha encantado leerte y hoy me he atrevido a dejarte un comentario para decierte gracias
Un abrazo y feliz finde
Hola Josep:
ResponderEliminarMaravilloso homenaje a la vida, al amor, y a la amistad. Poco puedo añadir que no se haya dicho, pero es lógico que ames profundamente a quien además de dos palabras te descubrió a escritores como Marguerite Yourcenaur e inculcó directa o indirectamente esa idea del amor.
Enhorabuena por el post.
Un abrazo
Gracias por contarnos esta hitoria tan emocionante y estoy segura de que C., donde quiera que esté apreciará tu sentido homenaje.
ResponderEliminarBesos
Qué bonita historia Josep,
ResponderEliminarCreo que todas las personas que hemos querido han dejado una huella en nosotros. También creo que de todas aprendemos mucho. Y seguro que tú también aprendiste más que esas dos palabras que te regalo...
Un besazo.
Hola Josep:
ResponderEliminarVerdad o mentira, qué más da. Hay mucho sentimiento detrás de lo que cuentas... maravillosamente.
Un abrazo.
A esta escéptica recalcitrante, que acostumbra a rozar el sarcasmo aún sin quererlo cuando de sentimientos se trata, escritos como este la reconcilian con la parte masculina del mundo. Algo, que cada vez me cuesta más.
ResponderEliminarNo acostumbran los varones (y me dan lo mismo opiniones varias)a regalar tanta generosidad sin recompensa.
Ya has visto que renuevo poco y es que no me sobra el tiempo, y si tengo que escoger, prefiero leer. Tu espacio por muchos motivos es uno de esos que no me salto. Y es que según en donde, por ejemplo aquí, se aprende de la hostia.
Aún así, hoy, no quiero irme sin decirte que mientras te leía, si se me permite la metáfora, he tenido la sensación de estar escuchando en clave de balada a un viejo rockero. Nadie como ellos para hacer eso.
Quiero decir que cuando dejas y traspasas el análisis de lo real y te adentras en el sentimiento te sales del cuadro Josep. De lo bueno que tiene este azar sincrónico que nos ha puesto en contacto a algunos y no a otros... es saber de vidas y sentimientos, que de ninguna otra forma hubiesen llegado hasta nosotros. Y ya...
Tienen suerte tus amigos. Un abrazo.
Hola a tod@s:
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios. Por desgracia, no os puedo contestar a cada uno y no es que me falten ganas, sino que me he fracturado el radio y tengo muchas dificultades para manejarme con el teclado.
Lo que habeis dejado escrito tiene mucho valor para mi.
Un abrazo y hasta pronto.
La entrada de hoy me ha conmovido especialmente.El que alguien regale dos palabras en el día de su cumpleaños es emocionante...Después, que a pesar de los veinte años transcurridos se conserven los trocitos de servilleta o papel con los recuerdos de lo que fue escrito...Atropelladamente me decía:he de buscar ese libro dSender...
ResponderEliminarY de repente me encuentro conque esa maravillosa C, te hizo conocer a la no menos maravillosa M. Youcenar( las primeras páginas de Memorias de Adriano, la carta al médico....¡siempre me maravilla y embelesa) Opus Ningum. y para colmo. El cuarteto de Alejandría que desde que lo descubrí lo tengo como uno de mis mejores tesoros en mi librería: Justine...
Ah, estoy emocionada por compartir gustos de lectura...
Perdona pero estoy segura de que he perdido el hilo de tu entrada.
¿Qué debería de haberte dicho?
Un beso
Hola Josep:
ResponderEliminarEspero que te recuperes pronto de esa fractura y muy pronto puedas volver a regalarnos tus posts y tus "pensamientos".
Un beso muy grande y paciencia, con el tiempo sueldan bien...los huesos rotos tienen mejor pronóstico que los corazones.
Hola Josep:
ResponderEliminarPues a recuperarse se ha dicho. Como dice María que que pronto vuelvas por aquí. Un fuerte abrazo y paciencia.
Jo! Cuídate! Un beso.
ResponderEliminarJosep,
ResponderEliminarSigo pensando que es un desperdicio que no publiques, pero ahora además de editoriales de management, habrá que buscarte editor en el apartado de novela. Y es que esta carta me ha sabido a poco. No quiero ni pensar lo que podría ser una nueva Anna Karénina salida de tus manos ... Se bueno y cuídate mucho!
Si yo fuera C., se me pondría el culo como una alcaparra después de leer esto, amigo Josep. Es maravilloso que alguien se dirija a uno en los términos en que tú lo has hecho. Es el amor autohomenajeándose. Verdaderamente lúcido y sentido este post, excelente entre tanto bueno que pones por aquí.
ResponderEliminarY, cómo no, recupérate de esa fractura, por descontado. Guarda todo el reposo que puedas. Cuídate mucho. ;)
ResponderEliminarUau!
ResponderEliminarMi cada día más admirado Josep, tiemblo de emoción por la sensibilidad y delicadeza con que te expresas. Realmente ha sido una suerte cruzarme en tu vida. Me encanta leerte. Parece tan sencillo...
Pero, justo cuando anotaba los datos del libro, me dices que está descatalogado! Qué horror! Tendré la suerte de encontrarlo en alguna librería de segunda mano?
Cuidate!
Un beso
Rosa
Hola a tod@s:
ResponderEliminarAunque con dificultad, quiero dar las gracias de nuevo a todos los comentaristas. Estoy limitado por la escayola, pero aunque a otro ritmo, sigo al pie del cañón.
Los que tengan interés en el libro de Sender, he visto en Internet que la Librería Santa Fe de Argentina lo vende on line, así que podéis tratar de haceros con uno.
Muchas gracias por vuestras palabras y hasta pronto.