El lenguaje simbólico tiene una extraordinaria importancia en la representación de las creencias hasta el punto de que no podemos manifestarlas sin ellos. Los símbolos forman parte de nuestro acerbo cultural, social y emocional entremezclándose hasta formar un todo indisociable.
Lo simbólico incluye todo aquello que trata de representar un conjunto de elementos identitarios a través de una imagen hasta el punto que explican mejor que con palabras aquello en lo que creemos o queremos expresar. Su potencia, por ello, es enorme.
Una foto es un símbolo, como lo es un amuleto, una figurita regalada o comprada, cosas que se pueden ver y tocar, pero también lo son un color, un anagrama, un perfume o una canción. Lo simbólico no sólo está en cosas que puedo ver o tocar sino también oír, oler o degustar así que puedo manifestar que soy un ser simbólico en la medida que esos símbolos me evocan imágenes con las que me identifico plenamente.
La estrategia de los símbolos parte de nuestras emociones por no decir que son manifestaciones de ellas. Lo emocional precisa algo en lo que poder materializarse y los símbolos son vehículos no sólo adecuados sino recurrentes. Me gustaría que pudiéramos hacer un experimento con ello. ¿Podríamos imaginar momentos de la vida y tratar de relacionarlo con un símbolo o a la inversa? Estoy seguro de que sí.
Ahora la cuestión a experimentar es hasta qué punto esos símbolos son capaces de desencadenar en nosotros emociones que creíamos olvidadas o superadas. Si somos capaces de recordar o visualizar símbolos que nos acompañan todavía hoy pero que pertenecen a otras etapas de nuestra vida (digamos tres o cuatro) y escribir las emociones que nos despiertan observaremos que no son las mismas. Hagámoslo antes de continuar.
Bien, ahora que tenemos esa lista de emociones anotadas podemos proseguir. Lo primero es constatar que como dice la canción,
nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos porque esas emociones estaban asociadas a momentos concretos de nuestras vidas, explicaban cómo éramos o sentíamos entonces. Pero esa no es la parte más importante del experimento. Lo verdaderamente interesante es ver cuántas de esas emociones aparecen en todas las listas que hayamos hecho. Esas son, precisamente, las que mejor explican lo que somos.
¿Sorprendidos? No deberíamos. En tanto que seres humanos somos seres históricos que actuamos por acumulación de emociones sobre las que surfeamos constantemente. No importa el tiempo que haya pasado ni lo que creamos que hemos cambiado, hay emociones que explican quiénes somos con independencia del contexto en que se produjeron. Los símbolos suelen explicarse bien dentro de un contexto histórico pero las emociones son las que delimitan nuestras creencias y son intemporales.
Por ello hay objetos a los que damos tanto valor y que conservamos durante toda la vida, no importa las mudanzas o limpiezas en profundidad que hayamos hecho, o explica que nos enfade tanto que nuestra madre o pareja tire a la basura por considerarlos trastos inútiles. Amigos míos, con los símbolos no se juega porque es lo mismo que sucede con nuestras emociones y creencias, que son intocables.
Y perdón por haberos usado como cobayas.
Algo espeso, como buen chocolate a la taza Paladín. Tal como yo lo veo, elevar a símbolo un recuerdo, no deja de ser una extrapolación extraordinaria. Me pregunto ¿que puede tirar mi mujer a la basura, como no sea el polo azul marino gastado hasta las trancas, roído hasta el desgaste más inadecuado, pero con el que me siento tan a gusto?, por lo demás, si te refieres a recuerdos en forma material, entonces si te comprendo mejor, aunque te diré, que el sentido común y práctico de mi mujer me inhibe de mucho acopio, porque en el fondo lleva razón, y eso que terminas tirando, ha alcanzado el adjetivo de reliquia y está demodé. Los símbolos en mi modo de ver, son otros instrumentos más globalizadores y menos personales. En cualquier caso tendrás que hacer limpieza de vez en cuándo, eso tiene también su nombre, el Síndrome de Diógenes elevado a lo sentimental.
ResponderEliminarEs maravilloso el lenguaje de los símbolos.En mi surgen , fluyen como
ResponderEliminaragua de manantial.Haré la experiencia que nos propones.
Ahora mismo recuerdo un símbolo, me acompaña desde hace años.
Representa la vida, y en mis obras figura casi siempre.
Te saludo desde el mar, Liliana.
Hola Joseph no no me ha sorprendido porque dediqué bastante tiempo al estudio de la simbología. No son ni buenos ni malos en si. Sino el significado que le damos. Hay sdímbolos personales y colectivos. Además de los que apuntas está el lenguaje simbólico también.
ResponderEliminarCuando un simbolo simbolo se convierte en representación de una ideología y no nos identificamos con ella, entoces solo con verlo nos produce repulsa. Se puede amar y odiar,constriuir o destruir por un simbolo si es asumido por un gran colectivo que vueca su pasión en él.
De todas formas hay muchos matices como subrayas y no todos caben en un post. Interesante el tema como todo lo que publicas.
Un abrazo y feliz semana
Hola Josep:
ResponderEliminarCiertamente interesante el punto de vista. Una entrada de cine, una pegatina, un bolígrafo. No sé... entiendo como cierto lo que dices, pero a su vez no lo tomo como propio. Hace tiempo que tiré aquellas viejas entradas del concierto de Mike Olfield y no pasó nada. Si es cierto que conservo algunas pegatinas de la transición, pero... sin más.
También pienso que la política y la publicidad saben jugar muy bien con la simbología y como consecuencia con nuestras emociones. Supongo que será una de las claves de la manipulación.
Por lo demás me parece un excelente debate, como siempre... alrededor de unas cervezas.
Un abrazo.
Hola Adolfo:
ResponderEliminarMuy rico el comentario que nos dejas. Empezaré por el final para decir que en mi caso algo puede haber de Diógenes sentimental pero de eso le echo la culpa a mi estilo/patrón social. A pesar de eso, me cuesta tirar cosas, es cierto, pero sólo aquellas que tienen carga simbólica.
Hay símbolos globalizadores como los hay también personales. Los que afectan a un colectivo suelen tener algunos inconvenientes indeseables y en ese sentido los individuales tienen menos contraindicaciones, pero todos son símbolos.
Mi relación con ellos como digo es potente porque les doy trascendencia. Pero claro, cada casa es un mundo.
Un abrazo.
Hola Liliana Lucki:
ResponderEliminarBienvenida a mi espacio. Llegas desde el mar y nos dejas un rastro que ya he visitado. Obviamente, tus símbolos te acompañan.
Espero volver a verte pronto.
Un saludo.
Hola Katy:
ResponderEliminarComo bien sabes, la simbología encierra un montón de matices que no caben en un post ni en un millar. Qué duda cabe que el lenguaje simbólico es todo un mundo en el que damos cabida a lo que creemos, admiramos o aspiramos.
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Hola Javier:
ResponderEliminarHay una diferencia entre símbolo y fetiche que ahora mismo sería prolijo de explicar y que seguramente merecerá una cerveza entre amigos en cuanto acaben los rigores del invierno. No obstante, te invito a que hagas el ejercicio porque estoy seguro de que en tu caso sería muy rico.
Qué lástima que tiraras las entradas de Mike Oldfield, seguro que ahora valdrían una burrada.
Un abrazo.
Muy interesante, Josep.
ResponderEliminarMi vida está llena de fetiches; guardo cosas, detalles, canciones, olores, momentos... y personas, y me cuesta muchísimo desprenderme de cualquiera de ellos.
un beso, M.
Gracias Josep Julián,
ResponderEliminarLa simbologia es algo que nos acompaña desde que "compramos visualmente" los miles de impactos marketinianos que nos bombardean con su sutilidad.En algún momento dijimos aquello de esto es para mí.
Yo soy tremendamente simbólico, lo reconozco. Miles de anecdotas en forma de cosas, espacios, paises, músicas me invaden y me recuerdan hasta emocionarme.
Por último recordarte que tienes los post sobre la innovación del conocimiento en el blog esperando tu lectura.
Un abrazo simbolicamente ochentero!
Hola MaS:
ResponderEliminarYa veo que eres coleccionista de símbolos de todo tipo y que te cuesta desprenderte de ellos. No estás sola.
Un abrazo.
Hola Diego:
ResponderEliminarLo simbólico nos incumbe a todos, de ahí que la publicidad también juegue con ello. Por ejemplo, el domingo vi un episodio de Mad Men en que se trataba ese tema.
Sin embargo, es en el espacio privado donde los símbolos juegan un papel más importante porque actúan como una especie de altar lares en los que proyectamos cantidad de cosas con las que nos identificamos, es decir, con nuestras creencias.
Muchas gracias por tu invitación a visitarte, cosa que haré muy pronto.
Un abrazo.
Hola Josep:
ResponderEliminarPues me ha encantado ser cobaya. Y descubrir que soy coleccionista de símbolos. Uno de ellos, es una camiseta casi rota que viene conmigo a todos los viajes y me resisto a tirar y aunque no me la pongo ya más que en las habitaciones de donde me alojo, está tan ligada a mis "emociones" que, como digo, me resisto a abandonarla. Como tu, soy una especie de Diógenes sentimental.
Me ha encantado el experimento. Un abrazo
Molt enriquidor, com sempre.
ResponderEliminarLa frase del mes em sona, algú va dir això abans que el Sabina...
Hola Fernando:
ResponderEliminarEn efecto, quien más quien menos tiene algunos símbolos fetiche de los que es imposible separarse. Muchas gracias por prestarte a ser cobaya.
Un abrazo.
Hola ivaxavi:
ResponderEliminarGràcies pel teu comentari. No sé si algú va dir això abans però és una veritat com un temple.
Records.
Hola Josep,
ResponderEliminarMe he identificado mucho con esta entrada, puesto que los símbolos y su carga cultural son temas muy conectados con mi actividad profesional. A nivel social y colectivo aparecen en la capa intermedia que enlaza valores con manifestaciones culturales. Pero me ha gustado tu enfoque personal y me da ideas para enlazar emotividad, identidad e historia personal.
Por cierto, excelente también la frase del mes, aunque no sea tuya, ja, ja ...
Abrazos,
Josep,un tema muy interesante,que de nuevo nos invita a la reflexión.Te diré que tengo algunos regalos,que permanecen en el tiempo recordándome circunstancias y momentos especiales de amistad y amor...En la naturaleza hay símbolos que me hablan y me impulsan,el arcoiris,la tormenta, el amanecer y el atardecer...Personalmente mis poemas han sido siempre símbolos,que me han ayudado a seguir adelante.Este último:QUIERO SEGUIR QUERIENDO..."me ayudó hace algunos años a tomar una decisión y a renovar perspectivas para seguir adelante.La vida está llena de señales y símbolos,que nos acompañan,nos enseñan y nos ayudan a madurar.
ResponderEliminarMi felicitación por el post y te diré que el "querer y el creer"en mi caso van muy unidos,la voluntad y la esperanza me han movido y me han salvado siempre.
Mi abrazo grande,amigo.
M.Jesús
Hola Astrid:
ResponderEliminarMe alegra de que hayas podido establecer esta relación en la que no había caído pero que me parece interesante y acertada. Los valores y las manifestaciones culturales también implican un juego de símbolos con los que nos podemos identificar o distanciar.
Muchas gracias por tu aporte y un abrazo.
Hola Majecarmu:
ResponderEliminarPues es cierto que en tu poesía usas muchísimo el lenguaje simbólico, en especial el que está basado en manifestaciones de la naturaleza. Estos símbolos adquieren más valor cuanto más se relacionan con emociones concretas. Es inimaginable un símbolo sin emociones asociadas que son perfectamente reconocibles.
Muchas gracias por tu comentario y por supuesto, recomiendo a todos los amigos de esta página que se den una vuelta por la tuya.
Un abrazo.
Con decir que yo aún conservo la entrada de cine donde la que sería mi primera novia me apuntó su teléfono creo que ya está dicho todo. Ha llovido, granizado y nevado desde entonces, y ahí está la entrada año tras año, año tras año, resistiendo todos los zafarranchos de limpieza que acometo periódicamente en mi habitación. Y así con muchos otros objetos que para el ojo ajeno no serían más que basura pero que para mí atesoran un universo de sensaciones inexplicable.
ResponderEliminarBueno menos mal que hoy confirmas mi sensación de sentirme cobaya en más de una ocasión al leerte.
ResponderEliminarJosep, las emociones son las que delimitan nuestras creencias.
Me quedo con eso.
Un beso
Hola Domingo:
ResponderEliminarHas puesto un ejemplo de libro respecto a lo que es un símbolo y una colección de emociones asociadas. Conserva por muchos años esa entrada porque atesora el primer amor, casi nada.
Un abrazo.
Hola Camy:
ResponderEliminarYa ves que cuando propongo experimentos aviso. Las creencias están tan fuertemente instaladas que cuando hablamos de ellas no nos basta con definirlas sino que casi inmediatamente acabamos exponiendo las emociones que asociamos a ellas. Luego las emociones delimitan las creencias, puedes apostar tu último centavo.
Un beso.
Pues qué quieres que te diga, Josep, a lo mejor estoy enfermo porque yo no tengo símbolos personales. Quizá por ser acuariano, pero no tengo especial apego a nada. En cualquier caso la entrada de hoy es cojonuda, en tu línea habitual.
ResponderEliminar¿Es grave no tener vínculos especiales con ningún símbolo? ¿Qué puede significar no tenerlos?
Hola Fernando Solera:
ResponderEliminarNo sé en qué medida ser de Acuario limita la capacidad de aprehensión de símbolos. Prometo investigar el tema ;-).
No obstante, los símbolos son mucho más que los fetiches, amuletos y cosas por el estilo. Las representaciones simbólicas están en la esencia de la humanidad, nos han acompañado siempre porque dan identidad personal y social. Por ejemplo, nuestra forma de vestir también es simbólica por cuanto es distinta de una sociedad a otra y hasta ponerse un traje o una corbata o no hacerlo tiene muchísima carga simbólica, así que no te preocupes demasiado excepto que nunca te hays vestido de etiqueta.
Pero si estás verdaderamente preocupado porque no logras identificar símbolos con los que te sientas vinculado te propongo que hagas un ejercicio que consiste en recordar lugares de infancia a los que has querido regresar de adulto, ciudades que visitaste y a las que tienes planeado volver. Sólo si no te sale ninguno, entonces puedes considerarte un asimbólico. Ya me contarás.
Un abrazo.
Los acuarianos somos bastante desapegados, al menos a mi modo de ver. No creo que sea totalmente asimbólico, pero la verdad es que soy poco dado a la nostalgia, por ejemplo, cuando visito sitios de mi infancia o adolescencia. No siento nada especial, y eso que me considero una persona bastante sentimental, todo sea dicho de paso.
ResponderEliminarUn abrazo.