17 de julio de 2009

No seamos cerdos

Imagino que el título os habrá impactado pero eso no es lo peor porque ya os anticipo que de aquí a unas líneas también os llamaré gallinas y todo ello para hablar un poco y tratar de entender qué es eso de la empatía, esa gran desconocida.
Cuando hablamos de empatía a veces queremos referirnos a otra cosa completamente distinta, la simpatía, porque confundimos los términos y voy a tratar de demostrarlo.

La actitud empática consiste en tres pasos indisociables:

1. Comprender los sentimientos o el estado de ánimo de otro (lo que entendemos como ponernos en sus zapatos). Este primer paso normalmente es el único al que asociamos la empatía y nos cuesta más a unos que a otros darlo pero vaya ¿quién no ha sentido nunca ese sentimiento?
2. Decírselo. Eso ya es más raro que se produzca pero absolutamente necesario para que la persona por la que sentimos empatía se entere. Claro, aquellos que se ven a sí mismos como transparentes pensarán que ya se nota que son empáticos.
3. Ofrecer alternativas de solución a los problemas porque como es lógico, generalmente a las personas que lo sufren a veces les cuesta verla aunque la tengan delante de las narices.


Hasta aquí el concepto de la empatía. Hay que ser conscientes de que cualquier paso que omitamos de esos tres perjudica la finalidad de nuestra actitud empática, no os quepa la menor duda. Ahora bien, ofrecer alterativas en ningún caso debe suponer asumir el problema del otro como si fuera nuestro. Eso es simpatía, no empatía. Y diré más “comprar los problemas” puede ser causa de más de un disgusto o acarrearnos inconvenientes que hubiéramos podido o debido saber evitar.
Añadiré ahora otro elemento. Cuando muestro empatía hacia alguien puede que esté de acuerdo o no con su punto de vista pero eso no supone que la contribución que puedo hacer para que el otro resuelva su problema sea menor en el caso de que no esté de acuerdo con él. Eso es sumamente importante entenderlo. Si no estoy de acuerdo, basta con no decirlo y tema resuelto, pero eso no impedirá que le pueda ofrecer soluciones racionales, desapasionadas, lógicas y válidas.
Por el contrario, siempre tendré más dificultades cuando estoy de acuerdo con el otro ya que eso supone que he pasado la frontera y que mi tendencia será la de actuar "solidariamente" con él y de eso a “comprar su problema” sólo hay un pequeño trecho que, una vez dado, nos hace compartir su suerte. Eso ya no es empatía sino simpatía, que es un sentimiento legítimo pero completamente distinto porque recordemos: el problema era del otro, no nuestro y bastante tenemos con tratar de resolver nuestros problemas como para cargar con los de los demás.
Y ahora volvamos a los cerdos y las gallinas.
Como todos sabemos en un plato de huevos con chorizo aparece la contribución de dos animales: la gallina y el cerdo. Pero ambos no están en pie de igualdad puesto que el cerdo está allí de “cuerpo presente” mientras que la gallina únicamente ha contribuido aportando los huevos. ¿Veis la diferencia entre estar implicado e involucrado? Pues lo mismo sucede con la empatía y la simpatía. ¡Imaginad lo que hubiera sucedido si la gallina hubiera comprado el problema del cerdo!

¡No seáis cerdos… contentaos con ser gallinas, que no es poco!

43 comentarios:

  1. Genial como siempre, Josep.

    Muchas personas tienden a pensar que si no les hacemos su trabajo o les resolvemos nosotros sus problemas, es porque "no les entendemos", porque no somos empáticos.

    Jaja, qué simpáticos que son. Lo que pretenden es cargarnos con el marrón de turno. Una cosa es, como bien dices, comprenderlos, decírselo y ofrecer alternativas de solución, y otra cosa es comprometerse y hacerlo nosotros.

    Que no quiere decir que no haya que ser solidario y ayudar a la gente, claro, pero hay mucho aprovechado por ahí...

    Saludos
    Pablo Rodríguez

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto , por eso pienso que la analogía de la gallina tiene sentido, ayudamos con soluciones ( huevo) parte de nosotros, pero no nosotros del todo .
      Interesante , me puse a escudriñar un poco entre estas definiciones y aprendí a reconocer como soy realmente en muchas situaciones. Gracias por compartir sus pensamientos.

      Eliminar
  2. Josep..., como va todo?, espero que bien.
    Recuerdas al Señor Lobo de Pulp Fiction, en un momento del film dice algo así, "Soluciono problemas, eso es lo que hago...", solo que él no es quien limpia la sangre del coche, se limita a señalar el procedimiento y a observar, despues desaparece sin haberse manchado el traje y de madrugada, recoge a su querida con el deportivo que conduce. Es una pelicula, pero creo que ilustra tu post. Yo actuo de una forma parecida, cuando escucho la queja de algun vecino, de algun familiar y creo que puedo aportar algo, pues lo sugiero, pero no implicandome de manera personal u emocinal, simplemente doy unas lineas de solución, para que ellos elijan.
    Hubo un tiempo en el que era gallina, como dices Julian, hasta que descubrí que cada cual debe ser responsable de las situaciones que crea, de los problemas que provoca..., y por tanto me limito a señalar, como el Señor Lobo, el camino a seguir, o mejor dicho las opciones mas o menos validas que yo pueda encontrar..., y para eso suelo pensar como cuando jugaba al ajedrez, distintas variantes para una misma situación, para un mismo problema.
    Nos vemos Josep y comentaristas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Según entendí la analogía y no soy nada experta , me encanta escudriñar y saber de los sabios o más entendidos que yo, pero pensé que el cerdo da todo de sí y es cuando se afecta a sí mismo en cierto punto es lo que imaginé Josep estaba tratando de explicar, y que la gallina solo daba una parte de sí ( el huevo) siendo así no da todo de sí misma y no se afecta, pero colabora sin ser simpática, pienso si no me equivoco todavía usted sigue siendo gallina. Así que estamos aprendiendo de los buenos.
      Gracias por el tema de la película voy a ver si logro conseguirla .

      Eliminar
  3. Estupendo el post de hoy, Josep Julián.

    Pero vamos a darle una vuelta más al rizo.

    ¿Por qué siempre que hablamos de "empatía" lo relacionamos con "el problema" de otro? ¿Acaso no se pude ser empático cuando ves algo positivo?. ¿Por qué estamos dispuestos a dar soluciones y no a probar a ponernos en el lugar de otro cuando le va bien?

    La definición de empatía es "Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro".

    Estaría bien tropezarse con alguien con buena cara, preguntarle "Oye ¿qué tal va todo? ¡Qué bien se te ve! y tras escucharle, "sintonizar" con su estado de ánimo y contagiarnos, ¿verdad?.
    A lo mejor quienes necesitamos "soluciones" somos nosotros para cambiar nuestra expresión por una bonita sonrisa.

    Si he de ser gallina, mejor que sea de corral y a mi aire, por lo menos hasta que un "simpático" me robe los huevos.

    Un saludo
    María Hdez.

    ResponderEliminar
  4. Hola, Josep.
    Si la gallina hubiera comprado el problema del cerdo, habríamos tenido pechuga rebozada... y el cerdo tan campante, siguiendo con lo suyo.
    Tú sabes bien que no soy coach, pero es fácil deducir que hay gente dedicada a establecer directrices y otros, a seguirlas. Ahora bien: imagino que una cosa es decirlo y otra muy distinta hacerlo. La implicación emocional que tendrá un psicólogo novato debe ser estresante y, si no consigue desimplicarse emocionalmente, posiblemente lo pase mal. Acabará rebozado en la sartén pues, en vez de contribuir, está participando a riesgo de acabar... quemado!
    De nuevo, estupendo post.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Soy yo otra vez, es que me he dado cuenta de que me he definido mal en el anterior comentario al decir: "Hubo un tiempo en el que era gallina...", y realmente queria decir cerdo, pues eso. Hala, a seguir comentando, hola Mariaaaaaa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vi su mensaje después, cierto , que bueno porqué respondí a su comentario porqué me confundí. Gracias por aclarar.

      Eliminar
  6. Ahora me viene a la memoria aquello de que fué primero si el huevo o la gallina, y mientra elucubro observo de lejos al cerdo partirse de risa. Saludos.

    ResponderEliminar
  7. De acuerdo en las definiciones y en la exposición, sin embargo quisiera exponer los diferentes matices que se nos presentan cuando existen diferentes grados en nuestra relacion personal con la persona implicada.
    Supongamos que:
    1) No mantenemos ninguna, en ese caso la dificultad empatica es la menor posible y todo depende de nuestras habilidades
    2) La relacion es superficial, el caso se asemeja al anterior.
    3) Una relacion de amistad. Aqui comienza a complicarse, ya que estamos nuestros sentimientos pueden alterar nuestra percepción del problema, debiendo realizar un gran esfuerzo a la hora de saber donde está la linea divisoria entre ser "gallina" o "cerdo".
    4) Relacion Familiar. Es el grado maximo de dificultad, sobre todo con los mas allegados. Es en esas circunstancias cuando ponen a prueba el ser o no ser empático. ¿Quien no ha asumido como propio el problema de un hijo, un esposo/a, una madre un padre etc etc?, no solo por los sentimientos que nos unen, sino por las "deberes" o responsabilidades que nos atan a ellos. "Y quien cuando a querido ser empático en lugar de simpático, no se ha encontrado con la respuesta tal que: "parece que a ti te importa poco lo que me ocurre"?

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. ¿ Se puede ser simpático sin ser antes empático ?

    ResponderEliminar
  9. Cuanta sabiduría en tus palabras ...Anda que no resulta difícil mantener esa delgada línea entre empatía y simpatía, sobre todo cuando al cabo del día, debido a tu trabajo tienes un sinfín de situaciones límite donde se te pone a prueba... siempre llega un día (afortunadamente no todos) en que o te pasas al bando de los cerdos o te conviertes en el verdugo más insensible. Ser gallina no es fácil, no...esta entrada me hace reflexionar tanto Josep Julián (en serio eh) que me voy picoteando gusanos y grano camino al trabajo jeje Un abrazo ( te leo encantada)

    ResponderEliminar
  10. Hola Pablo:
    Cuando alguien tiene un problema que le incomoda lo que está buscando consciente o inconscientemente es un comportamiento simpático, es decir, alguien que le saque las castañas del fuego.
    Por paradógico que pueda parecer ese que busca que otro le saque las castañas del fuego en todas sus modalidades (marrón, patada a seguir, cara de cordero degollado, etc.) guarda un recuerdo corto del favor obtenido cosa que no sucede con el que se presta a realizarlo que se acuerda por mucho tiempo.Es por eso que a menudo oímos reproches por parte de quien prestó el favor y ahora necesita algo del otro y vagas respuestas de "no fue para tanto" de parte de quien lo solicitó. Estamos construidos así, otro defecto de fabricación qué le vamos a hacer.
    Ahora bien, cuando desde un comportamiento empático alguien ofrece un abanico de soluciones se produce un efecto mucho más interesante y es que a unos y a otros les queda un recuerdo indeleble.
    Cuando a ese que pedía favores vuelva a surgirle otro se acordará de quien le dio el camino de la solución y eso es lo que le va a pedir, no que le solucione el problema. Veamos en esto una de las enormes ventajas de la empatía bien aplicada.
    Un saludo y muchas gracias por tu aportación.

    ResponderEliminar
  11. Buenos dias.

    Tengo una opinión diferente al respecto de la trilogia de pasos que propones como necesarios para tener una actitud empatica. En concreto me refiero al último paso.

    ¿Recuerdamos tu entrada al respecto del iceberg?

    http://josep-julian.blogspot.com/2009/06/de-profundis.html

    Pues como diria mi amiga Maria, sería "riesgoso" ofrecer alternativas de solución a los problemas, o consejo prematuro y no pedido. Porque como nos encanta bucear, vamos a ofrecer soluciones mágicas desde nuestro propio iceberg, proyectando en el otro en función de nuestras necesidades, de nuestros valores, emociones y pensamientos.

    Por cierto las bombas también explotan por simpatía...

    Muxu´s

    ResponderEliminar
  12. Hola Pedro:
    Vamos tirando, que no es poco. El ejemplo de Lobo está muy bien traido para explicar lo que es la desvinculación emocional de algo que no es su problema.
    Por lo que expones ya saliste escaldado y has aprendido la lección y supongo que también los que te venían a pedir favores. Me alegro porque ese es un camino que a veces nos cuesta recorrer. Ofrecer alternativas es algo parecido a lo que propones del ajedrez. En mi caso concreto y cuando me encuentro en este tipo de situaciones propongo una terna: una extrema pero viable, una razonable y una directamente inviable. La gente lo capta enseguida.
    Y no te preocupes, en el espíritu de tu comentario ya se notaba que querías decir cerdo en lugar de gallina.
    Un abrazo y hasta pronto.

    ResponderEliminar
  13. Hola Denavegantes:
    Eso te pasa por entrar en debates, je,je. Pero tranquilo que a todo cerdo le llega su San Martín.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  14. Hola María:
    Acepto el envite del rizo que propones. Ya veo que has consultado la definición de empatía que como siempre es exacta en los términos en los que lo plantea la Academia pero incompleta por cuanto le falta la última parte "sin que ello suponga estar de acuerdo con su punto de vista" poque en caso contrario estaríamos hablando de simpatía o prácticamente no habría diferencia alguna entre ellas.
    Todas estas palabras vienen del griego "pathos" y se completan con otros sentimientos sobre los que hablaremos como son la apatía y la antipatía.
    Claro que uno puede empatizar con alguien que tiene un estado de ánimo magnífico aunque no es el aspecto que me preocupa en este momento pero del que hemos hablado en otras ocasiones. El positivismo por ejemplo, es algo que ojalá fuera tan contagioso como propones porque a todos no íría bastante mejor o la risoterapia que es una práctica bastante más seria de lo que parece y que busca el efecto del contagio de optimismo, por no mencionar esa famosa guru india que practica la técnica del abrazo.
    Seamos gallinas ponedoras como tú dices. Y ojalá que usen muchos de los huevos que pongamos porque será señal de que lo que decimos tiene valor y eso va muy bien para la autoestima.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. Hola Germán:
    Pobre gallina. Lo ves, por ser simpática acabó rebozada.
    Lo que dices de los profesionales que no tienen que implicarse emocionalmente es absolutamente cierto y pongo algunos ejemplos complementarios: el médico o la enfermera, la azafata de vuelo, el profesor, el abogado defensor, etc. Hay muchos ejemplos en los que el buen ejercicio de la profesión precisa necesariamente del suficiente alejamiento emocional para protegerles de ser simpáticos. Su papel es ser empático y cuanto mejores profesionales sean son mucho más porque no pueden vivir tu problema.
    Por ser simpático colgué mi bata de prácticas el útimo curso de ATS, así que sé de lo que hablo.
    Un saludo y gracias por el ejemplo que nos propones.

    ResponderEliminar
  16. Hola Maite:
    Sabía que llegaríamos a este punto que planteas, así que tenía preparada la respuesta je,je.
    De los ejemplos que propones, lo primero que tengo que decir es que están muy bien definidos. Esos cuatro estadios son correctos pero conviene matizar.
    En los casos uno y dos, completamente de acuerdo.
    En el caso tres, entiendo que hay más vinculación emocional y sentimental pero precisamente por ello hay que saber distinguir cuando conviene ser simpático o "solamente" empático. Ejemplo: un amigo tuyo se ha quedado en el paro. ¿Le vas a poder dar trabajo? Si no es así más vale que te prepares a presentarle alternativas sobre lo que puede y debe hacer (que es lo que tiene valor y lo que él debido a su estado de ánimo seguramente no estará en condiciones de discernir). Tu amigo te lo agradecerá mucho más que si te limitas a llorar con él, estar de acuerdo en que lo que le ha pasado es injusto, en que con su magnífico curriculum seguro que no tiene problema para colocarse pronto y/o que ya sabe que estás a su lado para lo que haga falta, etc.
    El caso cuatro evidentemente es el más delicado de todos, estoy de acuerdo en que la familia es una trampa emocional. Y dicho esto creo que lo que hay que saber aplicar es el sentido común. Ejemplo tonto para no entrar en más honduras: cuando tu niña era pequeña la peinabas todos los días (comportamiento normal). Pasa el tiempo y tu niña ya no es tan niña pero la sigues peinando todas las mañanas (bueno, a lo mejor lo haces porque te gusta que acuda a ti en busca de ayuda. Comportamiento simpático). Pasa más tiempo y resulta que la niña es una mujer hecha y derecha. ¿La seguirías peinando cada mañana aunque te lo pidiera? Más vale que le hubieras enseñado a cómo hacerlo. Aquí el comportamiento simpático ya se ha convertido en una tomadura de pelo y a ti tampoco te hace ninguna gracia.
    Efectivamente, a mayor implicación emocional mayor dificultad para no pasarse de frenada pero mira, consolémonos pensando que los grupos que propones comparados con la totalidad de las personas con las que nos relacionamos presenta porcentajes que van de mayor a menor, gracias a Dios.
    Un saludo y gracias por tu aportación.

    ResponderEliminar
  17. Hola Josito:
    Ya lo creo que se puede ser simpático sin pasar antes por la empatía, precisamente ese es el problema. La mayor parte de las veces la implicación emocional que tenemos con una persona nos hace que pasemos de largo. Y ya ves lo que puede acabar sucediendo.
    Gracias por pasarte y dejar tu consulta.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  18. Hola M.:
    No sé a que te dedicas pero seguramente tu profesión es de alto riesgo emocional como le indicaba en la respuesta a Germán.
    Me he reído mucho con eso que dices que esta mañana has ido al trabajo picoteando gusanos como una gallina y espero que nos cuentes cómo te ha ido.
    Muchas gracias por tu comentario y me alegro que te haya dejado un poco pensativa aunque espero que no muy preocupada.
    Un abrazo y cuéntanos.

    ResponderEliminar
  19. Hola Visi:
    Perdona pero por culpa de la tecnología se me ha borrado la respuesta que te había escrito. A ver si ahora me sale igual de lucida, je,je.
    La controversia es la esencia del debate, así que celebro que discrepemos y más entre colegas. Dices que me contradigo y puede ser que a veces lo haga porque a estas alturas las neuronas empiezan a patinar no sé si a causa de la edad, del calor o de las dos cosas.
    Sin embargo, no tengo noción de haberlo hecho en este post en relación a otros porque no creo que haya mencionado que el consejo debe darse sin haber sido solicitado que sí, en ese caso sería de alto riesgo, aunque hay trucos para todo. Cuando veo a alguien abrumado siempre puedo acercarme y decirle si aceptaría un consejo y si dice que sí adelante y si dice que no él se lo pierde (o lo gana, nunca se sabe). Más bien pienso que pasa al contrario que cuando alguien está "abollado" anda desesperado buscando a alguien a quien cargarle el mochuelo, pero en fin.
    Coincido contigo en lo de las bombas, por eso hay que ir con tanto cuidado con la simpatía y si me tiene que estallar una al menos que sea la mía y no la de otro. Lo digo por comentar.
    Muxus también para ti y muchas gracias por el debate.

    ResponderEliminar
  20. Estupendo artículo Josep, la verdad es que nunca me había puesto a pensar sobre la confusión que puede generar el uso de los términos empatía y simpatía que asociados al cuento del cerdo y la gallina deduzco que, con la empatía (comprender las perspectivas, pensamientos, deseos y creencias de los demás) te involucras, te comprometes, y con la simpatía (sentir los mismos estados emocionales de los demás) te implicas, intervienes como cómplice de la situación. Los que propugnamos por que hay que ser empáticos podríamos estar sólo sintiendo simpatía por el otro. Em significa “en” o “dentro de”, sim significa “con” o “junto a”, lo cual implica un entendimiento muy completo e integral de la otra persona. De manera que la simpatía se refiere al darse cuenta y participar en relación al sufrimiento de otra persona, mientras que la empatía se refiere al intento de comprender los estados positivos o los negativos del otro como si fueran de uno. Una persona con empatía está muy consciente de todo un complejo universo de información emocional, a veces dolorosa e intolerable, que otros no perciben. Es relativamente fácil ser simpático, pero no así ser empático. Las personas que tienen alta empatía están mucho más adaptadas a las sutiles señales sociales que indican lo que otros necesitan o quieren, y esto los hace mejores para enfrentar muchas situaciones y/o profesiones. Me ha gustado mucho adentrarme en estas diferencias abismales que aparentan sutiles. Gracias por ello. Un gran abrazo y hasta pronto.

    ResponderEliminar
  21. Me resulta muy interesante este post, justamente porque es frecuente encontrarnos con personas que pretenden que como muestra de nuestra empatía no seamos inspiradores de posibles alternativas, sino que seamos comprometidos, que formemos parte del brollo...

    Basta con presentar algunas vías, aportar ideas que los conduzcan a posibles soluciones, no necesariamente debemos ser quienes cuesta arriba lleven las cargas de otros y mucho menos pretender que sean ellos quienes demuestren su “amistad” y consideración tratando de involucrarlos en tales situaciones.

    Entonces me parece muy certera la definición que das en este articulo, que sirve de gran reflexión para todos, saludos...

    ResponderEliminar
  22. Hola Josep
    Puntualizo mi disertación anterior y pido disculpas por algunas faltas de sintanxis y ortográficas cometidas en ella, pero a veces me puede la precipitación.
    Quisiera subrayar que mi comentario puntualizaba el grado de dificultad, en ningun caso que no pudiera ejercerse la empatía, por lo arduo de la tarea, sobre todo si existen malas costumbres o "chantajes emocionales".
    Y aprovechando de nuevo este espacio que me brindas,me gustaria que no quedase todo en pura teoria y puro dialogo o motivo de reflexion. Existen reglas que nos ayuden a no sucumbir a los cantos de sirena de la simpatia sin sentirnos mal?, o sencillamente cuatro reglas básicas cuyo objetivo principal sea ser empatico? Que alguien me las diga por fa. Eso es quiza lo que echo en falta,por que darnos cuentan nos damos, concienciados estamos de que no debemos pasarnos de frenada, y es un buen principio, pero eso, no nos garantiza el éxito.

    Por cierto, creo que ya va siendo hora de que seas empático y acabes ATS. Es una broma
    Gracias por aguantar esta retaila de cosas.
    Un fuerte abrazo
    Maite

    ResponderEliminar
  23. Trabajo en un hospital, lo cual conlleva muchas horas dedicadas a la atención del paciente, familiares, y demás personal sanitario... imagina.. cuando llevas un cierto tiempo se te hace un callo en el corazón y pierdes en cierta manera la capacidad de sorprenderte y en este caso de simpatizar.. (a la fuerza ahorcan)tienes que concienzarte y comprender que cuanto más veas desde fuera el problema del otro más capacidad de resolución tienes. Pero a veces (una que no es de piedra) tiene que hincarse las uñas y comprobar que es de carne y hueso y dejar escapar un ainsss que le sale del alma, las personas no somos números ni casos clínicos,y eso a algunos profesionales, sean del sector que sean, se les olvida pronto. Mi camino hoy en el papel de gallina no estuvo mal, sólo que cuando llegué no sabía que hacer con el huevo que puse y casi acabo desplumada porque no habían suficientes almohadas jeje para colmo el caldo del hospi no salió muy bueno y por poco cometen un gallinicidio... nunca mais!!!! el próximo día me pido el papel de oca ( dicen que tienen una mala uva uff):D

    ResponderEliminar
  24. Creo que todos hemos sido cerdos o gallinas algunas vez, pues nuestra vida y relaciones están llenas de empatías y simpatías. No obstante lo difícil (como siempre) sigue resultando saber identificar la diferencia, pues cuando estamos pensando que sólo estamos involucrados en algo, resulta que nos hemos implicado, y que hemos pasado la delgada línea que a veces resulta en un simple eslabón imperceptible.
    Tal vez porque somos humanos, aunque a veces parezcamos cerdos o gallinas-
    SM

    ResponderEliminar
  25. Hola Belkis:
    Tu comentario en sí mismo es un post ampliatorio al mío por lo que te estoy agradecido como creo que lo estarán nuestros comentaristas.
    En efecto, ahondas en la aparentemente sutil diferencia que existe entre ser empático y simpático. Y digo aparente porque es mucho más sencillo ser simpático, antipático o apático que empático que precisa de un estar atento a lo que le pasa al otro y porqué y a partir de ahí decidir cuál es la mejor forma de aproximación y ayuda si es el caso.
    Como regla nemotécnica creo que si somos capaces de ver la diferencia que existe entre estar implicados e involucrados puede ser más sencillo entender ambos sentimientos legítimos y que, en todos los casos, hablan bien de nosotros.
    Muchas gracias por tu aporte y recibe un afectuoso saludo.

    ResponderEliminar
  26. Hola Ónix:
    Te doy la bienvenida al tiempo que agradezco tu comentario. La forma de expresar tu sentimiento coincide con lo que defiendo, así que muchas gracias y hasta pronto.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  27. Hola de nuevo Maite:
    La pasión a veces nos puede, así que no te preocupes porque creo que tu anterior comnetario se entendía perfectamente.
    Tienes razón en que especialmente en el ámbito familiar se producen muy a menudo situaciones de chantaje emocional pero también en el afectivo y en el simple amistad. Por tanto, no siempre es sencillo no dejarse llevar y a veces incluso muy difícil. Confío en que estaremos de acuerdo en que cuando actuamos bajo ese condicionante lo hacemos conscientemente y un poco a contramano, señal de que estamos haciendo lo que no debemos, dicho esto con el máximo respeto y a sabiendas de que nadie está libre de culpa.
    Respecto a tu petición no creo que este sea el medio para poder darte pautas concretas pero estaré encantado de mantener una charla más amplia contigo sobre ello si mandas tu cuenta de e-mail al que figura en la columna de la derecha.
    Muchas gracias por tu nueva aportación y hasta pronto.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  28. Hola M:

    Acabo de leer tu comentario, el segundo y tu experiencia me viene de maravilla para intentar explicar lo que ya dije en un comentario anterior.
    En tu trabajo, como explicas, tienes que tratar a personas con problemas de salud (que la mayoría de las veces provoca otros problemas). Cuando entras a atender a alguien es muy probable que en su rostro puedas adivinar la tristeza, las tribulaciones y las dudas. Imagino una conversación:
    - "A ver...¿cómo se siente hoy?, ¿está mejor?- dices mostrando una sonrisa.
    - Bueno, no demasiado bien, tengo náuseas y me duele la cabeza.
    - "Pues ahora tiene que comerse un poquito de este caldo riquísimo (aunque ya sabemos que no salío del todo exquisito)...y ya verá como esas náuseas se le pasan".
    - ¿Tú crees?, igual lo vomito.
    - "Pero ¿cómo va a sentarle mal este caldito hecho con unas gallinitas de corral que le sacan los colores hasta el más pintado?"
    - Vale, lo probaré... pero no te prometo que me lo tome todo.
    -"Así me gusta, que ya dice el refrán que "barriguita llena, corazón contento".
    Al cabo de 10 minutos la taza de caldo está vacía, la sonrisa está en la boca del paciente y tú contenta de haberlo logrado.

    Es muy posible que por tu actitud "simpática" a la vista, pero "empática" desde el punto de vista que conoces el problema del paciente, intentas ofrecerle alguna solución, aunque no tengas que llevártelo a casa, el paciente ha "empatizado" con tu estado de ánimo, logrando desterrar (por minutos) su pena y haciendo brotar una sonrisa. Es muy posible que esté pensando "Qué chica tan simpática", pero el resultado es que tu actitud, tu simpatía y tu "empatía" han logrado que por un periodo de tiempo corto, el paciente haya captado tu estado de ánimo y lo haya hecho suyo. Es muy probable que cada vez que entres en su habitación ponga las parabólicas para captar nuevamente esa energía positiva.

    Cuando escribí el anterior comentario, me refería precisamente a ésto. Siempre pensamos que ser empático es estar delante de alguien que tiene un problema y poder hacer algo, pero la empatía al revés también funciona...y no es simpatía..es empatía, captar la energía positiva del otro, poder sentir que "sonreir" también es un camino, que tal vez mi "cara de cartón" me limita al mundo y no para ser simpático, sino para empatizar con los demás, tengan o no tengan problemas.

    El creer que se puede sentir empatía solo para resolver o dar soluciones a los demás, limita el sentido de la palabra. Puedo sentir empatía cuando soy testigo del encuentro entre familiares que hace tiempo que no se ven y los veo sonreir y hasta llorar y me "emociono" por su alegría. Ni estoy llevándome el problema, ni estoy dando soluciones, pero me "alegro" por ellos y me instalo en su ánimo y no he hecho nada...solo los observo tras la pantalla del Tv, por ejemplo. Aquí mi simpatía de nada sirve, ni nada influye.

    Ser empático es dificil, todos los han expresado, pero si partimos desde la humildad de poder sentir, también, empatía como "el que recibe algo" y no "como quien lo da", exclusivamente, creo que el aprendizaje se acelera.

    Un saludos, a todos....y a ti, M, gracias por ser uno de los muchos que se dicen "ainss" cuando le ponen nombre propio a un número.

    ResponderEliminar
  29. Hola de nuevo M.:
    Vaya día ¿eh? Ya has visto que el camino a la perfección es largo pero por lo que dices has empezado a poner huevos que es de lo que se trata. Si como gallina te despluman y quieres probar a ser oca adelante, pero sobre todo que sea animal de pico, patas y plumas (como el concurso) que son lo que ponen huevos.
    ¡Ánimo, que son pocos y cobardes!

    ResponderEliminar
  30. Hola Senior:
    Las líneas delgadas tienen eso, que sin darnos cuenta hemos atravesado la frontera, cosa que no suele pasarle a los animales que saben cuando han de hacer una cosa u otra.
    Hasta pronto.

    ResponderEliminar
  31. me sobra toda la explicación anterior con el párrafo final y me pongo en la piel del cerdo, menos mal que soy muy limpia... jeje

    ResponderEliminar
  32. Hola Bipolar:
    Ya sabes lo que dicen: si naces para martillo del cielo te caen los clavos.

    ResponderEliminar
  33. Josep es mi primer visita a tu blog: interesante y rica la discusión.
    En mi opinión ser simpático no implica ser empático. Al contrario, muchas veces lo evita: se puede ser muy agradable y entretenido pero evitar ponerse en el lugar de la otra persona.
    En mi experiencia (trabajo como psicólogo y consultor en RRHH) tiene que haber un equilibrio entre la corriente afectiva (para llamar de alguna manera al sentimiento que genera el contacto con otra persona, "las ganas de ayudar") y la disociación instrumental que permiten poner en juego lo que uno sabe para poder ayudar.
    Si damos ayuda de un modo totalmente desafectivizado terminamos tratando a la otra persona como un objeto y tampoco la ayudamos.
    Desde ya que prefiero ser gallina o cerdo y "poner los huevos", pero en el sentido metafórico de la frase (en la Argentina se usa "poner huevos" como poner los cojones, jugarse, mojarse).

    ResponderEliminar
  34. Hola Josep, poca gente distingue los dos conceptos, quizás la linea que los separa es muy fina; yo soy un comprador de problemas de libro, tendría que salir mi foto al lado de la definición. Cuando contacto con alguien y me implico en su vida, me acaban afectando sus problemas y hago lo posible por solucionarlos, no tengo esa capacidad de distanciamiento que sería sólo la empatía, me implico demasiado.
    En fin, espero tener mejor porvenir que el cerdo.
    Saludos

    ResponderEliminar
  35. Hola Gabriel:
    Es un placer verte por aquí. Ya sabes que siempre que quieras serás bien recibido. Tu comentario tiene sentido y también sentido común que a veces es el que nos falta un poco.
    Somos humanos e imperfectos, a Dios gracias y por eso todos tenemos por delante un amplio camino de perfección.
    Respecto de "poner huevos" aqúí también se usa en similares términos pero todos nos hemos entendido. ;-)
    Un saludo y hasta que tú quieras.

    ResponderEliminar
  36. Hola J. Carlos:
    ¡De haberlo sabido hubiera puesto tu foto para ilustrar la simpatía y la de Bicipalo para la empatía!
    De todas formas, tomar consciencia es el primer paso para el cambio ¿no te parece?
    Hasta pronto.

    ResponderEliminar
  37. Has leido "Huevos con bacon", jejeje!!!

    Fue mucho tiempo uno de mis libros de cabecera.

    Me encanta la distinción de simpatía y empatía. Por desgracia cada vez nos sentimos más simpáticos pero menos empáticos y eso es el principio de toda conciencia social, de idea de grupo y de idea de sociedad.

    Mal vamos cuando no sepamos ponernos e el lugar de alguie y per cuando no queramos comprender como se puede sentir.

    Muy busna entrada aigo.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  38. Bueno, bueno, bueno. Ojiplático y boquiabierto me he quedado. Pedazo de post te has marcado, amigo Josep. Has estado cumbre, de vitrina, y de café, copa y puro. Mira que te llevo leídos bastantes posts y que sigo tus enseñanzas con devota atención y sincera admiración, pero es que con tu texto de hoy no puedo más que hacerte la ola. Me ha entusiasmado, tanto el contenido como el continente. De 10. ¡Qué digo de 10! De matrícula de honor. Que me ha gustado vaya, por si no te ha quedado claro. ;)

    ResponderEliminar
  39. Hola José Luis:
    Leí Huevos con Beicon pero antes encontré la cita nada menos que en una novela llamada Assassini en las que las diferencias entre implicación e involucración son patentes.
    De nuevo se cumple aquí eso de que una imagen vale más que mil palabras.
    Gracias por pasarte y hasta pronto.

    ResponderEliminar
  40. Amigo Domingo:
    Qué puedo decir. Me alegro de que te haya causado tan buena impresión pero me lo pones difícil porque a ver quién es el guapo que supera esto.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar