26 de febrero de 2010

El logaritmo neperiano de la emocionalidad

Probablemente much@s de vosotr@s habréis leído la novela “El Ocho” de Katherine Neville que uso como arranque de mi entrada porque es unas de las novelas más leídas de todos los tiempos y porque os sonará lo que quiero mencionar de ella.
En uno de los capítulos se dice que Bach escondía fórmulas matemáticas en las notas de sus partituras, de forma que utilizaba la música para transmitir mensajes cifrados. Tal vez por eso, Bach es uno de los autores más difíciles de interpretar, el que plantea retos más altos a los directores de orquesta, el que extenúa a los ejecutores de sus piezas musicales porque por el mismo precio, tocan una sonata y un teorema.
La combinación entre música y matemáticas es suficientemente conocida, de la misma forma que lo es la relación entre cocina y química. Guisar no es otra cosa que producir continuos procesos de oxidación y reducción aunque como en el caso de la música, también es un arte y hace falta algo más que la simple lectura de una receta o de una partitura para alcanzar resultados notables.
Con esas premisas, ando buscando desde hace tiempo la clave del funcionamiento matemático de nuestra emocionalidad. Y no la encuentro. Sé por los neurocientíficos que las reacciones emocionales se producen por la combinación de impulsos eléctricos que desencadenan determinadas reacciones químicas en nuestro organismo. Algo más parecido a la cocina que a la música. Pero si pudiera encontrarse una fórmula matemática la cosa sería más sencilla, porque con independencia de los factores ambientales su activación o desactivación se produciría en todos los casos de manera predecible.
En los comentarios a una reciente entrada alguien apuntaba que, incluso admitiendo que nos cuesta hablar de nuestras necesidades emocionales en ámbitos restringidos (que es donde más protegidos deberíamos sentirnos), no tenemos el menor pudor en buscarla incluso desesperadamente en la blogosfera, tal vez porque aquí las cosas son un poco más fáciles ya que, en principio, no hay necesidad de conocerse físicamente. En mi caso eso ya no es así porque a día de hoy la cosa el tema de la desvirtualización está fifty-fifty, de lo cual estoy encantado y es algo que os recomiendo a todos.
Eso quizá también explique el éxito de los programas de radio de la madrugada en los que la gente escondida en el anonimato explica sus angustias casi siempre a una locutora (ojo al dato) que mejor lo hace cuanto más deja hablar al oyente sin interrumpirle, de lo que podemos deducir que tenemos un problema con nuestras emociones porque tenemos un problema mayor en la comunicación de nuestras emociones. Mi amigo Fernando Solera seguro que aportaría aquí el ejemplo del Loco de la Colina y el conocido uso del efecto espejo en sus entrevistas.
Si es así, conviene que analicemos un poco lo que pasa. Solemos atribuir a la comunicación un valor de conversación con otros como la única vía de hacernos oír pero olvidamos que previo a ello es necesario que hayamos conversado con nosotros mismos haciéndonos las preguntas del millón. En mi opinión, eso es lo que falla, que no hablamos lo suficiente con nosotros mismos, que no nos conocemos o no nos aceptamos, que nos cuesta explicarnos quiénes somos, que no sabemos pedirnos lo que necesitamos, que tampoco sabemos premiarnos y en consecuencia, que cuando hablamos a otros en los blogs o en la radio, en realidad la charla la estamos teniendo con nosotros mismos.
Quitado el ámbito de la expresión artística y eso tambièn sería discutible, los grandes problemas de comunicación con el exterior arrancan de grandes problemas de comunicación hacia dentro. Nuestra cultura ayuda lo suyo a que sea así. Una cultura de negación, digámoslo claramente. Somos emocionales, pero nos autoculpamos por ello. Tenemos muy interiorizado eso del pecado no sólo de obra sino de pensamiento, eso pasa.
Buscando en el baúl de las argumentaciones me viene a la memoria el caso de un cliente-pariente político. Un tipo acostumbrado a mostrarse como un bloque de hielo y a imponer su voluntad. Discutíamos un presupuesto, a la baja por supuesto, y en un momento de la conversación me dijo mira, creo que hemos sintonizado. Veo que nos entendemos. Y se puso a relatarme con todo lujo de detalles lo que sentía por dentro y lo distinto que era en comparación a cómo se mostraba. ¿Y tanto te cuesta? Mucho, me contestó. No me respetarían. Acto seguido, me aceptó el presupuesto.

Bueno, a lo que iba ¿alguien me puede pasar el logaritmo neperiano de la emocionalidad?

27 comentarios:

  1. Muy buena entrada como siempre JOSEP, asi que es un gusto leerte al desayuno.

    Tomo tu recomendación del OCHO porque te soy sincera, no lo he leido.

    Tienes mucha razón en lo que dices, primero se tiene que dar una buena comunicación con nosotros mismos, necesitamos querernos y aceptarnos; pero como la mayoría somos supervivientes de naufragios ncesitamos _la mayoría_ de ayuda experta para porder seguir navengando por la vida a 7 velas desplegadas.

    Y te felicito porque además me consta, por tu capacidad de sintonizar con el otro.

    Un abrazo, querido amigo.

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  2. PD. La ilustracion: impresionante.

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  3. Como siempre, muy buena reflexión, probablemente un esfuerzo de introspección también por tu parte, has plasmado una serie de pensamientos muy profundos que probablemente todos hacemos internamente, pero al igual que tu pariente, nos cuesta sacar al exterior (aunque la práctica de escribir habitualmente un blog ayuda bastante).

    Muy significativo también lo de la cultura del pecado, o del error, se magnifican éstos, la educación está basada más en la memorización que en el razonamiento, y mucha gente no se arriesga por temor a equivocarse, por lo cual no avanza, no evoluciona.

    ¡Muy buen post, que tuiteo!

    Un abrazo, y buen fin de semana

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  4. Lo siento, Pepe, pero es que ante tus posts solo me sé posicionar como alumno universitario: cojo mi block y empiezo a anotar con fruición las cosas que me llevo en mis apuntes. En este caso:

    - La foto me la llevo para ppts de mis sesiones formativas porque dice más que muchos discursos...

    - La pregunta de la fórmula matemática de la emocionalidad "me la pido" para hacerla antes de proyectar un diagrama sobre los componentes de la inteligencia emocional.

    Y lo de comunicarnos con nosotros mismos como paso previo a hacerlo con los demás, me hace pensar en que cuando lo intentamos muchas veces solemos dialogar solo con la imagen distorsionada que tenemos de nosotros mismos... quizás el paso previo del previo sea hacer algo para enfocar mejor en nuestro yo real.

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  5. Hola Josep, excelente entrada. En nuestra cultura (diría cultura universal), pero más específicamente la española, estamos acostumbrados a esconder las emociones o a "tapar" aquellas cosas más o menos desagradables que nos ocurren o que sentimos. Parece que solo nos expresamos en los partidos de fútbol o en los bares con unas copas, pero a la hora de la verdad, tendemos a "tragarnos" todo.
    Quizás sea el temor a salirnos de la linea de la "normalidad" establecida en la sociedad, o el famoso miedo al qué dirán...
    En todo caso me alegro de que las emociones no se basen en fórmulas matemáticas, eso sería deshumanizarnos. Un saludo, Oliver

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  6. Hola Josep:

    Un gran reto el que te propones Josep. Supongo que si existirá esa fórmula, pero para llegar a ella quizás deberiamos cambiar nuestra forma de pensar. Un paso sería mirarse dentro y liberar esa imagen distorsionada de nosotros mismos que, como bien apunta , Alberto, tenemos de nosotros mismos. Otro, dejar de estar condicionados por nuestros miedos o por las opiniones de los demás lo que a menduo nos lleva a razonar desde un planteamiento si no erroneo, si muy cerrado, lo que complica formular hipótesis adecuadas.

    Este post no solo es para coger notas sino que también es un post de nota.
    Enhorabuena y feliz fin de semana

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  7. Hola Myr:
    Es verdad que a estas alturas todos llevamos más de una perdigonada en el ala, muescas en nuestra culata, todo ello como señales de nuestro paso por la vida y de nuestras experiencias personales. Por eso tenemos una historia que contar... y sobre todo, que contarnos, ahí está el quid de la cuestión.
    Muchos necesitamos de eso que tú dices pero sobre todo necesitamos querernos y aceptarnos. No por eso somos más vulnerables, porque la vulnerabilidad está en nuestra esencia.
    La ilustración la tomé prestada. A mí también me pareció impresionante.
    Muchas gracias por tu visita y tus palabras.
    Shalom.

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  8. Josep. Felicidades. Plenamente de acuerdo con lo que dices, por eso el coaching es tan importante, porque en esencia resume el mensaje de San Agustín: "Conócete, acéptate, supérate". Y respecto a la fórmula... como se suele decir, "a veces la mejora matemática es la filosofía". salu2.

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  9. Hola Pablo:
    La introspección no es un arte como la cocina o la música pero sí un ejercicio muy recomendable al que nos aplicamos todos los que escribimos blogs porque si no, nos limitaríamos a sacar la lengua a pasear y estaríamos hablando de otra cosa.
    Nuestra cultura del pecado es lo que más nos paraliza a la hora de hacer introspección porque nos aboca al "debe" como si fuera posible vivir sin un "haber". Eso no es sólo injusto sino un insulto a la inteligencia.
    Muchas gracias por el tuiteo y por tu comentario, que agradezco.
    Un abrazo.

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  10. Hola Alberto:
    Cuando he empezado a leer "lo siento" se me ha encogido el ombligo, lo reconozco, pero al seguir leyendo muchas de las cosas que dices a mí también me pasan cuando leo tus entradas.
    Respecto a tus "destilaciones", la foto no es mía pero sí accesible así que toda tuya y ojalá que le saques todo el partido. El logaritmo neperiano también te lo regalo, sólo que te acuerdes de avisarme si alguien lo resuelve. Y respecto a lo de hablarse con uno mismo o con su fotocopia creo que es un ejercicio de valentía del que sólo nosotros somos responsables ;-)
    Un honor tenerte por aquí, ya sabes.

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  11. Hola Josep
    Puff! Si las emociones fueran matemáticas estaríamos acabados chico.Creo que preferimos el anonimato por un impulso de autodefensa, pero en nuestro caso concreto acostumbramos a hacer justo lo contrario y nos va bien, no?
    CONFIANZA y ESPERANZA seguro que estarían en la ecuación
    Un abrazo neperiano

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  12. Hola Oliver:
    Siempre es un placer veros por aquí. Lo que dices sobre la ocultación de las emociones en muchas culturas lo comparto, al mismo tiempo que defiendo que otras no lo hacen. Es verdad que se da más en culturas "primitivas" que en las desarrolladas y me pregunto si no será que en lo profundo de las selvas y las sabanas es donde se mantiene la versión más genuina del hombre, como ya apuntó Levi-Strauss.
    En cualquier caso y en nuestra cultura, esto es lo que hay y en el pecado llevamos la penitencia, de eso no me cabe duda.
    Muchas gracias por tus palabras y felicidades por vuestro blog.
    Un abrazo.

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  13. Hola Fernando:
    La fórmula debe existir y seguro que estará sepultada bajos los escombros de las cosas que tiramos por pensar que para qué servían. Lo de conocerse a uno mismo parece que da miedo pero si observamos atentamente vemos que a partir de determinada edad las personas dicen lo que piensan sin preocuparse de las consecuencias. En algunos casos se deberá a la senilidad pero en muchos otros a que se conocen perfectamente. Puede que eso sólo se logre cuando el pudor no valga nada porque si es que lo hacen en el momento en que se conocen "de verdad" largo me lo fiáis.
    Un abrazo.

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  14. Hola FAH:
    De acuerdo contigo y con San Agustín. Muchas gracias por acercarte y comentar.
    Un saludo.

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  15. Hola JLMON:
    Bueno, si la música que emociona contiene matemática, la cocina que nos hace disfrutar es reacción química, el amor se produce por culpa de una sustancia, etc. tampoco le haría ascos a que la emocionalidad se debiera a un logaritmo neperiano jeje.
    Completamente de acuerdo con lo del anonimato defensivo que debe producirse por la misma razón que a mí me avergüenza que me saquen a bailar, aunque de lo primero tenga la culpa lo judeo-cristiano y de lo segundo mi escasa coordinación en los pasos.
    A pesar de todo -y también estoy de acuerdo contigo en eso- salimos a la pista de baile y tampoco nos va tan mal.
    Anoto lo de CONFIANZA y ESPERANZA como parte de la ecuación, ahora sólo falta averiguar el valor factorial o como se llame eso.
    Un abrazo.

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  16. Hola Josep.

    Pues aquí estamos con las emociones acuestas, que esta cultura nuestra del valle de lágrimas, nos pesa mucho, pero creo que ya es tiempo de creer en nosotros mismos.
    Feliz fin de semana.

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  17. Hola Josep:
    Yo ya conozco a un político de ese perfil. Sólo a uno, porque en su día se confesó. Hoy le considero amigo (ha dejado la política).
    En cuanto a la fórmula matemática, sé que están en ello, de hecho en el libro de Punset, "el alma está en el cerebro", que seguro que has leído, se refleja todo lo que se ha avanzado en el conocimiento de los "por qués" de muchos comportamientos. Lo que es evidente es que ese análisis todavía está en pañales, pero algún día...
    No tengo que reincidir en lo estupendo de esta reflexión, pero lo hago: Genial.
    Un abrazo.

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  18. Hola África:
    En esas andamos todos. Pero sí, más vale que nos empecemos a conocer y a actuar en consecuencia.
    Hasta pronto.

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  19. Hola Javier:
    No sé por qué me parece que debía haber conectado esta entrada con la del soma por lo que dices de Punset. Las emociones están en la amígdala y ésa está en el segundo de nuestros tres cerebros, así que habiendo analizado bien el primero, el de reptil que es el más pequeño, no sé cuánto tiempo les llevará analizar este.
    Me alegro de que hayas encontrado a alguien que haya admitido que se comporta distinto a como es ¡un político nada menos! o mejor, un ex político. Espero que no me pase eso con mis clientes, quiero decir que no pasen de ser clientes a ex clientes jeje.
    Muchas gracias por tu palabras y nos vemos pronto.
    Un abrazo.

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  20. Hola Josep:

    Una compañera de trabajo me dice muy seguido "María ¡qué gran necesidad tiene la gente de escucharse! tras compartir nuestras "observaciones del submundo del transporte colectivo".
    Esa "gente" somos todos; algunos más sordos que otros, también es verdad.
    Tanto es así que el anonimato necesario para "soltar la lengua" ni siquiera necesita ocultar su imagen. Lo mismo se da mientras esperas que te toque turno en el fuera de hora de tu médico de familia, que en un trayecto largo en colectivo (ya sea guagua, avión o barco) o en la cola del Inem. Siempre hay alguien dispuesto a "pegar la hebra".
    Tal vez, Josep, es cierto que no nos conocemos, no tenemos diálogo interior, ya sea por educación o por ignorancia, pero aunque nos falle la práctica de "interiorizar", si que sabemos encontrar una oreja que nos permita "escucharnos, a nosotros mismos" mientras nos oye.
    Creo que entre poder contarlo y no saber o poder hacerlo hay una diferencia colosal, en la primera, no sólo te escuchas sino que, observas la reacción de "tu oreja", es más, diría que lo que te mueve a contarlo es encontrar esa otra reacción; en el segundo caso, no hay interactividad porque "temes" la reacción de "tu oreja", tampoco interiorizas porque "temes" tu propia reacción, no vaya a ser que luego no sepas gestionarla.

    Desconozco el paradero del Sr. Neperiano, pero si me lo tropiezo te lo haré saber, aunque sospecho que aún teniendo mucha raíz interior está interrelacionado con el exponencial externo, vamos que reir, llorar, gritar o cantar no tienen tanta "emoción" si no se comparte, me parece a mi.
    Un beso, Josep, buen fin de semana

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  21. Hola María:
    Tienes razón. Cuánta necesidad tiene la gente de escucharse lo que dice cuando habla. Creo que esto ya lo he contado alguna vez pero en algunos de mis seminarios hago el siguiente experimento. Grabo a alguien en una intervención y al cabo de un rato se la pongo y normalmente alucinan de lo que han dicho ellos mismos. No dan crédito, incluso a veces lo niegan.
    Eso sucede precisamente porque no nos hablamos a nosotros antes de hablar a otros. A eso le llamo sacar "la lengua a pasear".
    La comunicación con todas sus imperfecciones es lo que nos hace sociales y al final descubrimos que siempre solemos utizarla mal o a destiempo. Y ya no te digo nada cuando no es que hablemos sino que lo dejamos por escrito.
    Por fortuna, la memoria suele ser más frágil, lo cual a veces resulta una bendición.
    Muchas gracias por tu comentario en el que le has dado un giro muy sugestivo al asunto.
    Un beso también para ti.

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  22. El hombre es un ser social, necesita comunicarse, expresar sus emociones, que se le escuche.
    Pienso,que no se enseña a conocer nuestras emociones, no se enseña que hacer con ellas, como se pueden manejar o modificar.Pero tambien sabemos que todos estos conocimientos son relativamente recientes,el concepto de inteligencia emocional, no se conocia en mi época de estudiante,ni se sabia como modificar nuestras conductas.Simplemente las modificabamos.
    A veces puede resultar dificil expresar bien lo que se siente,y posiblemente el escribirlo en un blog,o hablar a través de un telefono, sea como ir al psiquiatra,con la diferencia que no sabes quien y que preparación tiene el que te contesta.
    Creo que hablar con uno mismo es importante,pero es necesario otra vision que solo se puede dar desde otra posicion y para ello necesitamos al otro.
    Y ese otro debe de ser minuciosamente elegido.
    un abrazo.

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  23. ¿Quién no se ha planteado alguna vez ese logaritmo? Las matemáticas no dejan de ser un lenguaje formal de lo abstracto ¿y qué puede haber más abstracto que una emoción?.

    Resolverlo, sería como el ábrete sésamo del alma, la autentica y genuina piedra filosofal para transmutar a este mundo líquido (Bauman dixit) que "nos" habita del "tener" al "ser"

    Pero elucubraciones aparte, creo que la cultura "wasp" y judeo cristiana de culpabilidad de esta sociedad occidental en la que habitamos muchos, hace difícil ese viaje Frommiano del "tener" al "ser". Nada hay más difícil que desaprender comportamientos.

    Fromm o Campbell creían que la sociedad actual está orientada y educada en la adoración del éxito y el rechazo del fracaso, planteados ambos desde un punto de vista crematístico y material. En una especie de habilidad para invertir nuestra vida en esos términos.

    Una especie de toma y daca entre el precio que podamos conseguir por nuestros "servicios" prestados, siempre a costa de lo espiritual... (amor, razón, capacidad artística).

    Y desde ahí, la autoestima siempre dependerá de factores ajenos a nosotros. Sentirse triunfador dependerá del juicio de los demás, de lo externo al yo. Actuamos, en público, en privado, incluso desde el anonimato de la blogomoña esta, esperando la aprobación del otro y hablamos mucho y nos escuchamos poco... Muchas "cosas" se pueden extrapolar de esos comportamientos inculcados a fondo en la sociedad que nos ¿acoge?

    Jung, hoy, hubiese hablado de un "cuerpo arquetípico social" y... No sé... no me voy a enrrollar, pero el tema da para todo un blog.
    De nuevo haces honor al título de tu espacio Josep. Tiras con bala y apuntando.

    P.D.:stupidwoman11@hotmail.com

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  24. Hola Mercedes:
    Estoy completamente de acuerdo con lo que dices. Hablarnos a nosotros, en el sentido de ver cómo reaccionamos ante determinados impulsos emocionales es un trabajo arduo pero necesario para pasar al siguiente estadio que consiste en modificar algunos de nuestros comportamientos que ya vemos que no nos funcionan.
    La inteligencia emocional en sentido estricto he existido desde hace muchos años, si bien es cierto que hasta que no se "empaquetó" aparecía como un montón de ideas dispersas.
    La expresión de nuestras emociones hacia fuera han encontrado en los blogs un canal adecuado que permite adoptar personalidades bajo las cuales poder protegernos para mostrarnos y sentirnos seguros. No es mi caso, pero sí el de otros muchos y a mí me parece legítimo.
    Al final, uno "se asocia" con aquellos con los que se siente identificado. No es por un criterio profesional sino heurístico, que duda cabe, y sin embargo funciona porque cuando uno tiene algo que decir encuentra un público que lo quiere escuchar. Y eso en sí mismo ya es beneficioso.
    Muchas gracias por tu nuevo comentario.
    Un abrazo.

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  25. Hola Cristalook:
    Veo que has pillado la esencia del mensaje. Encontrar esa piedra filosofal sería el equivalente a la alquimia.
    Hablas de desaprender conocimientos en la misma clave que yo lo expuse hace tiempo en este medio. Es difícil, pero necesario. Cambiar paradigmas es algo que hacemos con cierta naturalidad en ámbitos banales de la vida pero ir un poco más allá nos hace sentir inseguros y eso ya es otra cosa.
    Completamente de acuerdo en que medimos el éxito en términos que casi siempre suponen pagar un precio espiritual, podíamos decir que ese precio siempre consiste en "tragar" y también de acuerdo en que el tema merecería mucho más espacio. Bueno, vamos camino de un año de ir desentrañando la madeja y queda madeja para rato.
    Muchas gracias por tus palabras.
    Un abrazo.

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  26. ¡¡¡Ya he encontrado la fórmula matemática de la emocionalidad!!!

    http://bit.ly/dtdFTg

    No, si al final resultará que somos más simples que un paramecio ;)

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  27. Hola Alberto:

    Gracias por el hallazgo. Lo leo.

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